Idiotas enamorados.

Única.

Esta es una historia muy corta de contar en realidad, es una historia relacionada con dos jóvenes que precisamente en este instante se encontraban discutiendo a vista de todo el instituto. Todos en Sweet Amoris sabían de la rivalidad de cierto par, eran muy conscientes del odio que ambos se profesaban, o por lo menos la mayor parte lo creía.

Ahora les diré quien no creía en todo ese falso odio, ni nada más ni nada menos que Violetta. Si, la dulce y tímida Violetta era la única persona que no creía que el pelirrojo y el rubio se llevaran realmente mal. A decir verdad ella creía ciegamente que ese par sentía algo más que atracción por el otro, por esa misma razón no lograba entender cómo es que podían tratarse tan mal.

Después de todo las cosas entre ellos estaban aclaradas, Debrah había confesado lo que le hizo a Castiel y que por eso salió involucrado injustamente Nathaniel. Todos los cercanos a ese par sabían que el pelirrojo se había disculpado con el delegado, y que incluso el mismo rubio acepto sus disculpas. Sin embargo, no toda esa paz duro mucho porque ambos chicos siguieron con sus constantes peleas e incluso se podría decir que eran mucho peores que antes, y eso causaba extrañeza a más de una persona, sobre todo a la tímida chica.

Violetta se encontraba un poco molesta y decepcionada de sus amigos, ella los conocía desde que antes que su relación se volviera así aunque en aquel tiempo no hablaran. Porque antes de todos los malentendidos que ese par tuvieron, fueron buenos amigos y muy cercanos. Tan cercanos que en una ocasión estuvieron a punto de besarse si no fuera porque en ese momento apareció Kiki arruinar el ambiente, el perro de la directora. En ese momento la única persona que vio esa escena fue Violetta, que en un principio quedo impactada, pero al ver la buena relación que tenían quedo fascinada con ese par. Tanto era su afán por verlos juntos que se creaba historias de ellos juntos o incluso retratos de ambos a punto de besarse, como los vio antes.

Volviendo al presente, ella los observaba discutir como el resto de sus compañeros que no parecían querer interferir. No fue hasta que vio que ambos estaban dispuestos a golpearse que se armó de valor para hablar.

-¡Ya basta! - grito con todo lo que tenía para detenerlos - ¡Dejen de una maldita vez de pelear!

Todos estaban en shock, la dulce y tímida Violetta le grito a ese par y no solo eso, también dijo una grosería. Nadie lograba salir de su asombro al ver aquella pequeña chica ser la única en atreverse a interferir.

-¡En vez de estar peleando como dos salvajes, acérquense y bésense de una maldita vez! - ahora si todos lo veían venir, lo pobre chica no saldría viva de esa.

O eso creía todos, pero cuando voltearon a ver a ambos chicos quedaron impactados. Castiel tenía la boca abierta como si intentara decir algo, pero nada lograba salir de ahí. Por otra parte Nathaniel estaba con los ojos muy abiertos y un muy notorio sonrojo en ambas mejillas. Nadie sabía que decir, todo estaba en absoluto silencio. Ya fuera diciendo algo o huyendo del lugar, pero nadie hacia algo para romper esa atmósfera.

-Y-Ya dejen d-de ser unos i-idiotas y de m-mentirse el u-uno al otro - termino de decir la chica, por fin sentía que había dicho lo que durante mucho tiempo tenía guardado.

Ambos chicos se miraron sin saber qué hacer, impactados por lo que su compañera había dicho solo podían observarse a los ojos del contrario. Dorado y plata, dos colores muy opuestos, pero que podían formar una hermosa combinación. Ambos estaban hartos de todo eso.

Castiel observo al rubio detenidamente y luego cambio su mirada hacia la chica que poco antes le había gritado algo muy impactante y que a su vez a su corazón agito. Una vez la diviso, le sonrió y guiño un ojo, eso para él era un "gracias".

-A la mierda todo - y sin que nadie se lo esperara comenzó acercase al delegado, todos creyendo que lo iba a golpear por culpa de lo que había dicho la chicas poco antes, pero no fue así.

El pelirrojo con una de sus manos tomo la nuca del delegado, mientras que con la otra lo sujetaba de la cintura, para que en un brusco movimiento pudiera besar los labios del rubio por fin. Nadie esperaba aquello, ni siquiera Nathaniel, quien parecía estar en estado de shock por tener a su enemigo besando sus labios. Pero al final su corazón tomo el liderazgo de sus acciones, a sorpresa de todos los presentes, el rubio con ambas manos rodeo el cuello del pelirrojo para profundizar un poco más aquel beso.

Los profesores que fueron llamados creyendo que había una pelea quedaron impactados al ver a ambos chicos besarse en medio de una gran multitud que los rodeaba, incluso momentos después llego la directora a interferir por si ese par se estaba matando a golpes. Todos creían que ella intervendría y los castigaría, pero al igual que los demás solo los observo. No fue hasta que uno de los profesores intento acercarse a ese par que la directora hablo.

-No le veo la necesidad que intervenir en este asunto profesor - fue lo que le respondió cuando lo detuvo de lo que intentaba hacer.

-Pero directora esos jóvenes es - fue interrumpido por la nombrada.

-Obsérvelos bien profesor y vea que esta podría ser la primera vez que ambos jóvenes son honestos consigo mismos - dicho eso le mostró una sonrisa y se retiró del lugar.

Después de besarse por unos segundos se separaron, pero apenas unos centímetros porque ambos juntaron sus frentes y sonrieron como nunca lo habían hecho, en medio de ese abrazo por fin pudieron susurrarse lo que en sus corazones tanto habían estado guardando. Al ver tan hermosa escena, todos los observadores comenzaron a retirarse para darles privacidad.

-Espera Violetta - le dijo el delegado antes de que se fuera - Gracias por tus palabras - término de decir con una sonrisa y un leve sonrojo.

-Sobre todo por los insultos - comento con gracia el pelirrojo.

Los observo a ambos con una enorme sonrisa, estaba muy feliz por ellos, después de todo los vio en cada uno de sus momentos. Por eso no pudo evitar correr y abrazarlos, sus historias inventadas ahora serian reales y se aseguraría de que siempre fuera así.

-¡Son mi pareja de idiotas enamorados favorita!