Oh, it's a date.

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Una sonrisa se esbozaba en su rostro cuando recordaba a ese chico de cabellos cafés que se hacía llamar Shownu, que tenía una cara de gato realmente preciosa, una sonrisa encantadora, y dos ojos que parecían medias lunas cada vez que reía. Y no sólo su físico era lindo, sino que su personalidad era más que atrayente. Su forma de ser tan tímida, su grave voz que era tan dulce como el azúcar y la miel juntos... Shownu era el indicado, sin duda.



Se sentó en frente del caballete, y, tomando un lienzo en blanco, tomó el lápiz para empezar a hacer el esbozo. Memorizó cada detalle de Shownu, e intentó dibujarlo, como siempre, haciéndolo con éxito.



Se disponía a pintarlo, cuando se dio cuenta que no le quedaba pintura. El bote estaba vacío, completamente vacío. KiHyun refunfuñó. Tendrá que llenarlo después.



Pero luego de haber visto a aquel chico, nada ni nadie podía quitarle esa sonrisa de bobo.



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KiHyun se despertó por los terribles truenos que hacían retumbar en la habitación. Se levantó sobresaltado al escuchar uno que hizo que las ventanas casi reventaran del fuerte sonido. Se incorporó en la cama asustado, y luego de ver que estaba lloviendo, se tranquilizó.



Miró la hora en el reloj que tenía justo en frente suyo. Era la hora y el día perfecto para salir a la cafetería.



Sin demorarse demasiado se levantó, y se vistió como normalmente lo haría para ir hacia allá, pero, no iba a negarlo, trató de vestirse un poco más presentable para él. Tenía que lucir atractivo si quería ganárselo.



Buscó entre sus ropas, y escogió la que le pareció más apropiada. Era como las demás; con colores neutros y simples, pero se veía mucho mejor.



El estilo de KiHyun era bastante normal, pero siempre trataba de darle un toque único, algún pedacito de él en sus prendas, y eso era lo que le hacía único. Por lo general usaba pantalones simples, sin mucho diseño, y con colores aburridos, por decir algo. Pero así era su estilo, y se sentía cómodo con ello. Sin embargo, hoy intentaría usar algo distinto para Shownu. Unos jeans negros que no hay que negarlo, se le veían demasiado bien. Un sweater blanco, zapatillas, y un abrigo para el frío. Se miró al espejo y sonrió satisfecho con su elección. Hoy no habría razón para que Shownu no cayese a sus pies, claro que no.



Tomó un paraguas, su mochila con su libreta y pertenencias dentro, y sus llaves, saliendo de casa. Podía escuchar la lluvia mientras caminaba por el oscuro pasillo en dirección al ascensor.

the art of blood ㅡ showkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora