Caminar bajo un cielo azul o estrellado es toda una odisea. Cuán complejo se vuelve cuando hay una tormenta.
Lo primero que haces es decir "no pasa nada", hasta que las nubes negras oscurecen el panorama.
Sólo hay que tomar una decisión. Caminar. Pero ¿Hacia dónde? La mejor opción siempre es "A casa".
Ese es tu lugar seguro donde encuentras protección. Es ese el lugar seguro donde ya no sientes temor. Nuestra casa es semejante a la sombra del omnipotente que nos guarda. El mismo creador de lo que en este momento te espanta.
¿De que tienes miedo? Seguro te preguntas. Sólo es agua, sólo ruido, seguro que no pasa nada.
Hasta que cae un rayo que te pone en alarma. El miedo vuelve a ser tu fantasma.
Pero tú sigues caminando porque aún hay una tenue luz entre las nubes. Quizás no sea fuerte, quizás el agua no inunde.
Pero tú sigues caminando porque comienzas a entender que las tormentas siempre están como tú también.
Las nubes oscuras son como el pasado que siempre vuelve a frustrarte. Los truenos sólo quieren dejarte sordo para que no puedas escuchar a Dios. Los rayos hacen que te asustes y que quieras frenarte y si no lo logra el viento quiere arrastrarte.
Pero tú eres inteligente, tú entiendes, yo lo sé. Eso no es así. No te dejes mentir.
Dios creó todas las cosas y las tormentas son una obra de arte que hay que aprender a valorar porque siempre terminan.
Luego de cada tormenta sale el sol y queda al descubierto lo que permaneció y lo que no.
Por eso sigue caminando. Las calles quizás te parecen más largas, pero no te frenes más tarde o más temprano llegarás a casa.
Cuando sientas que el viento te haga retroceder usa tus fuerzas. No te dejes vencer. Vence, pero disfruta el aire. Quizás te estabas quejando del calor un rato antes.
Cuando un trueno te ensordezca, no temas. Por si no lo sabes Dios habla a voz de trueno. Entonces que sonido hermoso es el que vamos sintiendo.
También no sé si lo vemos igual pero mientras más cerca estamos de casa pareciera que los rayos caen más cerca. En ese momento nos queremos resguardar. Frenar, volver. No lo hagas. Mientras más cerca de casa, más cerca del padre. No te detengas. Sigue caminando.
Seguro mirarás a tus costados y verás que hay personas que están mirando desde sus ventanas y te preguntarás ¿Por qué me toca a mí? Porque tú puedes es la respuesta.
Tú sigue caminando, no te detengas, aunque estés frustrado y no lo entiendas. Estoy segura que en algún trayecto del camino cruzaras una persona caminando a casa con su mejor sonrisa y te haga un chiste sobre el agua fría.
Ahí te preguntarás ¿Por qué se ríe? Y la respuesta es tan simple. Porque esa persona aprendió a caminar en la tormenta.
Ahora lo entiendes todo y una sonrisa dibujan tus labios. Das gracias a Dios por poder presenciar el espectáculo que Él está creando.
Puedes oír los truenos, ver los rayos, sentir el viento. Tú eres parte de todo esto, porque también eres su creación más preciada. Avanza con alegría, no te detengas. Dios te está guiando ¿Por qué crees que no te está cuidando?
Sí, lo hace. Sigues caminando ¿No lo ves? Y cuando llegues a casa encontrarás la paz que un proceso te toco tener. Miedo, dudas, decisiones ¿Qué más? No importa.
Cuando termine esta tormenta en cualquier momento comenzará otra. No importa donde estés, cuán largo sea el camino a casa esa vez, porque aprendiste a valorar lo que es.
Camina, avanza, no dudes, ten fe. Dios está contigo, aunque no lo ves. Dios te guarda aun cuando caminas bajo el agua. Estate en paz.
No temas. Aprende a caminar en la tormenta.

YOU ARE READING
Aguas profundas
SpiritualAquí encontrarás un espacio de reflexión. Quiero compartir contigo lo que Dios habla a mi corazón y me lleva a pasarlo a la escritura. Mensajes que me han hecho falta. Mensajes que me han abierto los ojos. Mensajes que me hicieron ir a aguas profun...