CAPITULO 2

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Los siguientes días pasan como siempre, todo aburrido y normal. Lo que me parece raro es que no haya vuelto a ver a esa chica, no sé si la abran trasladado de centro, espero que no. La verdad es que me dio curiosidad, nunca habían hecho eso antes. Lucas esta todo el día con una niña de la planta de abajo y yo no tengo más remedio que quedarme solo. Paseo por los pasillos con las manos en los bolsillos, hasta que escucho un grito que proviene de una puerta de acero. Me escondo tras una columna y espero, 5 minutos, 10 minutos... cuando me dispongo a marcharme, la puerta se abre, y salen tres monitores hablando.

- Es un bicho raro, cuando la dejaron en esa cafetería tenía una nota en el bolsillo de su vestido.

-sí, yo la leí, por lo visto mató a su hermano de dos años

- ¿se sabe algo de los padres?

-no hay rastro de ellos, la dejaron en la puerta de una iglesia con su hermano hace un año, siempre estaban juntos.

- me parece raro que matara a su único lazo de sangre,¿ a ti no?

-si... pero ya la has visto, no habla ni con descargas eléctricas, solo mira al suelo, creo que es autista...

Las voces se van apagando mientras desaparecen hacia el comedor, yo me acerco hacia la puerta y miro por la ventanita. La veo, esta acurrucada en la esquina, la habitación no tiene ventanas y solo hay una manta en el suelo, ¿como pueden hacerle esto a una niña?

- ¿Hola? – la chica salta del susto y se encoge aún más- no tengas miedo... lo he visto todo, ¿te han hecho daño? – la chica asiente y llora- no... no llores... ¿quieres que se lo diga a alguien? – niega bruscamente con la cabeza y se tira de los pelos- vale vale tranquila, no te hagas daño – se tapa la cara y me mira entre los dedos, no consigo verle los ojos.

Siento un escalofrío en la espalda, ¿porque da tanto miedo esta niña?

- ¿sabes hablar? – no responde, me sigue mirando y empiezo a ponerme nervioso. Miro detenidamente al suelo y veo que no hay ningún plato de comida.

- ¿Te dan de comer? – niega con la cabeza y me estremezco. Miro la puerta y veo que tiene una ranura en la parte baja, probablemente esta sea una celda de castigo.

- Ahora vuelvo ¿vale? Voy a traerte comida – me voy corriendo hacia el comedor y me encuentro a Lucas. Se está besando con esa chica, paso rápido por su lado para que no me vea, no quiero interrumpirle, ya sabía que esto iba a pasar, por muy mejores amigos que seamos, las parejas siempre estarán primero... aunque duela.

Sigo con mi objetivo principal, conseguir comida para la chica misteriosa. Cojo un pan y dos manzanas, es lo único que puedo conseguir a estas horas. Me escondo las cosas en la chaqueta y corro hacia la puerta. Cuando llego me asomo por la ventanita, sigue ahí, solo que ahora se mira las muñecas. Doy unos golpecitos en la puerta y se sobresalta.

-tranquila, soy yo. – me agacho y meto la comida por la ranura. Me vuelvo a asomar y ella se levanta, pero no se acerca, pienso que a lo mejor no quiere que la mire y me siento con la espalda en la puerta. Escucho como se acerca y seguidamente una mordida en la manzana. Sonrío. – por cierto, me llamo Uriel.



~ Giiselle

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