Capítulo 3.

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Han pasado ya 4 días desde que salí la última vez con los chicos. Ya a Fernando le dieron de alta, luego de 3 horas de operación todo salió excelente, y solo un día después ya podía caminar con muletas. Muy rápido para gusto, pero mis conocimientos de medicina son nulos así que no opine nada.

Estoy acostada en mi cama sin mucho que hacer y me pregunto como seguirá Rodrigo de las costillas, así que decido pasarle un mensaje rápido a Max.

Gisselle.

Hey Max! ¿Cómo estas? ¿Cómo estará Rodrigo?

Max.

Ni idea, tengo como tres días que no hablo con él.

Decido pasarle yo misma un mensaje para saber como esta, aunque no haya la suficiente confianza y solo lo haya visto una vez. ¡Que tanto! Es solo un mensaje de buena fé.

Gisselle.

Hey! ¿Qué tal estas? 

Me causa algo de gracia porque siempre que no sé cómo comenzar una conversación uso esa frase.

—Gisselle, te llaman afuera. —escucho a mi mamá gritando en mi puerta mientras la toca.

Salgo de mi habitación caminando en dirección a la puerta de entrada de la casa.

Ya afuera me encuentro con Marino y Alejo, ellos suelen venir todos los viernes o jueves a buscarme. Generalmente salimos a ingerir bebidas espirituosas pero cuando no, simplemente nos reunimos en casa de unos de ellos a hacer comida.

—¿Qué paso? ¿Qué vamos a hacer hoy? —digo saliendo de mi casa y recibiéndolos con una sonrisa.

—No sé hoy como que solo sale ir a casa de Marino a hacer comida porque no compramos bebidas. —me dice el chico de tez blanca de largas pestañas.

—Será a mi casa, allá podemos hacer cena y ver una película. —dice el chico moreno con su gran sonrisa blanca.

Entro de regreso a mi casa a buscar mi cargador y cambiarme los zapatos por unos deportivos.

—Mamá voy a casa de Marino. —le digo a través de su puerta, camino hacía la sala donde papá ve televisión todas las noches y me despido.

Reviso mi teléfono a medida que voy caminando a casa de Marino, que vive diagonal a mi casa.

Andrew.

Hoola, ya estoy bien. Todo fino con ganas de tomarme unas birras jajaj.

Sonrío para mi misma, pensé que no respondería.

Gisselle.

Me alegra que estés bien, y bueno que te puedo decir esas ganas siempre están jaja.

Andrew.

Sí. Ya solo queda vender lo que se pueda vender y para adelante, porque para allá es que voy.

Leo el último mensaje y no lo respondo, que pereza.

—Vamos a hacer waffles. —me pongo sobre la punta de mis pies, para ver mejor la parte de arriba de la alacena.

—Enana, deja que los altos busquemos los ingredientes en la alacena. —me dice Marino. — ¿O quieres que te busque un banco para que te montes en el y puedas ver mejor? — ¡Oh vamos! No soy tan baja, 1.55m no es una mala estatura, o sí?

Sale de mis labios una risa y me pongo a un lado para que el busque los ingredientes, igual esta es su casa y sabe en donde esta cada cosa.

—¿Waffles con qué? —dice colocando los ingredientes en el mesón de la cocina.

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⏰ Última actualización: Feb 27, 2019 ⏰

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