Endless
Detrás de las cortinas, Gohan pudo apreciar el tenue resplandor del amanecer, una mañana fresca y que prometía buen tiempo. Un día cualquiera, podría decirse, pero no para él. Sabía que Videl había dejado de ser una amiga, mucho antes de los acontecimientos del Torneo de las Artes Marciales. Y no era un simple interés por su belleza (aunque esto no pasaba desapercibido para el muchacho), o por su familia. No pretendía ser presuntuoso, mas la había llegado a conocer de una manera en que, quizá, ningún otro lo había hecho. Cuando estaban juntos, podía sentir que ella estaba más relajada, más abierta a revelar facetas que ni ella misma conocía.
Sin embargo, y pese a presentir que el sentimiento era mutuo, nunca le había dicho claramente que la quería.
Tenían citas, pasaban tiempo juntos, convivían con la familia del otro como si todo formara parte de un acuerdo formal. Y pese a ello, a esa relación nunca le habían dado un nombre. Esto le provocaba una sensación de insatisfacción, una molestia que con el pasar de los días se acrecentaba, y quería que desapareciera.
El problema que encontró mientras pensaba sobre el tema, era que no estaba seguro de cómo decírselo a Videl. Gohan era un chico tímido por naturaleza, no importando cuánto tiempo hubiese pasado al lado de la joven justiciera, le era difícil imaginar un escenario adecuado para expresar sus sentimientos.
¿Qué debería hacer? Se repitió esa misma pregunta durante toda la noche hasta que le venció el cansancio. Ahora, mientras la luz matutina inundaba su habitación, con su hermano Goten durmiendo a su lado, lo decidió: ese sería el día.
(...)
Mirando al suelo durante gran parte del trayecto, Gohan podía sentir que cada milímetro de su cuerpo estaba temblando, su corazón en un ritmo frenético que no podía controlar por mucho que lo quisiera. Y frente a él, Videl caminaba despreocupada con las manos detrás de la espalda, ataviada con un bonito vestido floreado. Gohan sentía cada paso tan doloroso, y a la vez, el regocijo le embargaba el pecho, rebosante de alegría. Si en ese mismo instante pudiese describir el amor, lo habría dicho sin dudar: hechicería.
La montaña Paoz era siempre sinónimo de paz y armonía, un lugar donde la naturaleza seguía su curso sin problemas, tan distinta a la ruidosa ciudad. Eso era lo que Videl decía, y Gohan no podía estar más de acuerdo. Además, todo en conjunto les daba un ambiente de intimidad que con seguridad no encontrarían en ningún otro sitio. Era casi mediodía, llevaban cinco minutos caminando en silencio desde que Gohan le pediera a Videl que le acompañara a dar un paseo, la cual le dio una mirada significativa antes de asentir con suavidad y salir sin voltear a mirarlo una sola vez. Era posible que intuyera lo que quería decirle, Videl era el tipo de chica que podía saber ese tipo de cosas.
Gohan soltó un suspiro al tiempo que alzaba la mirada y la contemplaba. Sentía el cosquilleo en sus dedos, una ligera presión en el pecho y un nudo en el estómago. No obstante todo esto, luego del tomar suficiente aire, acortó la distancia entre ambos, poniéndose a la par de Videl, caminando hombro con hombro. Ella le regaló una sonrisa cálida, de esas que estaban acompañadas por un ligero brillo en los ojos. Azul, el cielo reflejado en su mirada.
Con ella a su lado derecho, sus manos rozándose con cada paso, y la calidez que emanaba de su cuerpo, hacía del paseo una experiencia memorable. Tal vez ella había estado distraída durante los minutos anteriores pues, al reconocer el lugar en donde estaban, no pudo ocultar su sorpresa.
Gohan aprovechó la oportunidad y su cercanía, tomando su mano y entrelazando sus dedos, fríos, con los de ella. Sonrío para sus adentros al sentir el ligero sobresalto de Videl.

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FanficSu felicidad se recostaba en su pecho, rodeándole con sus brazos: le había entregado su primer beso. One-shot. GoDel.