2. ¿Quién eres?

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Junio de 2005
Nueva York, Estados Unidos

Luego de la muerte de mis padres le informé a Hermione y a los demás que me vendría a Nueva York a buscar Daphne. Todos me apoyaron y me animaron, Astoria, su hermana fue la más contenta, sin embargo, no me lo puso fácil, ya que se negó a darme la dirección de donde vive su hermana o algún otro dato sobre su vida.

Cuando la guerra acabó, aún el mundo mágico estaba muy resentido y herido... Aunque en los juicios se probó la inocencia de los chicos de Slytherin, habían aún prejuicios.

Daphne y yo nos hicimos cercanos en el último año que estudiamos en Hogwarts. La profesora Sprout nos dejó un trabajo en pareja, las tardes las pasábamos en la biblioteca buscando información sobre la flor de fuego, una flor de cuatro pétalos de color naranja que solamente crece a las orillas de volcanes...

En esos momentos, a solas, me permití conocerla y sus sonrisas, su amabilidad, la forma en la que me veía... Me enamoraron. Sin embargo, nuestra relación siempre se mantuvo en secreto, pues la sociedad mágica aún veía con malos ojos a los del bando contrario...

Sí, fui un cobarde, siempre lo he sido, por eso ella decidió irse, porque yo no estaba dispuesto a pelear por nuestro amor...

Aún la amo, cada día desde su partida, le escribía cartas que le entregaba a su hermana, pues yo no sabía dónde estaba... Hasta que un día mandó una postal...

"Siempre recordándote... Siempre amándote..."

Y la imagen de lo que parecía un parque llamado Central Park...

Es la única pista que tengo para comenzar a buscarla... Los chicos me aconsejaron buscarla con un hechizo rastreador, pero me negué... Quiero encontrarla por mis propios medios.

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Como cada día me levanté a tomar una ducha, desayunar para luego irme a trabajar...

Hace cinco años resido en Nueva York, aquí monte una floristería. De pequeña me gustaban las plantas, las flores... Cuidar de ellas, verlas crecer. En Herbología fuí la mejor aunque al ser de la casa de Slytherin nadie lo notaba pues siempre menospreciaban lo bueno que podíamos hacer.

Dejar Londres fue una decisión difícil, dejar atrás a mis amigos, a mi familia y a él.

¿Qué podía hacer? Una relación es de dos y yo no podía luchar por ambos... No cuando una sociedad te da la espalda, aún después de haber pasado una guerra.

Por eso opte por irme, no quería que mi amor por él se convirtiera en odio, sé que las circunstancias no eran las mejores para dar a conocer nuestra relación.

En muy poco tiempo, mi floristería se convirtió en la más popular de la Quinta Avenida. Flores de distintos colores y especies, todas cultivadas con magia, mayor duración antes de marchitarse y en el aroma.

Las dos chicas que tenía como empleadas no saben que soy bruja, sólo saben que soy de una familia adinerada de Londres.

Salgo de mi apartamento ubicado en el Upper East Side, la zona residencial más exclusiva de Nueva York. Abro el paraguas rojo, mi favorito, que siempre llevo conmigo, la ubicación de la floristería es a unas tres calles de donde vivo, por eso me voy caminando.

La chica del paraguasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora