Capítulo uno

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Era un día corriente, el primer día de verano, el primer día de vacaciones. Mi hermano Iván y yo estábamos en la casa de nuestros amigos Jaime y Carla. Para celebrar el fin del curso organizaron una fiesta en su casa, que he de decir, fue una de las mejores fiestas que han hecho nunca. Se notaba que tenían ganas de que este curso de mierda acabase. Acabamos de finalizar cuarto de la ESO y en septiembre pasaremos a bachillerato, el temido bachillerato, en el que se suponen que te preparan para la carrera universitaria que elegirás. Digo se supone porque yo mas bien creo que es una especie de tortura moderna para los jóvenes en la que nos enseñan a aprendernos de memoria cientos de hojas para luego soltarlas como loros en el examen.

A lo que iba, la noche anterior fue increíble. Todos estábamos diviertiendonos, aunque algunos más que otros, para verlo solo tenías que entrar en alguna de las habitaciones de la planta superior, un consejo, yo no lo haría. Fue una de las mejores noches en años, pero nadie me dijo lo que más tarde pasaría.

Iván y yo quedamos con nuestros padres en encontrarnos en la Estación de tren de atocha. Papá tuvo que irse por trabajo a Málaga y mamá no dudó ni un segundo en acompañarle. Papá era un abogado de prestigio, el mejor abogado penal de España y mamá era una increíble enfermera. Iván y yo teníamos que recoger nuestras cosas temprano e ir cuanto antes al metro para encontrarnos con nuestros padres en atocha. Ya íbamos tarde, como siempre, y como siempre el culpable de todo era Iván. No es nada nuevo en él levantarse a las mil horas sin importarle nada. Era un vago por naturaleza y un desastre con patas.

¡Vamos Iván, baja ya o perderemos el tren!¡Ya bajo pesada! ¡solo dame cinco minutos más!.- gritó Iván desde la planta de arriba. Puse los ojos en blanco.

Si no lo has adivinado ya, te iluminaré un poco. Sí, mi hermano es uno de los que anoche se lo pasaron en grande y la causa de todo ello es rubia, alta, ojos azules y se llama Cristina. No me malinterpretéis me cae genial. Bueno, en verdad, nos llevamos cordialmente si se puede decir de alguna forma. Lo único que pasa es que no me gusta para mi hermano. Ella es una de las típicas chicas que las ves y en tu cabeza suena una alarma que dice peligro, mientras que mi hermano parece tener un radar especial para ese tipo de chicas. Como sea, es su vida. Iván y yo tenemos 14 años. Sí somos mellizos, pero he de decir que yo soy más grande que él, por cinco minutos sí, pero es un buen argumento para usar en ciertas situaciones. Si tenéis hermanos, sabréis de qué situaciones os hablo.

- ¡Iván como no bajes ahora mismo subiré y te arrastraré escaleras abajo!.- le grité ya desesperada.

- ¡¿si?!, ¿tú y cuántas más?.- dijo burlándose. No iba a hacerlo pero me ha obligado a usar el cajón de los trapos sucios.

- ¡Con qué esas tenemos! Bien, pues supongo que no te importará que cuente lo que pasó hace dos veranos en la casa de la abuela. Así haré tu espera más amena...- Inmediatamente escuché pasos corriendo apresurados y bajando por la escalera.- Esa noche cuando...- y no pude seguir porque Iván me tapó inmediatamente la boca.

- ¿Estás loca? Me hiciste la promesa de mellizos de que nunca lo ibas a contar.- me dijo susurrando pero claramente enfadado.

- Y no lo iba a hacer, pero ¿a que ha funcionado?.- sonreí con maldad al ver la cara roja de la vergüenza de Iván.

- No tiene gracia.- me espetó.

- Vamos, un poco sí que tiene jajaja estás rojo.- me empecé a reír de él.

- Muy graciosa Ana, me meo de la risa.- nada más que dijo eso me entró un ataque de risa. Cuando Iván se dio cuenta de lo que acababa de decir, empezó a ponerse más rojo aún.- yo... yoo.. calla deja de reírte o sospecharán.- dijo Iván preocupado mientras miraba la cara de algunos de nuestros amigos que parecían no enterarse de lo que estaba pasando.

- No... puedo... parar de reír.- dije en medio de un ataque de risa agarrando mi estómago.

- Eh Ana, ¿qué es eso tan gracioso?.- me preguntó Jaime.

- ¡Nada está loca!.- Dijo Iván mientras yo intentaba controlar mi risa.- Ya nos vamos que llegamos tarde. Una gran fiesta colega, hay que repetirla. ¡Adiós!.- dijo Iván rápido mientras me arrastraba fuera de la casa y cerraba la puerta detrás de el- ufff, por poco.

Ambos nos miramos y nos echamos a reír. Estas cosas eran las que me unían tanto a mi hermano, esta complicidad.

- Vale, sí ha estado gracioso, pero para ya o te mataré Sis.- me dijo Iván.

- Vale ya paro.- le miré seria un segundo, pero sin poder aguantarlo volví a reirme. En ese momento Iván se abalanzó hacia mí y yo eché a correr.- ¡El último que llegue a la parada del metro invita a un helado!.- grité.

- Ve preparando la paga Sis.- dijo Iván mientras me adelantaba.




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Al final llegamos solo cinco minutos más tarde de la hora, pero por suerte el tren de nuestros padres parecía no haber llegado aún. Fuimos a mirar los carteles de llegada de los trenes. Busqué el de nuestros padres, salida Málaga, destino Madrid. Ponía que el tren no iba a llegar debido a un fallo mecánico. Preocupados fuimos a preguntar al puesto de información. No sabía porqué pero en mi interior tenía la sensación de que algo había pasado.

- Perdone, me preguntaba a qué hora está previsto que llegue el tren Málaga-Madrid. Vemos que en las pantallas pone que ha habido algunos problemas y nuestros padres van en él.- La mujer de información me miró entre preocupada y con pánico. Parecía querer que la tierra se la tragase en aquel momento.

- Sí, claro...- dijo algo ¿nerviosa?.- que tal si esperáis sentados en las sillas de espera. Llamaré para informarme. ¿Vuestros nombres?.- no sabía para qué lo iba a necesitar, pero aún así se los di e hicimos lo que nos dijo.

No sabía qué era, pero notaba que algo había pasado. La gente a nuestros alrededor parecía estar alterada.

- Ana...- me llamó Iván. Le miré y me lo encontré blanco con los ojos llorosos. Estaba mirando algo en su móvil, en Twitter. Le quité el móvil para ver lo que estaba viendo. Era una noticia.


"El tren Málaga-Madrid que había efectuado su salida hace 3 horas, ha sufrido un terrible accidente. Al parecer el tren descarriló en una de las curvas. Equipos de investigación y la Guardia Civil se encuentran ahora mismo en la zona evacuando, junto a bomberos y sanitarios, a todos los supervivientes. Las víctimas suman ya unas 70 personas fallecidas y múltiples heridos de gravedad."

Dejé de leer. No.... Esto no puede ser real.

- ¿Iván y Ana González?.- levanté la vista llorosa y me encontré a una mujer de la Guardia Civil.- necesito que me acompañéis a un lugar más íntimo.

No necesitaba que dijera nada más para saber que esa mujer, que nos miraba con lástima, estaba apunto de darnos una de las peores noticias de nuestras vidas.

La LagunaWhere stories live. Discover now