Prólogo

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—Corre,  corre,  corre.

—Maldición eso hago.

—¿En que demonios estabas pensando para hacer algo tan estúpido como eso?.

—Yo...

—No,  claramente no estabas pensando  en lo absoluto.  ¡Agh! Un día de estos me vas a volver loco.

—Solo quería ayudar.

—¿Y funcionó? No,  no lo hizo,  solo complicaste las cosas.

—Hubiera funcionado de no ser por el estúpido woxon que estaba ahí,  no estaba en mi mapa.

—¡Por el Divino Axtromm, Kane!  solo te pedimos que mantuvieras tu posición,  pero tú siempre haciendo lo que te venga en gana.

—Está bien Dake, prometo mantener mi posición la próxima.

—No hay una próxima para ti Kane,  no podemos permitirnos más errores.

—Vale,  entonces imagino que serás tú quien entregue ésto al jefe Mamba. 

[... ]

20 minutos antes...

—Esto es lo que vamos a hacer,  tienen que seguir al pie de la letra las instrucciones,  tenemos que conseguir ese mapa,  es de vital importancia.

>>Dake,  tu estarás junto a Taxon en la puerta trasera,  vigilarán qué entra y qué sale por allí,  no se muevan de su puesto,  aquí tienen un mapa y un radio, avisanos de cualquier cosa sospechosa. ¿Que esperan?  A sus puestos ahora.

>>Kane,  tu vigilarás el pasillo uno,  te infiltrarás con ayuda de Dake y Taxon,  quédate en el pasillo uno,  te conozco niña,  haz lo que te ordenan.

Me fui de ahí y ya no escuche el resto de alineamientos,  tengo mi mapa para identificar a los woxon en cada pasillo.

Iba a mantener mi posición,  lo juro,  pero llegada al pasillo escuché a dos woxon decir que el mapa ya había sido pasado para la habitación 7, y había olvidado mi radio para avisar.

Ésta era mi única oportunidad,  fallaba misión tras misión pero ahora yo iba a entregar ese mapa que nos acercaría un paso más a nuestra libertad.

Decidí entonces subir escabulléndome entre las paredes y haciéndome una con los lugares obscuros.

Sabía exactamente donde iba a estar cada woxon,  y sabía también cómo evadirlos,  llegué al piso 7 con una leve capa de sudor en mi frente,  la respiración agitada y una gran sonrisa.

La puerta tenía código,  pero nada que no pudiera resolver.

Saqué mi chip y lo conecte a la base de datos,  me infiltré en el sistema y con un par de movimientos voilà,  adiós código.

Tomé el mapa,  pero al darme la vuelta,  un maldito woxon estaba ahí parado,  apuntándome con su estúpida arma.

Bajé lentamente el mapa y él me pidió que me acercara,  error suyo,  para que conste.

Siempre he sido ágil,  y con un rápido golpe en la muñeca,  logré que soltara el arma,  aprovechando su aturdimiento le di un fuerte golpe en la nuca y éste cayó inconsciente.

O al menos eso creí,  el muy asno pulsó un botón de emergencias y en segundos todos los woxon corrían para encontrarse conmigo.

Tenía que salir de ahí.

En el caminó me encontré a Cara, quien me dio una mirada de pocos amigos.

—¿Kane que hiciste?.

—Cállate y corre.

—Oh no.

Miré hacia atrás y la cantidad de woxons que vienen es impresionante.

—Tienes que usar tu poder Cara.

—¿Por qué no usas tú el tuyo?

—¡Solo hazlo maldición!.

Cara comenzó a lanzar fuego de sus manos y de esa forma acabamos con unos pocos.

Encontramos a más hombres en el camino,  y por supuesto muchas miradas severas contra mí.

—¡Por Kallém!  Son demasiados.

—Corran,  corran.

20 minutos después...

—Lo conseguiste.

—Lo hice.

—Kane yo...

—Sshh,  apapapa,  no quiero oírte,  nos vemos mañana.

Necesito descansar,  ha sido un día agotador y mañana me espera el regaño del año.

Lentamente me quedo dormida,  soñando que al fin consigo mi poder.

Kane "El Poder De La Nada" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora