Cap 7

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Narrador Gona

Salí de la oficina porque estaba hambriento, entré a la cocina y abrí la nevera, pero no había nada de comida, me estresé un poco ya que tenía que buscar comida, me dirigía a la puerta de la cocina para salir pero... Parece ser que se había atorado la puerta, me asusté un poco pero traté de calmarme, solo se había estancado, intenté empujar con fuerza la puerta para derrumbarla pero no se caía, me pareció extraño eso ya que este hospital era muy antiguo, di una patada muy fuerte y nada, no se rompía y eso que la puerta es de madera, esto ya me comenzó a asustar, luego de unos momentos, las luces comenzaron a parpadear, supuse que era un fallo de electricidad por ser este hospital muy viejo, se le debían dar unas mejoras. Seguí intentando empujar y abrir la puerta, entonces escuché un susurro decir mi nombre "Gonzalo", esto me comenzó a asustar mucho, nadie me llama aquí por Gonzalo si no por Gona. Escuché el chillido de una rata, yo no le temo a las ratas así que tan solo lo ignoré y seguí tratando de abrir la puerta, cuando se cae un foco al suelo quebrándose. Me espantó eso y me hizo voltear hacia atrás mío, me dí cuenta de que no se había caído nada, creo que esto de quedarme encerrado me está volviendo esquizofrénico. Después de varios minutos intentando abrir quedé por finalizado en el suelo cansado, cerré mis ojos por un momento para relajarme y pensar bien. Fue lo peor que pude hacer, cuando los cerré vi varias sombras, me eran familiares pero no podía saber de quienes eran, entonces dí la vuelta para voltear detrás mío y me encontré con una mujer, su cabello era un color bastante lindo, era un cabello color dorado muy brillante, era rizado y largo, pero traía puesta una camisa de fuerza, tenía un pantalón naranja y unas botas negras muy rasgadas, ella era muy linda pero, había algo que me perturbaba bastante de ella y era que... Su rostro no tenía expresión alguna, tenía una sonrisa muy hermosa, pero no paraba de sonreír, no parpadeaba, no tenía ninguna expresión, solo sonreía y me miraba fijamente, yo estaba paralizado del miedo, sentía como se acercaba lentamente a mí sin dar pasos ni flotar, era muy perturbadora esa chica, el fondo era completamente oscuro y con un frío tremendo, entre más de acercaba más oscuro se volvía y más frío hacía, cuando estuvo demaciado cerca mío, observé cómo su preciosa sonrisa iba haciéndose más grande al punto de llegar hasta casi cerca de sus ojos, no me movía estaba paralizado de tanto temor. Entonces sus ojos de vuelven completamente huecos y sale un líquido extraño, como si se tratase de sangre pero muy oscuro casi llegar a negro, de sus ojos salían unos brazos muy extraños completos de sangre y sentía como me enterraban sus dedos en mis ojos, comencé a gritar de dolor, me los arrancó muy lentamente, eso hacía que yo gritara más fuerte y con tanta agonía, entonces esa chica hizo que su cabello se moviera solo y entrara dentro de mi boca ahogándome, salía cabello de mis cuencas, mis uñas, mi nariz y de otras partes que no me gustaría mencionar, su cabello recorría todas mis arterias, venas y sangre, incluso llenando mis pulmones de cabello, estaba sin oxígeno, al borde de morir. Fue entonces cuando ahí escuché como patearon la puerta tirándola haciendo que me despertara de esa pesadilla, era Luh quien derrumbó la puerta, estaba llorando de tanto temor que tuve. Luh llegó y me abrazó con bastante preocupación. Sentí tan real ese sueño, era horrible, cada vez que cierro mis ojos veo el rostro perturbador de esa mujer. Creo que no dormiré bien durante unas semanas o incluso meses.

-Qué sucedió Gona?? Estás bien?? -me dijo Luh mientras me abrazaba y acariciaba mi cabello-

-S...si... Es...estoy bien... -dije completamente perturbado-

-Creí que te quedarías aquí dentro encerrado, escuché tus gritos llantos de temor -dijo aliviado y preocupado-

Cuando dijo eso me sorprendí bastante, si grité y lloré, pero mis gritos y llantos estaban en mi sueño, además no eran de temor, eran de sufrimiento... Algo no está bien aquí... Qué sucede conmigo?... Luego de unos minutos me tranquilizó un poco Luh y nos sentamos en el sofá de la sala de estar ya más relajados. Luh sacó unos juegos de mesa y jugamos para distraernos del terror que yo tenía y la preocupación que él tenía.

No Estoy Loco... Estoy FelizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora