Primera Vez - Relatos Eróticos

No es Correcto

Era fín de semana y en la tarde llegaban mis tíos y primos a casa, hace como unos 5 meses no los veía y probablemente iríamos a pasear por el centro comercial cuando llegaran, ya que a mi madre, tía y prima les encantan las compras y la decoración para el hogar, y mi papá aprovecharía para ir a ejercitar al GYM.

Yo tal vez iría a la plaza para conversar con mi primo Sergio, un chico de mi edad, 16 años, cabello negro y de altura mediana. No era alguien con grandes musculos, pero tenía buen físico y una hermosa sonrisa. La verdad siempre me pareció apuesto, pero nunca se lo dije, que pensaría de mi si siendo del mismo sexo le digo eso.

La verdad es que siempre me interezaron mas los chicos que las chicas, pero nadie lo sabe, y prefiero que siga así. Mi atracción por Sergio tampoco deberia ser descubierta, mi familia probablemente no me aceptaría y pensarían lo peor de mi, no quería que me vieran como un bicho raro, como la oveja negra.

Finalmente llego la hora, habían llegado y se estaban acomodando en la casa. Yo estaba vestido con una sudadera celeste y unos jeans ajustados color celeste, había peinado mi rubio cabello y me puse los lentes de contacto. No se porque me había preparado tanto, no es como si Sergio fuera a notarlo, pero me gustaba verme bien para él.

Baje de mi cuarto y me puse a saludar a todos, él fue el último, nos estrechamos las manos y le regale una sonrisa, él me la devolvio. Ay, su hermosa sonrisa, tan perfecta, marcando sus hoyuelos a los lados, me estaba volviendo loco. Ya quería irme y distraerme un rato.

De repente mi madre se acerco a nosotros.

- Chicos, ¿Ustedes podrían quedarse? Para que la casa no quede sola, con todos los robosque andan ocurriendo.

- Por mi no hay problema tía - Respondió él con su grave y sexy voz.

- Por mi tampoco - Me apresuré a decir

- Esta bien, muchas gracias - Estiró su brazo y miró el reloj en su muñeca - Vámonos ya, o se nos va a hacer tarde.

Una vez que todos salieron de la casa, nos quedamos solos, y un silencio incomodo inundo la casa.

- Entonces... ¿Como estas? - Preguntó, con sus manos en los bolsillos.

- Bien, ¿Y tu?

- Bien, aunque ya sabes, con la separación de mis padres, las cosas han estado un poco tensas. Creo que a todos nos hará bien pasar las vacaciones aquí.

Se veía tan sensible, me daban muchas ganas de abrazarlo, y decirle que todo estaria.

- Bueno... todos nos vamos a esforzar porque se sientan como en casa.

- Gracias - Se formó una pequeña sonrisa en su rostro que se inclinaba hacia la derecha.

Su mirada cabizbaja subió y se infiltro en mis ojos, mirandome como si tan solo con eso pudiera saber todo lo que pensaba, todo lo que sentía. Ese pensamiento me aterrorizó, así que voltee la cabeza hacía la derecha como si hubiera visto algo.

- Amm... Bueno, tengo que ir a arreglar mi habita... - Antes de que pudiera terminar la frase me tomo de lo hombros, y acerco nuestros rostros a una distancia minima. Estaba tan cerca de él... De sus ojos... De sus labios...

Él me miraba tan finamente, como si pudiera penetrar cada parte de mi mente, finalmente no me pude resistir, y corte ese centimetro de distancia, nuestros labios se chocaron, él era muy bueno besando, sus labios se movían de una manera muy apasionada. Metió su lengua, y sentí como sus manos comenzaban a moverse por mi espalda, bajando para quitarme el buzo y la camiseta que llevaba debajo. Yo imité sus movimientos, hasta que los dos quedamos sin nada en la parte de arriba.

- Esto no esta bien - Dije con miedo de que se enteracen alguno de nuestros familiares.

- No importa lo que esté bien, importa que te guste - Dijo casi jadeando.

Él bajó sus manos hasta mi pantalón y comenzó a desabrocharme los botones. Lo bajó, yo moví mis pies para terminar de sacarmelo y lo pateé hacia atrás para que no estorbara. Lo mismo ocurrió con los boxers, sentí un cosquilleo en esa parte cuando lo bajó.
Ya solo quedaba mi pene en frente de su cara. De repente me dio inquietud de que le pareciera muy chico, pero se me olvidó cuando él empezo con los besos por esa zona.

Luego hizo movimientos con su lengua, se sentía muy bien, tanto que cerré los ojos y lleve mi cabeza hacia arriba. No sabía donde poner mis manos, no sabía que hacer exactamente. Parece que el se dio cuenta porque se detuvo un segundo.

- Solo gózalo - Dijo en un tono suave.

Él se paró y volvio a besarme, con lengua, empujandome suavemente para que me recostara por el sillón de la sala. Acto seguido volvió a bajar y metió mi pene erecto en su boca, juro que nunca antes había sentido algo mejor. Sergio movía su cabeza de atras para adelante, y yo me estremecía del placer.

- Date la vuelta - Me ordenó.

Yo obedecí y me puse en cuatro, no podía creer que mi primera vez fuera a ser con mi primo, estaba tan nervioso. Sergio acariciaba mis caderas, y dejo un beso en una de mis nalgas. Se paró y bajó su pantalón quedando igual de desnudo que yo.

- No te preocupes, solo te dolerá al comienzo - He de decir que esa frase me puso un poco mas nervioso.

Se colocó detrás mio y puso su pene exactamente en la posición perfecta para entrar por mi ano, eso me exitó mucho, causandome cosquillas en esa parte. Pero cuando comenzó a meterlo, sentí mucha presión, como se habría esa parte de mi dandole paso a su penetracion, emití un gemido de dolor. Sus manos en mis cadera, me agarraron, haciendo que mi cuerpo se balancee lentamente de atrás para adelante. El dolor se fue lentamente, y lo reemplazó una sensación de placer y lujuria muy intensa.

Llevé la mano hasta mi pene y comencé a masturbarme, al mismo ritmo al que íbamos ambos. Él placer era tan satisfactorio, ambos logramos conectarnos perfectamente.

- Me vengo... - Dije en un jadeo.

- Yo tambien... - Contestó él. Noté como su voz tomó un tono mucho mas grave y ronco.

Los suspiros iban tan rápido, los movimiento, las embestidas, me sentía en las nubes. No podía controlar mis gemidos. Finalmente ambos terminamos al mismo tiempo. Él se acostó a mi lado, y nos dimos un beso.

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Hola, espero les haya gustado este relato y hayan disfrutado leerlo como yo escribirlo