Andy. The weekend-Often (kygo remix)

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Estúpido Andy.

Andy era el niño con el que quieres andar en secundaria, con el que quieres que tu hija ande en secundaria y que se case con el. Los ojos color café mas lindos que has visto, llenos de asombro y que te invitan a que confíes en ellos; tenia la sonrisa mas estúpida del mundo, grande, honesta y llena de humor, siempre haciéndote reír y no porque se esforzara demasiado, el era naturalmente divertido, para un chico de 13 años. Alto, aunque no lo suficiente, fuerte, pero no demasiado, popular son embargo no en exceso y como en toda película para niñas, el hijo de la directora. Andy no era el amor secreto de todas las niñas, no era tu típico galán de televisión con pelo largo y una sonrisa amable, el era un chico normal. Normalmente lindo.

Nos conocimos por amistades en común, mi mejor amiga creció con el en una escuela diferente y cuando le ofrecieron el puesto de directora a su madre para venir a mi lugar, fue donde nos conocimos. Honestamente no impresiono cuando lo vi. Yo siempre fui de gustos diferentes, todas mis amigas tenían un amor secreto en nuestro grado, pero yo siempre veía a los chicos mayores, de ultimo año o de otra escuela; no me hacían caso pero nunca hace daño mirar.

Pero por lo que Andy me cuenta su experiencia fue el opuesto. Según el, su yo de 13 años quedo enamorado de mi en cuanto me vio entrar al salón, no dejaba de preguntarse quien era la chica linda de pelo rubio y ojos azules (muy cliché ya se. No es muy culpa), me dijo que no dejaba de impresionarme conmigo, que desde ese momento se propuso que andaría conmigo. Cuando me contó todo esto, años después, me pareció ridículo pero nunca dije nada, porque lo que se propuso, lo consiguió.

Andy fue mi primer novio, nos como pero así fue. Nos volvimos buenos amigos después de que me lo presentaran, entrenábamos handball juntos, estábamos en el mismo salón, nos veíamos en las mismas actividades fuera de la escuela, a los 2 nos encantaba nadar, los 2 amábamos la música. Para mi, el era un buen y divertido amigo; para el, yo era la chica con la que estaba destinado a andar. La primera vez que me pidió que me pidió que fuera su novia fue muy incomoda, inesperada y bastante decepcionante; teníamos 13 años, el no sabia que hacer con sus sentimientos y a mi no me gustaba; simplemente no paso como el lo planeo. Termine diciéndole que no en varias ocasiones, porque obviamente una vez no le fue suficiente; lo intento en un viaje escolar, en la fiesta de cumpleaños de una amiga,un montón de veces en la escuela, en la piscina, de todas las maneras posibles. Cartas, peluches, chocolates, flores y un montón de humillación para los dos, hasta que un día le estaba diciendo a mi hermana sobre todo este asunto y ella me pregunto ¨¿Porque no?, ¿porque no le das una oportunidad a Andy?, es un buen niño, no es feo y se ve que le gustas de verdad¨.

En ese momento me puse a pensar ¨¿Porque no le digo que si?, ¿Que tengo que perder?¨. Con solo cuestionar mis razones por 2 minutos me di cuenta que no tenia ninguna razón para decirle que no; mi hermana y yo hablamos por horas sobre todo lo que Andy me hacia sentir, solo para darme cuenta que me gustaba, que el era una persona muy especial para mi, que teníamos mucho en común y que realmente me gustaría andar con el, solo que mi inexperto ser de 13 años no se había dado cuenta.

Fue muy egoísta de mi parte dar por asegurado que el volvería a preguntarme otra vez, a pesar de que lo había rechazado en múltiples ocasiones, pero así fue y de la única forma en la que el aun no intentaba.

Fue un 2 de noviembre, no recuerdo si martes o jueves pero fue durante un entrenamiento de handball. Estábamos jugando un emocionante partido de hombres contra mujeres, donde mi equipo estaba jugando mejor que nunca; se sentía la concentración e inspiración del equipo, y aunque los hombres eran bueno, les fue muy difícil seguirnos el ritmos. Recuerdo que ese partido fue muy cardíaco, los 2 equipos estuvimos empatados todo el tiempo y anotábamos puntos de manera alternada. El, obviamente estaba ahí, pero en ese momento yo estaba concentrada en el juego, no lo estaba viendo como lo hacia en clase, no estaba pensando en cual seria su siguiente gran idea para pedirme que anduviera con el y como yo le diría que si y obviamente seria mágico. NO. En los entrenamientos yo solía encapsularme en el juego y nada podía distraerme, excepto el aparentemente. Me quede un poco atrás de la jugada y de toda la acción porque estaba un poco cansada y necesitaba tomar aire, así que me pare en la linea de media cancha, puse mis manos en mis rodillas, agache mi cabeza y me dedique a respirar. Escuche la voz de mi estrenado preguntando si estaba bien y con una señal de OK en mis dedos le hice saber que solo necesitaba aire, después de todo, llevábamos un buen rato jugando. Una respiración. Otra respiración, mas profunda que la otra. Escucho una estampida de pasos que se acercan, levanto la mirada y veo al resto de los jugadores que vienen en mi dirección con el balón y el juego todavía ocurriendo, así que rápidamente me quito de su camino y veo como los niños dominan la pelota, esquivando la defensa de mi equipo y preparándose para anotar, excepto que no todos están en la jugada. Sin darme cuenta Andy estaba a un lado de mi, sin decir palabra, solo observándome; cuando note su presencia el se apresuro a preguntar si me encontraba bien, siempre preocupándose por mi y todo a mi alrededor, aunque nunca fue necesario. Yo estaba bien así que solo le sonríe, le dije que no tenia nada y que muchas gracias por preocuparse por mi y siempre cuidarme; dijo que no era nada, que no tenia que agradecerle por eso; pasaron un segundos que parecieron eternos, observábamos como mi equipo aun no dejaba pasar a los hombres, como mantenían una fuerte defensa y no iban a rendirse pronto. Me sentía mejor así que volví a la mitad de la cancha, observando la acción, Andy seguía a mi lado y de la manera mas inesperada me pregunto ¨¿ Te gustaría andar conmigo?¨.

Sencillo, sin esfuerzo, honesto, al punto, con confianza y una sonrisa humilde. Eso es lo que yo quería, no necesitaba el oso de peluche gigante que venden en costo por $200, no quería la caja mas grande de chocolates que pudiera encontrar, no ocupaba 100 rosas rojas; el handball era nuestra cosa, nos unía , pequeños pero significantes momentos pasaron en los entrenamientos y grandes experiencias que nos harían mejor pareja y mejores amigos pasaron en los torneos meses después. Ese momento y esa pregunta congelo todo lo que pasaba a mi alrededor, rompió mi concentración en el juego, me obligo verlo a los ojos y sonreirle. Me acerque a el, puse una mano en su hombro y le dijo en el oído que si. El no podía creerlo, después de todo lo que intento le dije que si en el momento menos planeado y literalmente a la mitad de algo importante. Me pregunto ¨¿de verdad?¨varias veces y en todas yo le dije que si. Me pareció adorable y lo quise mas por eso.

Años después, me dijo que ese día me pregunto sin esperanza de recibir un si, y que después de eso se dio cuenta que ya no sabia que esperar de mi parte.

¨Liiiiiiiiiiiiizzz¨, escucho desde el otro lado de la cancha, levanto la vista y veo como la portera de mi equipo lanza el balón hasta la mitad de la cancha. Aparentemente los hombres no pudieron anotar un punto, tiraron, mi portera lo paro y aprovecho que yo estaba muy lejos de todo el equipo masculino y con una buena oportunidad de anotar, así que solo grito mi nombre y lanzo. Tanto Andy como yo vimos el balón venir directamente a nosotros, fue un tiro perfecto; los dos brincamos para atraparlo pero yo brinque mas alto que el. Teniendo el balón en mis manos salí corriendo con Andy a mi lado, quien intentando quitármelo; el hecho de que anduviéramos y fuéramos amigos nunca nos impidió bloquear los tiros del otro, tampoco el que nos quisiéramos mucho cambiaba el hecho de que en la cancha queríamos destrozarnos el uno al otro, a final de cuenta eramos competitivos. Corrí, lo esquive, lo engañe varias veces para quitármelo de encima, pero el es testarudo y un buen jugador así que no podía evitarlo, hasta que cambie la dirección en la que corría de manera tan repentina y cerrada que el termino cayendo al intentar seguirme. Dos paso mas, un salto en el aire, un tiro, gol y suena el ultimo silbato del juego.

Habíamos ganado el partido y yo había pateado el trasero de mi novio.

Los siguientes meses fueron como una romántica y olvidarle película para niñas. Recuerdo la felicidad, las sonrisas, mi primer beso por el cual si estaba feliz; recuerdo los torneos, la piscina, mi cumpleaños al lado del, tengo fotos que prueban que eramos felices juntos pero en mi mente no hay mas recuerdos de los dos juntos. El espacio de los 6 meses que anduvimos están casi en blanco en mi cerebro, por alguna razón no lo recuerdo como novio; tengo el perfil de Andy el amigo, el perfil de Andy el jugador de handball, el estudiante, el ex, pero su expediente de novio esta vació. Y estoy segura que no es un mal novio, pero el hecho de que no lo recuerde es una clara razón de porque terminamos, o mas bien porque lo termine.

Así como el nosotros empezando a andar lo tomo por sorpresa, yo terminando con el definitivamente no lo vio venir. Yo tenia razones para terminar con el, pero no sentimientos y por esa razón, la ruptura se volvió dura. Yo no quería lastimarlo, yo quería que fuera como quitar una curita donde el dolor solo dura por 2 segundos, luego te das cuenta que valió la pena y ahora estas mejor; el lo hizo mas complicado de lo que debía ser. Lloro en el patio, delante de toda la escuela, lo que hizo de nuestra ruptura un acto publico y a mi la maldita sin sentimientos. Yo lo hice en privado. El que nadie me viera llorar no significa que no paso. Después de que se fuera, salí corriendo al baño y no salí de ahí en 3 horas. Muchas personas vinieron a buscarme y no salí, tuvo que venir mi hermana, y no para sacarme, sino para quedarse ahí conmigo, abrazarme y decirme que todo estaría bien.

Después de eso, no podía verlo a la cara y el a mi tampoco entonces, no se si fue inteligente o cobarde, simplemente se alejo; dejo handbal, consiguió que su madre lo cambiara de salón a la mitad del año escolar, no lo veía en la piscina, las actividades fuera de la escuela las dejo y así de sencillo ya no lo tenia presente en mi vida como estaba acostumbrada. Todo eso no importaría porque al siguiente año me cambie de escuela y ahora yo no estaba presente en su vida. Un mes antes de que se acabara la escuela, empezamos a hablar otra vez y nos tratábamos como amigos normales, olvidamos todo lo que paso entre nosotros por un buen tiempo y nos volvimos los de antes, pero cuando cada quien regreso a sus diferentes escuelas después del verano, lo poco que quedaba de relación entre los dos, se esfumo.

Y durante los siguientes 2 años, ambos fingimos que el otro no existía.






Sin sentimientos, solo fajeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora