prólogo.

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Chan estaba listo para entrar a aquel gran recinto teñido de colores grises y tristes, la cárcel. Había accedido a ella de forma voluntaria, dando como motivo un supuesto robo a una tienda en las lejanías de su hogar. Esto lo hacía solo por un único motivo, ayudar a escapar a su mejor amigo recientemente encarcelado, Lee Felix. Aunque quien dice "recientemente", dice un mes y pocos días.

Por suerte para Chan, había investigado a fondo la prisión por medios desconocidos. Básicamente, se había informado en internet sobre sus instalaciones y demás. Obviamente, esto no era suficiente para escapar. Contando con la "extrema" seguridad que había y que no conocía perfectamente cada rincón de la cárcel, se le haría algo complicada la tarea de pirarse de ahí.

Un punto a favor de Chan era que contaba con una mente lo suficientemente prodigiosa como para idear un plan de escape. Sabía en todo lo que se estaba sumiendo, y en el mundo en el que estaba entrando. Pero ya había dado su primer paso. Ya no había vuelta atrás.

El policía con el que se encontraba esposado de manos le llevó a un lugar un tanto curioso y oscuro a su vez. Se podía ver una puerta metálica tras un largo pasillo con las paredes teñidas de un gris verdoso enfermizo. Lo cual hacía que Chan no pudiese dejar de pensar en lo que le esperaba tras pasar por ella. Por suerte, iba acompañado de cuatro presos más a punto de ingresar en prisión, de los cuales, uno destacó más que nadie, pues se resistió innumerables veces antes de entrar al lugar.

- ¿Nervioso? - Preguntó Chan a dicho chico, quien negó con la cabeza. - Pues relájate porque ahora viene lo peor. - Finalizó con una pícara sonrisa, tratando de tranquilizar a su aparente menor.

- Soy JeongIn. - Dijo el menor tratando de no cortar la conversación que les unía.

- Encantado, JeongIn. Yo soy Chan. - Asintió recibiendo un empujón por parte del policía, quien se acercaba junto a él cada vez más a aquella misteriosa puerta.

Chan sabía lo que le esperaba. Ya había visto películas policiacas antes, e intuía lo que le tocaba. Esta era la parte en la que le meterían el dedito hasta lo más profundo de su ser para comprobar si llevaba mercancía, o algún tipo de sustancia extraña. De lo contrario, entraría sin más preámbulos. Pero si le pillaban con un solo gramo de coca, o cosas por el estilo, iría a aislamiento directamente, donde los días pasan lentos, y donde no da la luz del sol.

El anterior guardia, quien acompañaba a Chan, acabaría por abandonar la sala y dejar a los presos a mano de otro de los guardias.

Este se aproximaría a Chan con un guante en su mano. Llevaría esta hacia su trasero, abriéndolo de par en par y penetrando bruscamente en su entrada, haciendo que Chan soltara un gruñido y se aferrara a la pared apretando el ceño y los labios, tratando de contener el inaguantable dolor. Acabaría por recorrer su cavidad, dando paso a la de su compañero, no sin antes colocarse un guante nuevo.

- Aguanta, pasará rápido. - Dijo Chan mirando a JeongIn con una pequeña, aunque forzada sonrisa, la cual le inspiraba confianza al menor.

Por desgracia, no pasó tan rápido como había convencido al menor. Este sufría el temblor de sus piernas ante la brusquedad del guardia. Era un preso, y por tanto, no tendría piedad.

Finalmente, acabaron por vestirse, pero esta vez con el uniforme de la cárcel. Por fin, ahora si que si, entraron a la zona donde se encontraban las celdas.

Chan se esperaba que las instalaciones fueran las mismas a las que había leído en el artículo sobre dicha cárcel, y al parecer, era bastante parecida, por no decir igual. Un gran patio cubierto por un enorme y extenso techo que daba con distintos pasillos cerrados por puertas. Paredes pintadas de un color gris triste y aburrido, capaz de hacer enfermar a cualquiera. Los números correspondientes a las celdas colocados correctamente en cada una de ellas. Y como no, no podía faltar aquella gran escalera que llevaba al segundo piso de la prisión.

Sin saberlo, Chan se había metido en el peor problema de su vida, pero a la vez, en el más bonito.

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He de decir en mi defensa, que si el capítulo ha estado algo aburrido, es porque he querido hacer esta pequeña introducción. No quería dejar cosas sueltas, y por tanto, he preferido subir esta cosa, antes que nada. :D

entre rejas ; stray kidsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora