My Dueño Y Señor (Libro 2 de la saga: Secretos De Luna) EDITANDO

Cap 7

Capítulo dedicado a Natty054

×*Victoria*×

Subo las escaleras y recorro el camino, que conozco de memoria, hasta la habitación de Matteo, que para mi desgracia queda enfrente de la mía.

Cuando por fin estoy frente a su puerta dudo en entrar.

<<Vamos, Victoria. Tú puedes, esto no es nada>> —me animo a mí misma antes de girar el pomo de la puerta.

Al entrar me topo de frente con la espalda desnuda de Matteo y siento mis mejillas arder.

'Primero se toca, salvaje' —me reprende mi loba. —'Que mala suerte que ya se había puesto los pantalones'. —se lamento

<<¡KIRA!>>

'¿Qué? Solo quería deleitar un poco la vista'.

—¿Qué se te ofrece? —pregunta Matteo, justo cuando le iba a responder a mi loba.

—Ya la cena...... —me interrumpió.

—No era necesario que vinieras, yo oí a mi mamá —Dice aún de espaldas a mí, mientras se coloca una camiseta gris, que se adhiere a su cuerpo muy bien.

—Mi tía me envió por ti —digo y me quedo de pie esperando que me diga algo, pero él me ignora.

<<¡Que inmaduro!>> —pienso mientras se calza unas botas de motorizado.

—¿Vas a salir?í —pregunto cuando le veo tomar las lleves de su auto.

—No, me vestí de esta manera para recibirte a ti. —agarra una chaqueta de cuero negra y se la coloca.

—El sarcasmo estaba de sobra. —espeto, pero él me volvió a ignorar.

—La próxima vez, toca antes de entrar a mi habitación —quiso salir, pero yo me atravesé en la puerta, obstaculizando el camino.

—Antes no la hacia —digo serena.

—Las cosas han cambiado mucho desde tu partida. —se puso frente a mí y tuve que levantar la cabeza para poder verlo a los ojos.

—Empezando por tu actitud. —lo encaro cruzandome de brazos, para que vea que no le tengo miedo.

—¿Qué dijiste? —esbozó una sonrisa ladina.

—¿Cuándo te volviste tan idiota?.

—Cuando le confese mis sentimientos a una chica y a esta le importo un pepino lo que yo sentía. —Me apartó, delicadamente de su camino, y se fue sin decir más.

'A eso se llama echarle sal a la herida'. —escuchó la carcajadas de Kira.

<<¡Cierra la boca!>> —gruño.

'Yo que tú cambiaría ese humor'

<<¿Por qué?>>.

'Primero porque te van a salir arrugas y segundo porque tu papá ya llegó'.

<<¿Por qué tuvo que llegar justo en este momento?>>. —me quejo.

'Por la ley de Murphy'
.
.

Bajé corriendo las escaleras, para terminar lo antes posible con esta cena, y cuando llegué al comedor me encuentro con una escena muy peculiar: La señora Paula golpeando a mi tío Iván, con su bolso, y todos los demás no mueven un solo musculo para ayudarlo. Solo están como espectadores, incluyendo a mi papá que ríe a carcajadas.