Parte dos

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11. "Creí que era especial.

Fui muy tonta al creer que podía ayudar aun cuando yo no puedo ayudarme, y fui más tonta porque creí hacer lo correcto.
Creí que por fin alguien había visto profundamente dentro mío y descubierto más que mi cara y palabras amargadas, que por fin iba a ser capaz de inspirar los versos más hermosos que alguien ha creado jamás.
Creí que era simplemente especial pero, bueno, la gente cree muchas cosas".

12. "Yo no soy alguien a los que muchos le escriben cartas, mensajes, ni mucho menos una gran recopilación de poemas. Yo no soy a quien le van a ver por las noches sólo porque no pueden parar de pensar en ella, porque necesitan estar entre sus brazos.

Yo no soy, ni mucho menos, alguien con quien se puede correr el riesgo de dejarlo todo y vivir junto a ella, feliz y en paz.
Porque yo estoy rota, porque los poemas los escribo y los dejo guardados. Porque en las noches tengo frío el corazón, es el único frío que soporto. Porque mis brazos se paralizan apenas se abren.
Porque yo soy el riesgo que nadie quiere correr, porque mi vida no es vida, y nunca estoy feliz y en paz.

Porque no soy más que un despojo de alguien que, a pesar de ser así, espera que algún día (y duerme pensando que no será tan lejano) una persona se atreverá a escribirle algo, a pasar juntos las noches y la vida entera".

13. "Él no me amaba.

Él amaba que alguien lo amara, amaba saber que alguien daba todo por él. Amaba saber que era todo, que tenía el poder de hacer y deshacerme. Amaba la idea de que yo haría cualquier cosa con tal de verle feliz, que no me quejaría de las migajas y que siempre, siempre, estaría ahí.

Por supuesto que él no me amaba, y qué tonta era yo por amarle".

14. "Amar de la peor manera es sentir que estás ligado a la otra persona por un hilo invisible que jala, que ata, que te ahorca. Es pensar a mil por hora con las neuronas que aún te funcionan, es saber muy en el fondo que jamás podrás desligarte del yugo o la fuerza de ese amor. 

Me temo, y que los dioses me perdonen, que yo te amo de la peor manera; aún habiendo terminado con todo, sigo sintiéndome tan cerca de ti".

15. "Ella tiene miedo de estar sola, que algún día llegue a casa después de tantos años y no haya una voz que le de la bienvenida, que le pregunte por su día, que le de un beso y le quite el abrigo. Tiene miedo a estar sentada a la mesa y le hable a los lugares vacíos que tiene en frente, a los vecinos que nunca escuchan nada. Está aterrada de que sus amigos sólo sean un par de copas de vino al día, o una reunión sobrecargada de historias que no son las de ella, porque las suyas no son más que huecos argumentales.

Ella tiene miedo de irse a dormir cada noche con las mismas ganas de volarse la cabeza como de cerrar los ojos y descansar".

16. "Una vez me preguntaron qué siento al abrazarlo. ¡Qué pregunta más idiota!

Las cosquillas las siento mucho antes de que nuestros cuerpos se toquen".

17. "Tengo ganas de bailar desnuda frente a la fogata, flotar como si las letras de las canciones fuesen pequeños pajaritos alzando mi cuerpo. Quiero follar a la luz de las estrellas, amada y escandalosa, y quiero brillar más allá de las auroras. 

Tengo ganas de bailar aquél tango delicioso que compartimos alguna vez, que me sangren los pies y me muera entre tus brazos; tengo ganas de bailar como bruja, como doncella, como ya casi nadie baila".

18. "Yo te quería a pesar del dolor que me producía tu ausencia, el calor inerte de tu cuerpo junto al mío, tan devastador y malévolo. Yo te quería por el brillo de tus ojos y el ancho de tu sonrisa, y pude soportar las noches en las cuales te apagabas. Pude ver a través de tus gestos odiosos, a través de tu alma corrupta; y la amé, la amé tanto que permití que me corrompiera al extremo, a pesar de saber que éramos tan compatibles como Ícaro y el Sol". 

19. "Cuando te sientes vacío no habrá nada que pueda impedir eso, no habrán ni siquiera palabras para describirlo. Tal vez un fuego que te quema, tal vez un vórtice que te traga; hay muchas cosas alrededor que terminas por aceptar que nada te llena, que nada te atrae, que nada merece la pena. Entonces te quedas dormido, o callado, o simplemente no miras a nadie. Y así la vida sigue, te pasa de lado sin notarte, que te pudras, ¡a la mierda contigo! Y luego te das cuenta que te has quedado atrás, renegado, e intentas avanzar; pero los demás ya están tan lejos que hasta el esfuerzo resulta imposible. 

Es imposible salir de aquél sentir, hasta que algo te nazca, te llene y vuelvas a ser rojo".

20. "Bien lo decía mi madre, que no todo en esta vida es gratis; tienes que, literal, dar para recibir. Pero dime, mamá, ¿cómo le hago cuando ya di todo? Estoy asustada, me muero de miedo: dame otro consejo, para ser yo la que reciba todo y no pierda nada más". 

AmentesWhere stories live. Discover now