Capítulo 1.

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Me encontraba yo acostada en mi cama revisando mis redes sociales cuando en mi teléfono entra una llamada entrante.

*Número desconocido*

No suelo contestar números desconocidos por posibles acosadores, violadores, secuestradores o quién sabe qué, nunca se sabe cuánta maldad puede haber en este mundo. Pero sentí una corazonada cuando el número volvió a llamar, quizá sería una emergencia.

Y efectivamente así era, me estaba llamando mi amigo Maximiliano para decirme que había tenido un accidente automovilístico, él estaba bien pero el conductor tenía tres costillas rotas, y como si hubiese dejado lo peor para el final, su primo Fernando, se había roto una pierna y lo tenía que operar.

Rápidamente anoté la dirección para cuando mi padre llegara, pasado el mediodía, me llevara a la clínica.

Le mandé un texto a mi novio diciéndole que esa tarde iría a una clínica debido a que un amigo había tenido un accidente.
No le pedí que me acompañará porque sabía que todo se iba a tornar incómodo cuando llegara allá acompañada de Jean Pierre y además él estaba muy ocupado con los preparativos de su viaje como para yo molestarlo.
Mi novio estaba organizando un viaje hacia la isla, donde vive su papá adoptivo, para ir a visitarlo ya que este se iría fuera del país un tiempo debido a su empresa.

Me tomé el tiempo de darme una larga ducha pero ni así se me quitaba la preocupación que tenía entre ceja y ceja, no me gustaba recibir malas noticias y menos si era con referente a Max, ya que su familia era como mi segunda familia.

                                ***
Cuando mis pies se bajaron del carro no pude evitar sentir un nerviosismo. Max me había invitado muchísimas veces a conocer y salir con sus amigos universitarios pero yo siempre encontraba una buena excusa para no ir e incluso dejarlo plantado, socializar no era lo mío pero luego que entraba en confianza no había nadie que me callara.

Le marco a Max para decirle que ya estoy aquí y que me dirigía hacia el área de habitaciones, como respuesta obtuve un "No te muevas, yo iré a buscarte. No vaya a ser que te pierdas".
Me quedé sentada en unas sillas negras que estaban la entrada, todo esta tan silencioso que daba miedo, sin contar que todo era blanco y se veía extremadamente limpio.

Definitivamente, no me gustan las clínicas.

Al cabo de unos minutos llegó Max caminando lentamente acompañado de dos chicos, los cuales imaginaba eran sus amigos.

—¡Hey Max!— Me levanté rápidamente de mi silla para darle un abrazo a mi amigo el cual, me atrevía a decir, tenía meses que no veía.

—Mi vida—  dijo él, correspondiendo a mí abrazo.

Acto seguido, me presento a sus dos amigos.

—Mucho gusto, Roderick— Dijo el primer chico, lo observé detalladamente. Alto, delgado, tez blanca con su cabello largo recogido en una coleta que dejaba descubierta sus orejas en donde tenía un túnel, en cada una, toda su ropa era negra. Me transmitía un aire a un chico malo, pero no tan malo.

—Mucho gustó también, Eleazar— dijo el segundo chico, este si tenía un aire mucho más relajado, lo único llamativo en su atuendo y él, era un reloj dorado sumamente lindo.

—Yo soy Diana— dije con una sonrisa, de esas sonrisas en las que mi cara se torna como si yo soy la niña más inocente del mundo entero y todas sus galaxias, pero por amor al ser supremo mentira no era.

Subimos al tercer piso por el ascensor y al área de habitaciones, al salir de este, a la primera persona que vi fue a la señora Nayla, mamá de Max.

Cuando me vio en automático se puso de pie y me atrajo hacía sus brazos.

—Niña Gisselle, tiempo sin verla— dijo con ese tono que yo tanto conocía, un tono de voz como de un regaño pero con cariño.

–He estado ocupada... Me alegra verla de nuevo— dije la excusa más tonta del mundo. — Y Fernando ¿Cómo está? ¿Puedo pasar a verlo?—.

—Si mi niña puedes pasar pero debe de estar dormido por la cantidad de analgésicos— me dice la señora Nayla mientras señala la puerta que está detrás de mí.

Al pasar me encuentro con Fernando durmiendo, con su madre la lado, la saludo con un gesto de mano, y salgo nuevamente de la habitación.

Ya una vez sentada los chicos me ponen al corriente de cómo fue todo.
Iban Eleazar y Max, en el carro de Eleazar, cuando Max vió por el espejo retrovisor como uno de los cauchos del carro de Rodrigo patinaba sobre el asfalto y esto provocó que el sistema ABS del auto se encendiera, bloqueando las ruedas y provocando que el carro se volcara. Afortunadamente solo iban en el carro Rodrigo y Fernando porque la parte del pasajero del auto quedó aplastada en su totalidad.

El peor había sido Fernando, que al ir de copiloto, se había roto la pierna ya que ese lado del carro fue el que sufrió más daño.

Pasadas ya las 9 de la noche Eleazar se ofreció a llevarme a mi casa con la condición que mañana también fuera y que él me recogería, yo claramente no me negué.

Cuando baje en mi casa, Max también se bajó le despedí con un abrazo y diciéndole muy bajito "feliz cumpleaños", porque nada más él tenía esa suerte de tener un accidente de auto justo el día de su cumpleaños.

***

V

oy caminando hacia la habitación donde tienen a Fernando y en el camino me encuentro con Roderick, Eleazar y Max están hablando con una señora de baja estatura y que duele riquísimo.

—Ven mi señora— escucho que me llama Max. Me dice así desde que tengo uso de razón.

Llego al lado de él y lo rodeó con mis brazos formado un medio abrazo.

—Mariale ella es Gisselle, mi señora— dice Max dirigiéndose a la señora que en serio huele condenadamente bien.

—Ah con que tú eres Gisselle, por aquí tendrás que pasar la prueba —me dice con un tono de voz que no oculta que está impresionada.

—Mucho gustó señora...—digo al mismo tiempo que veo como se torna una expresión de desaprobación en su rostro.

—A mí no me estes diciendo señora, llámame Mariale chica, me haces sentir vieja y yo todavía estoy joven.

Y es cierto, no se le ve ni una arruga o línea de expresión. Está señora sí qu se sabe cuidar.

—Y aquella de allá— dice señalando a unas sillas que están al frente del cuarto de Fernando en dónde está sentada una señora, que se ve que si tiene unos cuantos años pero igual de cuidada— es la tía. Así le llamamos.

Hoy es el día de la operación de Fernando y todos estamos con los nervios de punta, hasta él mismo, tiene una fiebre extremamente alta y taquicardia por los mismos nervios.

Todos estamos sentados esperado la operación que según el doctor tardará dos horas. Estoy escuchando a Mariale hablar sobre los medicamentos que el médico mando y que tenía que ir a comprarlos... Ella se está haciendo cargo de todos los gastos médico ya que su hijo era el que iba manejando. ¡Mariale es la mamá de Rodrigo! Que tonta Gisselle ¿Cómo no te diste cuenta?.

La mamá del chico que no sale de tu mente sin conocerlo.

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No sé que colocar aquí exactamente... Supongo que ¿Hola?
Esta es mi primera historia en Wattpad, sinceramente, espero que les guste.

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Amarte toda.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora