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Donghyuk estaba seguro de que se iba a arrepentir de esto, tal vez, bueno más o menos.
Hacía un mes que había tenido el encuentro con su madre y se había prometido a él y sus bebés no volver ahí.
Y aquí estaba... camino a su casa.

- ¿Tenemos todo? - preguntó a Hendery mientras metía el último juguete en su bolsa.

- Chi Cheñol. - respondió el pequeño con una sonrisa haciendo al mayor rodar sus ojos.

- Entonces, nos vamos. - tomó su propia bolsa, su billetera y las llaves de su auto. Auto que decidió comprar cuando se dio cuenta que dependían de John para todo, lo cual era estúpido cuando podían permitírselo.

Después de largas conversaciones con los pros y contras, lo habían comprado, porque John revisó que fuera absolutamente seguro para los tres, aparte, tuvo que realizar evaluaciones de manejo supervisadas por su pareja y las pasó todas. ¡Porque no hay nada que Lee Donghyuk no pueda hacer! Los gemelos habían elegido el color así que ahora Donghyuk manejaba un Spark verde brillante por la ciudad.

- ¿En serio hay una caja de arena grande grande? - preguntó Xiaojun desde el asiento trasero.

- La había cuando yo era pequeño. - asintió. - Y unos columpios... -

- ¿Por qué no los vimos antes? - preguntó Hendery.

- Porque la última vez que fuimos ibamos en plan secuestro. - sonrió Donghyuk. - Ahora vamos en plan patrones. -

- Pero, creí que ya no íbamos a ver a esa señora fea... - murmuró Xiaojun y Hendery tomó su pequeña mano entre las suyas.

- Sí, lo sé. - Donghyuk dejó salir un pesado suspiro de sus pulmones. - Pero esa señora es mi mamá y necesito preguntarle unas cosas mientras ustedes disfrutan del jardín. - los menores asintieron y Haechan enfocó su mirada en el camino.

Estaba nervioso, claro que sí, nervioso como el infierno.

Es que nada tenía sentido... Según creía, su madre odiaba a Yangyang, ¡Según creía!, ella apenas había visto a Haechan cuando estaba esperando y solo vio a su bebé un par de veces antes de llorar e irse lejos como si fueran lepra... su rechazo había dolido, más que el de su padre.

Ella era su heroína, su amada, desde siempre, cuando su padre tenía duros castigos con él, ella siempre lo consolaba, muy a su manera, pero lo hacía... por eso había dolido tanto, estaba seguro de que su padre lo mataría, pero esperaba al menos tener a su madre... no quedarse solo.

Cuando estuvo en la entrada, se permitió ver el teléfono solo para lanzarlo de nuevo a su bolsa, tenía otro mensaje de Jeno.

Joder, tal vez si hubiera escuchado a su mamá no estaría entre toda esta mierda de ansiedad con un Jeno fastidiando con mensajes y acusaciones de demandas.

Bajo la ventanilla, sus lentes de sol colocados, un cubrebocas porque estaba desvelado y sabía que tenía cara de culo.
- Nombre y motivo. - la voz del comunicador lo hizo sobresaltarse.

- Lee Donghyuk, vengo a ver a mi madre. - la línea se quedó un momento en silencio, tronaba sus dedos mientras pensaba que tal vez ella no quisiera verlo. Bueno, vaya mierda, no había pensado que hacer en ese  caso, bueno, bien podría hacer un berrinche en la entrada. Los minutos parecieron horas, hasta que una voz conocida apareció.

- Joven Lee. - la voz de Kun firme, observó la cámara moverse en su dirección.

- KunKun... quiero ver a mi madre. - repitió, sus manos apretando el volante.

- ¿Viene solo? - la voz de Kun era calmada, pero él sabía bien que ya sabía que no iba solo. - Es para el registro. -

- No sabía que tenía que pasar un registro para entrar a mi jodida casa. - bufó. - Xiaojun y Hendery Seo, cuatro años. -

DADDY | JohnHyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora