¡Al fin, te encontré!

Introducción

Dairin es una chica común y corriente que como cualquier otro adolescente no escucha de razones, ella creyó que esta seria como las otras veces que se escapaba de casa por la noche unas cuantas horas y se devolvería para que sus padres no se dieran cuenta, pero nunca conto el hecho de que cierta persona olería su aroma e iría detrás de ella, detrás de lo que según el le pertenece, un hombre lobo con demasiado poder como para perseguirla, acosarla e investigarla esperando el momento perfecto para raptarla y llevarla a donde pertenece, con el.

Dylan por su parte solo esperaba con ansias a que llegara esa persona especial, que le diera sentido a su vida, a quien el pudiera amar con todo su ser y la mujer con la que el pueda formar su familia. Cuando el apenas era un cachorro pensaba que era estúpido el tener un  mate, por que esto te limitaba a una sola persona y pidió que ojala su mate nunca llegara, pero no sabia que el no se limitaría si no que encontraría a una persona que para el valga la pena el no volver a mirara a otras. 

Dylan desde muy joven por así decirlo obtuvo las responsabilidades de Alpha ya que su padre falleció en un ataque de vampiros,  lo que solo lo dejo con su madre, la cual sobrevivió gracias al no ser mujer lobo sino humana, con ayuda de su madre supo mantener el control de su manada y de la que alguna vez su padre supo hacer la mas fuerte y el obviamente no defraudaría la memoria de su padre. 

Mientras Dylan tuvo un crecimiento difícil, Dairin nació en una familia de economía media y con un hermano mayor, ella no sufrió por nada en su niñez, y en su adolescencia solo se preocupaba por su estatus social y por asistir a todas y cada una de las fiestas de sus "amigos". Los padres de ella y de su hermano no eran por decirlo así muy abiertos de mente así que Dairin solía escaparse de sus padres para ir a las fiestas y lo hizo un montón de veces, era simple salía por su ventana en el segundo piso y bajaba por un árbol en su jardín hasta el patio en donde se saltaba la barda y ya solo caminaba hasta la esquina de su calle donde su mejor amiga la esperaba en su coche ya lista para irse a la fiesta, pero esa noche no fue así.