Desperté con la respiración acelerada, mi rostro sudado y con un pesar sobre mis párpados. Quería levantarme, pero la misma pesadilla de siempre me había atacado; el incendio. Nada me atormentaba más que aquellos recuerdos, traté de evocar dónde estaba; oh sí, en el auto de mis padres. Aleck y Meredith me criaron desde que tenía doce años, cuando pensé que nadie me adoptaría, ya nadie adoptaba a los niños grandes, siempre supe que les faltaba un tornillo, eran unos padres fuera de lo común y hoy estábamos aquí mudándonos de residencia, Turín, para ser más exactos.
Había leído que Italia era un país alucinante, pero para mí dejó de serlo cuando descubrí que íbamos a cambiarnos de residencia. Había estado triste y nostálgico, separarme de mi vida en San Peters Burgo no era agradable; mis amigos y las cosas que había hecho. Pero no podía quejarme, no cuando mis padres adoptivos lo habían hecho todo por mí, a pesar de lo difícil que puede ser cuidar de un niño, siempre estuve agradecido con ellos, porque solo pedía una cosa: amor y me lo dieron.
Mery, como yo le decía, no dejaba de alabar a la fea y sucia casa que teníamos en frente. «¿De verdad vamos a vivir aquí?», pensé, no es que me molestara, aunque mientras Mery creía que eso era una gran mansión yo estaba pisando un charco helado de color verde, ¿qué era eso? ¿Moho? Siempre sentí como si mis padres, cada uno, se hubiera caído de pequeño y ese mal golpe les hubiera hecho daño; poseían un gusto por lo creepy que no llegaba a tener comparación.
—Noah, cariño, ¿verdad que es muy linda? —me preguntó Mery, sacándome de mis pensamientos.
Yo solo asentí, no quería escuchar una larga platica de lo bonito que era el piso de madera agujereado de la casa, ¿qué había allí? ¿Polillas, a la espera de llevar a cabo una revolución contra el mundo? Me sentía como en la película "Una casa patas arriba".
Estaba seguro de que eso iba a pasar, Aleck querría remodelar todo con sus propias manos y cuando estuviera arruinado recién le haría caso al contratista, justo como en la película, solo que yo no tenía hermanos. Oh sí, era el cielo ser hijo único.
Aprovechando que Aleck y Mery se fueron a alabar las paredes mohosas del baño y a pensar miles de cosas asquerosas qué harían en él, me escabullí. Mientras iba en el auto, pude ver algo que genuinamente capturó mi interés: las tiendas que parecían mantener historias interesantes. Así que simplemente recordé el pequeño recorrido que se dieron mis padres por la ciudad y lo imité. Los casones de madera fina con unos altos pilares de roble eran imponentes, daba la sensación de que era un lugar muy cálido a pesar del clima frio que me abrazaba.
A medida que recorría, algo me llamo la atención, había un puentecillo en el centro de aquel pueblo y bajo él se encontraba un bonito lago que estaba congelado en el que casi se podía ver mi reflejo. Miré hacia abajo y entonces sonreí, no es que fuera narcisista, simplemente las cosas de la naturaleza me impresionaban, todo era tan hermoso. Mientras estaba viendo mi reflejo en el agua contemplé algo que me mandó de trasero al suelo; por un segundo presencié como mis ojos azules cambiaban su color a morado. El miedo que me invadía provocó que volviera a mirar el agua, sin embargo, mis ojos eran normales.
«Quizás habrá sido mi imaginación», pensé.
Entonces, dejé eso de lado y me dispuse a pasar el puente, la baranda estaba fría, mas no me importó. Seguí mi camino y a medida que bajaba del viaducto, ese lado se veía más vacío, más solitario. La tristeza me invadió, incluso a través de la nieve se notaba claramente como aquel lugar fúnebre no había sido cuidado por nadie. «¿Por qué este lugar estaría deshabitado?» pensé.
Cuando terminé mi recorrido hacia el otro lado del río, a pesar de estar como deshabitado, decidí seguir explorando; había árboles mucho más frondosos que los que adornaban el resto del pueblo, más voluminosos, más majestuosos, entonces ¿por qué un lugar tan increíble estaba tan descuidado? De repente un crujido bajo mi pie me interrumpió, que era eso ¿una señal? Sí lo era y en ella decía: "Cuidado con el bosque. Zona restringida". ¿Era en serio? ¿Acaso me iban a secuestrar y luego tendría que correr por mi vida porque fui una mala caperucita y el lobo me comió? Eso solo sucede en las películas.
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Buscando a Noah © [LGBT/GAY]
Loup-garouNoah es un chico que ha sufrido muchos cambios radicales alrededor de sus 16 años de vida, y cuando se muda a otro estado este no será la excepción. El olor a muerte es algo que él reconocería en cualquier lugar. Había pensado que a cualquier lugar...