Inicio de los preparativos.

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Me quedé en sock, tarde en asimilar la pregunta, ¿Era cierto? ¿Mis oídos no me estarán fallando? Mi corazón empezó a latir a mil por hora, era noche y claramente el no pudo notar mi rubor que se hacía presente.

—¿E-escuche mal?—Dije mientras me sentaba en la cama.

—No hermosa.—Dijo tomando mi mejilla

—Dilo de nuevo.—Dios míos esto no puede estar pasando.—Dije para mi

—¡___, casate conmigo!—Dijo mientras sacaba una cajita de tercio pelo de su cajon.

—Casate conmigo.— Volvió a repetir mientras tomaba mi mano poniéndome el anillo, ¡era tan hermoso!

—¡Cl-claro que si Saúl!— Dije lanzándome a sus brazos, mientras mis lágrimas empezaban a salir.

—No sabes el cambio que le diste a mi vida, lo que hice para cambiar mi actitud, solo una pequeña y hermosa niña que estuvo en otra parte del país eres tan increíble, no puedo creer que ahora estés en mi vida y ahora prometo estar contigo en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza. Hoy y siempre.—Dijo tomandome de mis mejillas limpiando mis lágrimas, mientras depósito un tierno beso lleno de amor.

—Saúl, no sabes cuanto te quiero daría mi vida por ti.—Dije llorando mientras veía el hermoso anillo.

—Quieres hablar ahorita de como se va hacer o mañana

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—Quieres hablar ahorita de como se va hacer o mañana.—Dijo tomando mi mano mientras acariciaba mi pelo.

—Mañana, ahorita estoy cansada de todo lo que pasó ahorita.—Dije sonriendo recordando todo lo que pasó hace un momento.

—Esta bien, descansa.—Dijo acostándose acomodando mi cabeza en su pecho para quedar dormidos.

A la mañana siguiente tuvimos nuestra rutina del diario, bañarnos desayunar y preparnos para ir a la escuela, con la única diferencia de que tengo un anillo de compromiso en mi mano, estoy tan alegre, pero no se si llevarlo es mucho riesgo portar algo así en la calle que por ende no son muy seguras que digamos y opte por dejarlo en casa lo cual le comente a Saúl y el aceptó.

Todo paso tan tranquilo sin ninguna tragedia entre Saúl y Adrián al parecer todo está tranquilo.
Saúl quería decirle a mis padres pero no lo se como lo tomen, todavía no soy mayor de edad.

—Saúl ¿No crees que es mejor el fin de semana?—Dije tomando su mano que estaba en el volante.

—Creo que tienes razón, tengo que hacerlo lo mejor posible y de una buena manera.—Dijo mirándome, dándome una sonrisa.

—Bueno que te parece si cuando lleguemos a casa hablamos de los preparativos.—Dije poniéndome roja.

—¡Claro! Me agrada la idea.—Dijo sin despegar su mirada del frente.

El Hilo Rojo NNC+18 (Saul&Tu) [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora