🔪|Capítulo 0|🔪

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Un par de gritos se hicieron eco por toda la casa y en la habitación, el sonido de la comida caerse y los platos de porcelana y tazas romperse se esparcieron por todo el piso junto con el estruendoso ruido de metal de la bandeja que traía en manos la señora de veintiún años, la pelinegra quedó tiesa al ver la escena que veía con sus propios ojos, que estos estaban al borde de soltar lágrimas silenciosas, el cuerpo no dejaba de temblar desde los pies hasta la cabeza, inclusive teniendo soniditos tiritantes de parte de ella, llevó ambas manos delgadas hasta su boca reteniendo cualquier sollozo al ver... su hijo destripando a su padre. Sintió que sus piernas se iban a derribar por completo cuando no pudo tener más fuerzas, así que, sus piernas flaquearon y cayó de rodillas al suelo, sin quitar su mirada negrísima en el contario, quien éste le daba la espalda sin siquiera mirarla a ver, lo que más le daba mucho miedo y con terror al igual que sus ojos expresaban eso, era que no dejaba de tararear una canción de cuna, como si lo que quería era: “mandarlo a dormir”.

A la mayor le daba asco como el menor sacaba con total normalidad las tripas, los intestinos, los pulmones casi todo dentro de él, lo que más le daba asco, era el sonido del apretamiento que daba el bicolor a las tripas haciendo un sonido muy incómodo, y que a la vez no quieres malpensar de lo que tiene en manos, pero ella lo está viendo, viendo como él mismo miraba maravillado las tripas de su PADRE biológico, para después olerlas y sonreír con un sonrojo, sacando por último un suspiro de placer. Unas risas leves se hicieron eco en los oídos de la señora pelinegra, soltando por último un sollozo.

—¿Acaso no es perfecto? —La mayor miró con consternación al pelinegro/blanco, escuchando sus palabras serenas y dudosas.— El interior de mi padre siempre ha sido muy fuerte, aunque trae mucha gordedura.. demo, sin duda su intestinos, son demasiados complejos. —Cada vez que decía esas cosas, las acompañaba con unas risas que hicieron escalofríar a la ojinegra.

Sacó un hígado con facilidad, poniéndolo a un lado de él en el suelo yase manchado de sangre, todo el cuarto estaba ensuciado por ese líquido rojo con sabor a hierro, ni se diga del señor tirado en el suelo, tenía una apariencia como de un muerto siendo revisado por doctores, en este caso es revisado por su propio hijo. Sus ojos estaban sin ningún punto fijo, y su boca entreabierta, dando a entender que en el acto asesino, fue su último aliento. De igual manera en como estaba la habitación, así estaba el ya muerto hombre, bañado en su propia sangre. Tenía abierto todo su cuerpo, desde su pecho hasta el estómago, donde estaban siendo sacados por unas manos pequeñas y “delicadas” de un menor de ocho años, tocando las extremidades de su progenitor.

A-Aki-ra... —Habla entrecortadamente la madre del pequeño bicolor, su cuerpo aún no reaccionaba ante la escena que veía.— ¿Por-Por qué...? ¡¿Por qué!? —Ahora lágrimas eran soltadas con desesperación, alzando la voz junto con sus sollozos.

Siquiera le dio la cara, solamente agarró el hígado de su padre, agarrando un cuchillo de carne para después cortarla y de que esta saliera más de ese pequeño líquido, ensuciándose nuevamente de sangre, no lo pudo aguantar más y lamió el cuchillo como si fuera una paleta, con cuidado de no cortarse la lengua, que siempre la acompañaba con una sonrisa ligera.

—¡Ma-Mataste a tu propio padre, hijo... lla-llamaré a la policía! —Milagrosamente pudo ponerse de píe al fin, pero en su interior le gritaba desesperadamente que huyera mandando a la mierda los oficiales, pero no podía dejar que un niño como él esté libre matando familias al azar. Dio tres pasos atrás torpemente dispuesta a irse, la voz que tanto miedo tenía en aquél entonces, se hizo resonancia en sus tímpanos.

—¡¿Tú?!—. Dijo incrédulo. —¡Oh no, mi madre va a llamar a la policía, qué horror! ¡Soy muy joven para andar en la prisión juvenil, debí ver más Prison Break!—. Se retorció de dolor dramático, una vez que dejó de hacer “quejidos” de dolor, se puso a reír agarrando su estomago, con lentitud se iba parando de su lugar, sin dar aún la cara a la pelinegra.

Un Psicópata Diferente. (BNHA)(Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora