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Becca y yo seguíamos a Dutch y a Arthur para ver a donde nos llevaban

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Becca y yo seguíamos a Dutch y a Arthur para ver a donde nos llevaban.
Yo no me fiaba de nada, no sabía a donde iba a acabar y preparé un revólver.

-. ¿A dónde vamos a ir? - dijo Becca mientras azotaba las riendas de su caballo.

-. Simplemente a disparar unas botellas, a ver que tal sois con las armas - habló Arthur riendo.

Reí y me volví a acordar del chaval, Evan.
Simpre me causó gracia la inocencia que tenía a pesar de todo lo que le hacían los imbéciles de los padres.
Quería ver una sonrisa en él siempre ; Arthur hablaba algo así como de una niña llamada Mary-Beth, contaba cosas increíbles de ella. Parece un vínculo muy bonito el que comparten.

-. Así son los niños, creo - comenté yo hablando alto para que me escucharan.

-. Quizás tengas razón - me dijo Dutch - hasta que empiezan a jugar con el perro y no sabemos porque pero terminan llenos de barro - rio.

-. ¿En Valentine? ¡En Valentine te manchas aunque no quieras, está todo lleno de mierda! Mis botas siempre se ensucian. - Se quejó Becca y yo rodé los ojos.

-. ¿Qué esperas O'Donell? ¡Valentine es un puto pueblo ranchero! No vamos a pisar asfalto como en Saint Denis. Nacimos para esto, pisaremos mierda hasta en nuestra propia casa - conteste yo.

-. Pues yo, yo viviré en Saint Denis entonces. - yo reí.

-. Buena suerte para esa ciudad llena de pijos - reía yo.

-. ¿Qué es eso, exactamente? - dijo Dutch.

-. Una ciudad con asfaltos, igual que Blackwater pero el doble de grande y con más gente rica. Ya sabes. - contesté yo.

-. Como las odio - habló Arthur.

Había unas cuantas botellas puestas al rededor de una tabla de madera, bajé de mi caballo y en un rápido movimiento saqué mi querido revólver y di tres tiros a tres botellas menos.

-. Probar, caballeros... - dije yo riéndome y me eché para un lado.

Dieron unos cuantos tiros, se divertían. Yo observaba cada movimiento que sucedía, cada tiro, cada palabra.

-. Dame tu revólver Hedda - me pidió Becca - yo también quiero dar unos tiros.

-. Ten cuidado, boba. Al final te dispararás a ti misma sin querer - la advertí yo.

Becca dio un disparo y se asustó, nunca ha sido de estas tonterías.
Yo solté unas carcajadas, sabía que iba a pasar eso.

-. ¿Qué te he dicho? - reí yo.

-. Bah, sólo ha sido un susto. A parte le he dado a la botella - comentó.

-. Tiene razón - dijo Arthur riendo.

Seguimos dando tiros, lo estábamos pasando bien.
Todo iba perfecto, Arthur y yo reíamos mucho, Becca contaba buenos chistes y se iba haciendo tarde.
De repente aparecieron unos hombres armados, uno de ellos apuntó a Arthur.

Contaron varias cosas sobre un tipo al que mataron, Arthur parecía bastante enfadado.
No sé como, pero me dieron ganas de meterles un tiro a ambos.
Arthur y Dutch nos echaron hacía atrás, aún así no dejé de observar a esos animales.

-. Creo que es mejor volver a Valentinte - insinuó Dutch y yo asenti.

Me subí a mi caballo sin decir ni una palabra, simplemente no tenía nada que decir en estos momentos.
Seguimos nuestro camino hacia Valentine, ellos nos acompañarán e iremos a nuestras casas.

-. ¡Este estúpido niño! ¡Cómo es posible qué... Qué seas tan idiota! - dijo la madre de Evan, quien le estaba insultando.

-. ¿Qué ha pasado, mujer? - pregunté yo, intentando sonar calmada.

-. Tengo un hijo bastante imbecil, tanto que me dan ganas de matarlo - Evan agachó la cabeza.

-. No opino lo mismo - dije yo.

-. No sabes lo que es aguantarle Hedda - comentó la madre - se va a quedar aquí toda la noche, como castigo.

La madre de él se esfumó en un segundo, dando un portazo a su casa.

-. ¿Quieres venir a mi casa, Evan? - Le pregunté yo.

-. No quiero estar aquí - dijo él comenzando a llorar.

-. Sh, no llores Evan - dije yendo hacia él y poniéndome a su altura - vas a estar conmigo.
Me abrazó y le subí a mi caballo.

-. ¿Ya te vas, Hedda? - me preguntó Arthur, el cual por alguna extraña razón seguía aquí.

-. Si, buenas noches Arthur - me despedí yo.

-. Buenas noches, señorita Wilson - me sonrió.

-. Hedda es mejor - dije y empecé a irme a las afueras de Valentine donde se encontraba mi casa.

-. ¿Quién es él? - me preguntó Evan.

-. Bueno... Un nuevo amigo, se podría decir - Le dije yo.

Después de un largo camino, lleno de consuelos para calmar a Evan, llegamos a mi casa.

Saqué un colchón y una manta, para que estuviera cómodo

-. ¿Tienes hambre, chico? - pregunté yo, el asintió.

-. Hoy no he comido nada, solo he desayunado - contestó él, yo le miré frustrada.

-. ¿Cómo es que un niño como tú, tiene unos padres tan cabrones? - dije yo tirando un trapo al suelo.

-. No te preocupes por mi, siempre salgo de todas - dijo y empecé a prepararle un plato de fruta.

-. Si me preocupo, sabes, quédate aquí conmigo. No vuelvas con ellos, no te hacen falta - dije yo llevándole el plato, y él asintió.

Después de una charla con el chico, caí dormida y me prometí a mi misma cuidarle mucho.

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⏰ Última actualización: Feb 17, 2019 ⏰

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