XIX

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Solté la flecha al escuchar su voz, vuelvo a verlo estaba parado a unos pocos metros de mi, con una manzana entre sus manos. Tomé una flecha la puse en el arco y me coloque de nuevo en posición, espere a que el chico se llevará la manzana a la boca y dispare.

ㅡ ¡¡¿Tu, que haces aquí?!! ㅡ pregunté, al chico quien creí haber asustado.

ㅡ ¿Yo?¿ Y tu, Que haces aquí? Además, ¡¡¿Estas loca?!! ㅡ comienza a caminar hacia mi a paso seguro mientras me señala con la manzana aún en la flecha.

Lo estudie bien de arriba a bajo y pude ver su pase de identificación, el cual llevaba una franja color naranja. Cualquier persona que ya lleva tiempo trabajando aquí sabe bien que las personas con identificación naranja están siendo entrenados.

ㅡ Es justo ¿No crees?, tu te comiste mi manzana, ¿Porque te dejaría a ti comer tan tranquilamente?

ㅡ Tranquila, yo trabajo aquí. ㅡ hablo con aire de superioridad.

ㅡ ¿ En verdad?, por qué tu identificación dice que estas siendo entrenado.

El chico quiso hablar pero sus compañeros lo intervinieron para presentarse. Se acercaron a mi quedando en posición de firmes.

ㅡ Agente Cohen, es en placer y todo un honor conocer a la hija de la gran señora Cohen.

ㅡ Descansen ㅡ pedí y los chicos volvieron a una posición más comoda.ㅡ ¿Sus nombres?

ㅡ Víctor y Alexander, somos hermanos. ㅡ ambos chicos de piel morena, cabello Castaño y ojos oscuros. ㅡ En verdad nos hubiera gustado ser entrenados por usted.

Hicieron una pequeña reverencia antes de irse,  como si estuvieran frente a la reina.

¿Ser entrenados por mi?

ㅡ Así que tu eres la famosa chica Cohen.ㅡ deslizo el dorso de sus dedos por mi mejilla.

ㅡ Si, ¿Porque tanto interés?ㅡde una sola arrebate sus manos de mi.

ㅡ Por nada solo preguntaba.ㅡ ¿Ya habia mencionado que odiaba su sonrisa?

Sin darle importancia al asunto, aún con la flecha le dio una mordida a la manzana y me la devolvió, me guiño el ojo y estaba por irse pero el señor Millers entro y seguido de él,  Laura y Paul.

ㅡ Monserrath... ㅡ volteo a ver a Isaac. ㅡ Que bien, ya se conocen.

ㅡ Amm... Si. ㅡ No sabía que responder, es decir, se que su nombre es Isaac y ya.

ㅡ Muy bien, Monze necesito que por favor te quedes a cargo de él.

ㅡ Si, claro... ¿Qué? — no habia caido en cuenta de lo que había dicho y no queria hacerlo, no iba hacerlo, pero es el CEO. – Supongo... ㅡ En verdad no quiero pero supongo que si me lo esta pidiendo es por qué confía en mí.

ㅡ Muy bien, mientras tanto Laura y Paul se harán cargo de Víctor y Alexander.

Afirmó, no había nada más que decir, como dije no podía negarme. Sonó mi celular, era mi madre, no conteste pues ya sé para que me quiere.

ㅡ Lo siento señor Millers, pero me tengo que ir.

ㅡ Si, claro pero lleva contigo al chico. ㅡ Suspiré pesadamente.ㅡ No quiero extraños deambulando por ahí.

ㅡ Si señor... ㅡ Fue lo único que pude decir. ㅡ Vamos.

Salimos de la agencia e Isaac se ofreció a  llevarme a casa,  la verdad es que yo no tenía ánimo para conducir y tampoco queria hacerlo.

.     .     .

Estacionó el auto frente a mi casa y apaga el moto, me quito el cinturon de seguridad y antes de abrir la puerta en un rapido movimiento él ya esta afuera abriendo la puerta para mi.

— Gracias... — salgo del auto un poco extrañada por su accion.

— Descuida... Ya perdone lo de la manzana. — hablo con aires de grandesa.

No respondi, ya no queria discutir... Otra vez.

Volvio a su auto, lo vi irse desde la puerta de mi casa, entre y colgue la mochila en el perchero. Avisaria que ya estoy de vuelta pero estoy un noventa porciento, casi cien porciento segura de que no hay nadie, mire la hora 17:30 hrs.

Fui directo a la cocina, tenia hambre asi que comence mi busqueda por el refrigerador, pero nada. Después segui por las encimeras en busca de galletas o cereales, pero igual, no encontre nada. ¿Dondé esta la comida y la despensa?

Tome las llaves de la moto que estaban colgadas a un lado de la puerta y sali al garage, me subi a la moto, lista para salir en busca de mis preciados alimentos, pero la puerta se abrio dando paso a el auto de mi padre, entro y apagaron el motor.

— Hola linda, ¿A donde vas?  — salio mi padre del auto casi corriendo para abrirle la puerta a mi mamá.

— A comprar comida, la cocina esta completamente vacia. — mi papá se reia mientras yo bajaba de la moto y mi mamá del auto.

— Claro que esta vacia, yo la vacie. — hablaba mi padre aun entre risas. Papá esta demaciado feliz el dia de hoy.

— ¿Por qué?, ¿Que pasa? — me acerque a ayudar a mi papá con las bolsas de las compras mientras mi mamá entraba a la casa.

— En unas horas lo sabras — me dedico una sonrisa dejando a la vista un par de olluelos.

Lleve las bolsas a la cocina y les di un rapido vistaso, eran cosas de fiesta como refrescos, botanas, dulces, inclusive un pastel y el resto comida orgánica.

— ¿Por que hay cosas de fiesta y comida orgánica?

Mis padres se dedicaron miradas complice entre ellos y después volvieron a ver me.

— Ve a darte un baño, y ponte algo para la ocacion. — hablo mi mamá.

— ¡¿Ocasion, que clase de ocasion? Saben que me desespero si no dicen nada! — bufe molesta, y después de un silencio incomodo comprendi que mis padres no dirian nada, asi que subi a mi habitación e hice lo que me pidieron.

.     .     .

Sali del baño con una toalla cubriendo mi cuerpo y otra enrollada en mi cabello, mire el reloj 19:45 hrs, me tome mi tiempo en el baño relajandome un poco.

Mire mi closet en la ropa disponible y opte por un pantalon negro de mezclilla y una ombligera azul turqueza y un par de zapatos de piso. Baje las escaleras encontrando me con mi madre en un lindo vestido color coral en capas con el cabello ondulado, poco maquillaje y sin tacones, lo cual es raro ya que mi madre prefiere mil veces los tacones a zapato deportivo.

— Ya estoy lista.

— Bien, en un momento llegaran los invitados.

Después de unos minutos el timbre comenzo a sonar avisando que los invitados ya habian llegado y luego de unas horas y de que todos llegaran mis padres se hizieron espacio entre ellos para darnos la razón de esta fiesta.

— Primero que nada. — empezó a hablar mi papá — Gracias por venir a esta celebracion.

— Asi es, gracias por venir y espero que, lo que voy a comunicarles los haga igual de felices que a mi y a mi marido. — hablo esta vez mi madre.

—¡¡ESTAMOS EMBARAZADOS!! — gritaron ambos al unisono.

¿Qué, debe ser una maldita broma?

AGENTE SECRETO MILLERS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora