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1883, valentine

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1883, valentine.

Ahí estaba Arthur, en una taberna que se encontraba en un pueblo llamado valentine.
Se centraba en las más hermosas mujeres que se encontraban ahí, y se acercaba a ellas para intentar conquistarlas.
Por desgracia, ambos no iban para una historia de amor, solo querían una buena noche de pasión y nada más, incluso no se volverían a ver más en la vida.

El caso es que no todas las chicas son así, algunas son unas mujerones que no son tan fáciles de conquistar.
La típica forajida que no consiente nada, para muchos.
Pero en esta mujer, llamada Hedda ; no todo es así, puede ser una mujer tan dulce como el azúcar, o el diablo en persona.
Si te mete un tiro, tú te lo has buscado.
Si te da un beso, algo habrás echo.

Y Arthur, por otro lado... Arthur era un asesino pero un amor a la vez, tenía el corazón tan roto que se lo dejaba a los demás.
Lo que pasa que en esta época, en el viejo oeste llenos de tiros, 1883, es un año en el que pasan miles de cosas, para Hedda, y para nuestro querido Arthur.
Muertes, robos, pero ante todo una bonita historia de amor entre dos desconocidos.

Ambos se necesitaban dese hace años, y hoy se encontraron.

Es un día para recordar, y que nunca se les va a olvidar.

Una mujer, rubia y con un cabello ondulado, vestida con un chaleco y uno pantalones, con unos ojos vivos a pesar de todo lo que la ha pasado, y una boca grande que silbaba alguna canción que pasaba por su cabeza ; apareció por la gran taberna en valentine, llena de borrachos.

Está mujer tan poderosa llamó la atención de todos los hombres que estaban en el saloon.
Algunos la miraban babeando, otros sólo la deseaban.
Sin embargo Arthur, quien aún no estaba muy loco por los afectos del alcohol, la miraba diferente.
La miraba con una ceja levantada, y con algo de curiosidad de conocer un poco más a esa mujer.

-. Un wishky, por favor - Le dijo al camarero quien la sonrió con una mirada coqueta y ella solo esperó a su wishky mirando mal al camarero por la forma de la que le había sonreído.

-. Aquí lo tiene - todo el mundo estaba callado, ella era el punto de vista.

Se giró para tener otra vista de la taberna y se rio.

-. ¿Tengo monos en la cara, o qué? - dijo ella descaradamente y todos se rieron tontamente.
Terminó de beber su bebida y le dio unos billetes al camarero quien los aceptó cariñosamente.
Salió del lugar y Arthur la siguió, esa chica era la suya, era la que necesitaba.

Miraba sus caderas, quien se movían como flecos al andar.
Parecía salirle corazones de los ojos, se atrevió a dedicarla unas palabras.

-. ¿Cómo es que eres tan perfecta mujer? - dijo Arthur acorradandola a la pared.

-. ¿Perdón, te conozco? Que yo sepa solo he tomado un wishky... - dijo ella intentando parecer tranquila.

-. No creo, pero siempre hay tiempo... ¿O no? - dijo Arthur y unas risas procedentes de unos hombres llamaron la atención a ambos - Oh Dutch - dijo Arthur riendo.
Ella solo salió de los brazos de el misterioso hombre que la acorralo en un segundo y siguió caminando. - ¡Arthur Morgan, puedes venir a visitarme mañana en la taberna a esta misma hora! - dijo y ella solo se rio.

-. Supongo que te esperaré ahí sentada - dijo ella riendo y solo se fue dejando a Arthur que la deseaba.

-. ¿Tenemos a un Arthur enamorado, eh? - dijo Hosea, un gran amigo de Dutch ; el jefe de la banda, y de Arthur.

-. Cuando entró en la taberna, todos la miraban pero ningún idiota se atrevió a hablarla. - dijo Arthur saludando a los hombres de su banda.

-. Si, claro. ¿Y el maravilloso y conquistador Arthur Morgan intentó ligar con una mujer armada? ¿Acaso quieres que te coman, hijo? - comentó Dutch riendo.

-. Me dejaría comer por ella, sin duda - exclamó Arthur provocando risa a los dos hombres que estaban frente a él.

-. ¡Buena suerte Arthur! - dijo Hosea y siguieron con esa vida de criminales, que intentaban ocultar.
Arthur se pasó todo el día pensando en ella, incluso la escribió y dibujó en su diario.
Sin embargo, cada vez que ella recordaba esa imagen daba unas carcajadas.
Parecían totalmente opuestos, pues Arthur vivía en un campamento con un puñado de gente y Hedda se construyó una casa en las afueras de valentine.
Algo que tenían en común, es que ambos mataban.

Aunque no les gustaba matar, no tenían otra forma de ganar de dinero y es así como lo tuvieron de hacer.
Es la vida que les tocó.

A ver que cosas les depara el futuro.

Esa chica, esa maldita chica es lo mejor que he visto en mi vida

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Esa chica, esa maldita chica es lo mejor que he visto en mi vida.
No me esperaba una mujer así, de todas las que vi en esa taberna ella era la que resaltaba.
Mañana volveré a esa taberna, porque vaya que si esa chica vuelve me dará algo.

-. Hay... ¿Arthur en qué piensas? - dijo Mary-Beth acercándose a mí riendo - llevas todo el día sonriendo y callado, y Hosea y Dutch se ríen de ti. -.

Mary-Beth era una niña de unos 5 años, yo tengo 28 y mi deber es cuidarla.
Es una niña a la que le gusta leer, desde que Dutch la enseñó solo le pide libros.
Tiene amigas en este campamento, Karen y Tilly ; unas niñas de su edad, que ya se dan por las tareas del lugar.

-. No sé, ¿que harías tú si estuvieras enamorada de un desconocido? - dijo y ella se sentó a mí lado.

-. Pues no lo sé, quizá... ¿Hablarle? Intentaría entablar algún tema de conversación con esa persona. Y si veo que es mala salgo corriendo - dijo y yo reí - ¿te has enamorado de una desconocida, Arthur? -.

-. Puede ser, puede ser - afirme yo y ella soltó una carcajada -.

-. Hazla un collar de flores, hay algunas muy bonitas por aquí. -. Dijo ella y cogió algunas flores amarillas y rosas que había por ahí.

-. ¿Crees que le gustará? - pregunte yo y ella simplemente asintió con la cabeza.

-. Seguro, en mis libros de amor siempre funciona - dijo mientras jugaba con sus manos y su pelo.

-. Entonces deberé leer alguno para aprender - dije yo y levanté del suelo con ligereza a esa niña - es la hora de comer, ¿qué te parece si vamos a ver que ha echo el gordo de Pearson? - sonreí agarrando su mano.

-. Vale, tengo hambre. Espero que no sea unas de sus frutas en latas que saben a mierda - dijo ella y yo la tape la boca.

-. Shh, esas cosas no se dicen. Intenta decir palabras bonitas, quedan mejor. - dije yo con la mayor sonrisa en la cara que podía tener.

amor a primera vista [Arthur Morgan y tú] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora