Un fresco día era el que se posaba sobre la ciudad de Amburgo, Alemania. Era invierno, los arboles estaban desnudos y cubiertos de nieve, mientras la humedad impregnaba el ambiente.
Sally paseaba alegre por el verde bosque. Eran las ocho de la mañana y la niebla cubría todo a su paso, mas a Sally no le importaba, se conocía aquel bosque como la palma de sus mano, prácticamente se había criado en el, ya que siempre iba allí cuando necesitaba pensar. Le encantaba como el viento ondeaba su larga melena, dando un toque de suavidad a aquel rojo cobrizo tan rudo y agresivo. En sus ojos verdes se podían ver reflejados los troncos de los arboles que a ella tanto le gustaban y su pálida piel daba una sensación de relajación en su rostro. Tenía rasgos bien marcados, que daban a entender que era una chica seria y madura. Su piel era suave, tersa y un tanto rosada en los pómulos. Su altura era imponente, nada que ver con las chicas de su edad. Media casi metro ochenta, con unas piernas largas y bien formadas. Su constitución era fuerte, pero delgada. Aquella chica, solo con su mirada daba a entender que era seria, madura y responsable, al igual que su carácter, o mejor dicho su "falso" carácter, ya que ella en verdad no era así para nada. Ella solo mantenía la imagen que se esperaba de ella, y aun que no fuera feliz así, respetaba su posición, y comprendía que esa era la forma mas adecuada para actuar. Su verdadero carácter era extrovertido, indeciso, nervioso, infantil, extraño, divertido... Pero debido al importante cargo de su padre, tuvo que ocultar toda esa alegría y felicidad con una mascara de seriedad y relajación total. Sus padres estaban orgullosos de su logro, ya que aquella niña traviesa de 5 años se a convertido en una chica madura y responsable, tal y como ellos lo esperaban. Su responsabilidad era grande, tenía un imagen que dar, ya que su padre era un famoso entrenador de fútbol. Era nada mas ni nada menos que Carl Barcks, el entrenador del equipo de Amburgo y capitán de este cuando fue joven.
Sally se encontraba sentada en una piedra fría, cubierta de nieve, pensando en sus cosas, como cada mañana. Le daba vueltas a la misma cosa una y otra vez. "Hija, te estas haciendo mayor, y por eso, tendrás que ocuparte de tus responsabilidades, que a medida que vayas creciendo, cada vez serán mayores." esas eran las frases, que una y otra vez, resonaban en su cabeza. ¿A que se refería su padre con eso? Ella no tenía ni la menor idea, pero no tardaría mucho en descubrirlo, ya que en menos de cinco horas, su padre había concertado una cita con ella, expresamente para explicarle todo.
Las horas pasaban lentas en aquel bosque, pero ella seguía dándole vueltas a lo mismo. Pasada la hora y media, Sally comenzó a irritarse. Al no poder aguantar las ganas de saber lo que su padre le quería decir, decidió hacer lo que mas le relajaba, correr. Correr para huir de esos pensamientos, hasta que sus piernas no pudieran mas, y así lo hizo. Comenzó a correr, sin rumbo, a toda velocidad esquivando los arboles, ramas, raíces, agujeros, montículos... Las horas pasaron, y ella seguía corriendo, es mas, parecía que no se cansase, ya que cuanto mas tiempo pasaba, mas rápido comenzaba a correr. Siguió corriendo, adentrando se en el bosque cuando su alarma sonó. Faltaba media hora para reunirse con su padre, y ya estaba bastante adentrada en el bosque. No llegaría a tiempo a no ser que... Comenzó a correr a toda prisa, lo mas rápido que sus piernas incansables podían, y se adentro por la parte oscura del bosque. Esa zona era la mas oscura del bosque, pero era el camino mas rápido para llegar a su casa, por no decir mansión, ya que su padre era increíblemente rico e influyente allí. A los veinte minutos llego a su enorme domicilio y comenzó a subir escaleras arriba, entro en su cuarto y cambio su ropa por algo mas adecuado, ya que la ropa que antes llevaba era deportiva, y por la corrida, ahora un tanto sudorosa. Se vistió con unos vaqueros largos y ajustados, un blusa blanca de botones y unos botines planos, a demás de súper cómodos. Bajo al salón a toda prisa, intentando disimilar su despeinado pelo con un moño suelto, su favorito. Cuando llego al salón, su padre aun no había llegado, así que se sentó en el sofá de cuero negro y comenzó a observar detenidamente la sala. Estaba decorada de una forma muy moderna. Tenía un contraste de fondo blanco con muebles en tonos oscuros, como las estanterías de caoba o las mesas y sillas negras. Una de las paredes, las mas corta, tenía el diseño en ladrillo, con una chimenea empotrada, con fotos encima. Fotos de cuando ella era pequeña y jugaba con su padre continuamente. Al recordad aquellos tiempos, sonrió levemente. El sonido seco de la puerta la saco de sus recuerdos, e inmediatamente, ella se puso en pie para recibir a su padre.
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One Little Secret
Ficção AdolescenteSally es una chica con muchos problemas de identidad y personalidad. Es una persona que en su infancia amo el fútbol, pero comenzó a odiarlo cuando su padre se convirtió en entrenador, y la dejo de lado. Desde ese día ella no era la misma, mas seria...