Desaciertos de escritores primerizos.

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Ser un buen escritor cuesta trabajo; hay que poner mucho empeño y dedicación para tratar de mejorar.

1. Información completa. La información que se tenga que proporcionar al lector, no debe darse al principio del relato ni toda de una sola vez. Omite pequeños datos para que el lector deduzca e indague el mensaje sorpresa que dejaste para después

2. Conversaciones. Escribir una conversación realista, es decir, una conversación de la vida real con todos sus mmm, y, este, la y demás, no ayuda a tener un libro de calidad. La inverosimilitud, o sea, una conversación donde parece que lo que se dice es real y de forma entendible permite que sea posible leer con claridad.

3. Cambiar el tiempo verbal. Es decir, si escribes una historia en pasado escríbela toda en pasado. Lo mismo sucede con todos los tiempos.

4. Cambio de narrador. Un gran problema es saltar de la primera a la tercera persona, o viceversa. Elige un personaje por escena y que el narrador esté enganchado a él y sólo relate lo que el personaje ve, siente y hace. El uso del punto de vista es algo que no todas las personas manejan, y es común que en medio de la escena o capítulo cambie la persona/protagonista que está narrando.

5. Malas descripciones. Describir el entorno de manera amplia no siempre hace falta. El ritmo al que escribes un paisaje tiene que ser proporcional al tiempo con el que se mira.

6. Contar santo y seña de todo. Es cuando los escritores relatan todos los detalles de cada cosa, persona y acción que sucede. Debes entrar en detalles cuando sea necesario y aportes algo a la historia; ir al sanitario, lavarse los dientes, tender la cama y pagar la renta no son cosas necesarias que le interesen al lector.

7. Escribir frases. Tener la estructura clara antes de escribir es imprescindible para que el lector comprenda lo que quieres decir. Hay que saber alternar frases largas, cortas o simples y poder jugar con el ritmo.

8. Los clichés. No es que los escritos estén mal redactados sino que al ver siempre la misma trama, vas a saber el posible final ya que en todas las ocasiones tratan de lo mismo y no te hacen sentir nada nuevo, nada diferente. Claro, hay excepciones.

9. Pequeñas preguntas. En el relato o sinopsis de tus novelas, ten en cuenta preguntar. Sí, que al final de algún párrafo o escena, el personaje se pregunte «¿y ahora qué?». Tendrá que haber una solución para esto, y por lo regular, es inmediata.

10. Problemas de vocabulario. Como lo es la repetición de palabras en un mismo párrafo, los adverbios terminados en -mente, la utilización de palabras raras, complicadas o demasiado cultas, ya que las personas, generalmente, no usan esas palabras en su día a día, y la pobreza de léxico. Esto se soluciona leyendo mucho antes de ponerte a escribir. Querer ser escritor implica haber leído mucho.

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