Prólogo

5 1 0
                                    

Me encontraba practicando en mi habitación algunas escalas y también de vez en cuando buscaba algunas canciones que quería tocar para distraerme. La práctica no era para nada en concreto, pero al ser músico nunca esta demás practicar y más si quieres ejercer esto como tu profesión.

—Naiara, te tengo noticias—Mi madre entro como loca a la habitación sacudiendo su mano que sostenía un sobre... no lo puedo creer.

—¿Entré?—moví el violonchelo a un lado para tomar el sobre.

—Pensé que querrías abrirlo tú, pero apresúrate que yo también quiero saber.—dijo emocionada, los nervios me estaban comiendo, tenía en mis manos una carta que definiría mi futuro, si no entraba a esta universidad de bellas artes, sinceramente no sabría que haría con mi vida.

Con las manos temblorosas abrí el sobre y saqué la carta, las primeras líneas decían: Nos complace hacerle saber por este medio que ha sido aceptada en...

No necesitaba leer más, mire a mi madre en un estado de shock, no podía creer lo que mis ojos acababan de leer, mi cerebro estaba registrándolo muy lentamente y lo único que pude hacer fue saltar de la emoción con lágrimas en mis ojos, por fin algo bueno y emocionante en mi vida, estoy a un paso de cumplir mis sueños por Dios. Mi madre empezó a celebrar conmigo saltando ambas como locas en mi habitación.

—Digámosle a tu padre, hay que celebrar esto.—claro que habría que celebrar, no todos los días se entra a la universidad de tus sueños a estudiar lo que más te apasiona en esta vida.

<3 <3 <3

Es mi primer día en la universidad y ya estoy medio perdida, me distraje al ver a unas muchachas que estaban buscando público para que las vieran bailar ballet, asumo que eran ya de segundo o tercer año porque parecía que muchas personas las conocían y estaban observándolas bailar y de repente ya no veía a ninguna persona con instrumentos, solo puros bailarines. Eso me pasa por pendeja y desubicada. Aunque no era difícil reconocer al lugar que me dirigía, el chelo no es realmente un instrumento pequeño saben.

Cuando vi a un grupo de personas cargando con maletines gigantes decidí seguirlos, lo más probable es que sean instrumentistas.

—Todos los alumnos nuevos por favor reúnanse aquí—hice caso a la persona que estaba invocando alumnos nuevos y me dirigí donde se encontraba, ya había un grupito de personas alrededor de los tres jóvenes que llamaban a los alumnos nuevos, asique solo tocaba esperar.

—Muy bien, bailarines por favor diríjanse conmigo.—anunció una muchacha con un cuerpo muy esbelto y una actitud muy demandante.—Los actores vayan con mi compañero de aquí—señaló a un muchacho de una estatura pequeña, pero se veía tan frívolo que daba hasta miedo.—Los de artes plásticas con el la chica de acá.—señaló a una muchacha que tenía un estilo hippie y una sonrisa cálida.

—Los músicos, por favor vengan conmigo.—chico salió de la nada, no estaba aquí cuando realizaron el llamado y la chica que los estaba distribuyendo le dirigió una mirada que no se como no lo mató.

—Llegas tarde Greg, como siempre.—cambió su actitud demandante en tres segundo a una alegre y miro a los alumnos de danza nuevos.—Vámonos chicos, les mostrare el mejor edificio de esta universidad, el de danza. –se dio la vuelta como diva y todos los chicos le siguieron obedientes.

—Hola chicos soy Greg y bueno les hare un pequeño tour por el edificio de música.—era un chico muy guapo, no podía negarlo, ya tenía a varias bien mareaditas por él, pero tiene un aire de ser un imbécil que no se lo quita ni Diosito. –soy estudiante ya de tercer año, pero eventualmente hago de instructor para cuerdas y metales, asique no se sorprendan si me ven por sus clases algún día. 

Todos le seguimos obedientes mientras nos mostraba el lugar, donde estaban los salones de práctica, los de orquesta, los de banda y los salones de teoría, es muy genial comparado con la escuela de arte a la que asistía que se encontraba en estado precario y no habían muchos instructores.

—Bueno, eso fue todo, ¿alguna pregunta? — varias jóvenes alzaron la mano, pero no las escuche por estar distraída mirando la magnificencia del edificio a mi alrededor.

En verdad era muy bonito todo el diseño contemporáneo y eso, parecía que todo brillaba.

Por estar muy concentrada en mi alrededor de repente alguien me chocó y ambos caímos, por suerte hace unos momentos me había bajado el chelo de la espalda o sino me hubiera dado un paro cardíaco de haber caído sobre mi bebesote.

—Yo... lo siento, nose que me paso y no te vi—dijo una voz femenina cuyo cuerpo seguía sobre mi.

—Vale esta bien, pero levántate por favor que estoy chiquita—le dije con un poco de humor.

Se levantó lentamente, se veía un poco desubicada, pero tenía un rostro muy hermoso, sus ojos casi dorados se veían muy brillosos como si hubiera estado llorando, sus mejillas estaban muy rojas probablemente por la vergüenza y su cabello enrulado un poco desordenado. Era preciosa y como dijo la Hannah Montana, tengo lo mejor de ambos mundos asique mi lado coqueto estaba temblando por salir.

—¿Estás bien? —pregunté un poco confundida por su estado, era el primer día, porqué estaría llorando.

—S-si lo siento—dijo cabizbaja y ahí note que todo el grupo nuevo estaba prestandonos atención, rayos, ahora hasta yo me siento incómoda.

—Está bien, no te preocupes— le dije moviendo un poco su cabello haciéndola sonrojar. Asintió y se fue.

El chico guapo de guía decidió retomar su asunto—Bueno si esos fueron todos los incidentes de hoy, permitame guiarlos a sus dormitorios—dijo haciendo un guiño hacia todos.

Si empezamos así, espero que sea un año movido. Estoy segura que lo será.

pretty classicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora