Prólogo

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Aquella sala estaba llena de criaturas y humanos. Todos parecían discutir con seriedad algo. Cualquiera que esté presente sabe que algo anda mal, muy mal. En el centro de aquella estancia, un hombre levanta la mano para pedir silencio.

-Por favor, cálmense.

-¿Cómo vamos a calmarnos? ¡El Señor ha desaparecido!

-Podría haber salido a tomarse unas vacaciones, quién sabe- dice otra vez el hombre, pero con un tono inseguro, pero disimulado- no es la primera vez que hace eso.

-Sí, la última vez que se tomó unas vacaciones, duró 5 días, ¡no 3 semanas!- grita un caballo de mar al fondo.

-Vale, vale, tenemos un problema- admite el hombre, de nuevo- pero tengamos paciencia, es un Señor, no pueden llevárselo sin más.

-Pero llevamos muchísimo tiempo esperando, ¡no podemos más!

-Sí, eso. ¿Para qué nos sirve esperarle, si ha desaparecido?

-Por favor... si nos desesperamos, vamos a bajar la guardia. Sabéis, y de sobra que estamos en guerra

-¡Por eso necesitamos a nuestro Señor!-grita uno desde el fondo.

-Creo que el General tiene razón, señores. Nos acaban de informar de otro ataque en los Corrales del Este-dice otro hombre, que estaba sentado detrás del que acaba de llamar General.

La sala estalla otra vez en gritos. Los que se oponían a las palabras del General, gritaban a los otros. Este se tapa la cara, estaba realmente desesperado, no sabía qué hacer. La discusión continuó unos minutos más, hasta que las puertas de aquella estancia se abrieron de par en par. Un pulpo con uniforme entró. Tenía los ojos abiertos como platos.

- El... el... Oráculo de Shakum ha hablado...- y acto seguido, cae al suelo exhausto.

En la sala había un silencio muy tenso. En una esquina del techo, una mirada recorría toda la sala, pero Iris olvidaría ese sueño pronto...

Azul [Proyecto abandonado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora