Capítulo 2

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Tres meses más tarde...

(Sonido del despertador)

Hoy llegó el día en el que Iván y yo nos mudaríamos. Han pasado ya tres mese desde que todo sucedió y cada uno de todos estos días ha sido como si viviéramos en una pesadilla. Todo sucedió muy rápido, tanto que me daba la sensación de que nada había ocurrido. En verdad me acuerdo de poco de aquel día, fue como si hubiese puesto un modo automático y nada de lo que hacía estaba controlado por mí.

Ese día el estado intentó ponerse en contacto con algún familiar que pudiera hacerse responsable de nosotros. Mis cuatro abuelos habían fallecido, mi madre era hija única y mi padre tenía un hermano, pero nunca habíamos visto a mi tío antes, ni siquiera sabemos como es. Lleva mas de veinte años peleado con mi padre, por lo que cuando el estado se puso en contacto con él, no quiso saber nada de nosotros. Esto nos lleva al día de hoy. En cinco días íbamos a ser trasladados a La Laguna. En cuanto nos lo dijeron me puse a investigar como loca sobre el lugar al que nos iban a llevar, pero para mi sorpresa San Google no tenía nada de información sobre ese internado, prácticamente a ojos de internet no existía. Sin darle mas vueltas al asunto llegué a la conclusión de que era un internado tan antiguo que el internet no había llegado a sus puertas.

Hoy es nuestro cumpleaños, nuestro 15 cumpleaños, el primero que pasamos sin nuestros padres, sin sus crepes con chocolate por la mañana. Sin pensar mucho más en ello bajé a la cocina donde Clara, nuestra vecina, estaba preparando café y unas tostadas, no eran cortitas, pero era mejor que nada y por eso estaba agradecida.

-   Oh, buenos días Ana. ¿Qué tal has dormido hoy?.- me preguntó al igual que hace todos los días.

-   Buenos días Clara.- le sonreí.- Hoy mejor que ayer.- Le contestaba como siempre. Me había dado cuenta de que esa respuesta parecía tranquilizarla, aunque fuese una mentira.


Escuché los pasos aún adormilados de Ivan bajando. Nada más cruzar la puerta de la cocina vi su ya de costumbre cara ojerosa y fría. La noticia del accidente cambió a mi hermano de forma radical. Aquel chico alocado, divertido y bromista, desapareció aquel mismo día. Desde entonces echo de menos a mi hermano, echo de menos quien era antes de todo.

-   Buenos días.- dijo sin mas el mismo tono impasible de siempre.

-   Buenos días Iván.- le dijo clara.- y...- se giró a coger algo y al volverse a girar vi que en sus manos sujetaba dos muffins, uno de chocolate negro y otro de chocolate blanco, y cada uno con una vela encendida encima.- ¡Feliz cumpleaños chicos!.- soltó con alegría.

-   Muchas gracias Clara.- le dije agradecida de verdad.


Era un detalle muy bonito el que acababa de tener. No eran nuestros padres, pero al menos me hacía sentir que de alguna forma se puede seguir. Al ver que Iván no hacia nada le pegué una pequeña patada por debajo de la mesa. Me miró cabreado y sin decir nada, se levantó y se fue.

-   Yo...yo... no sé que he hecho. ¿He hecho algo malo?.- preguntó preocupada Clara.

-   Nada tranquila, es solo que a Iván le cuesta acostumbrarse a no tener a nuestros padres. Yo sé que en verdad te agradece todo lo que estás haciendo por nosotros. Gracias.- Le miré verdaderamente agradecida.


Sin ella el primer mes no hubiésemos sabido sobrellevarlo. Apenas teníamos fuerzas de cocinar y mucho menos de seguir adelante. Clara estuvo allí desde el momento en el que se enteró de la noticia y fue a buscarnos para poder cuidar de nosotros. Clara es la mejor amiga de la infancia de nuestra madre y recuerdo que desde pequeña siempre ha estado en nuestra casa en numerosas cenas y tarde de café.

La LagunaWhere stories live. Discover now