❍；❝The demon and The clown. » Fyogol。

1⊰ Interrogatorio.

ㅤㅤㅤ . ˚ * Antes de comenzar. . .

❀ Tipo: One-shot.
❀ Personajes: Nikolai Gogol, Fyodor Dostoyevsky, Original character (OC), Pushkin (leve mención).
❀ Contenido: Fluff, comedia.

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Gogol tenía muchas virtudes, pero entre ellas no estaba el ser bueno interrogando. No es que el payaso tuviera problemas para recaudar información, pues sus métodos siempre daban frutos, el problema es que al interrogar no podía tocarle un solo pelo a su victima /puesto que Fyodor no confiaba en Gogol cuando se trataba de "herir sin matar"/ y eso le disgustaba.
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Y fue por culpa de ese disgusto que ahora una pobre mujer pelirroja estaba colgando de una cuerda, peligrosamente cerca de un tanque de agua con cocodrilos. Las instalaciones donde se llevaba acabo la dichosa "interrogación" era muy similar a la de los típicos villanos de las películas: tonos grises, amplia habitación llena de enormes pantallas, botones de diferentes colores, palancas y el mencionado tanque de vidrio gigante con forma cilíndrica justo en centro del lugar.

Los reptiles en el interior de éste eran totalmente visibles y se movían tranquilamente por el agua cristalina, preparados para destrozar a la chica que en cualquier momento podría caer, claro que eso último era decisión de Gogol quien sonreía satisfecho por la situación actual. Sin embargo, se aburrió de observar, por lo que desplegó su capa e introdujo la parte superior de su cuerpo dentro de ésta; al principio, parecía como si el rubio hubiera sido cortado por la mitad /lo cual era irónico/ mas, unos segundos después la parte faltante hizo su aparición a un lado la fémina atrapada.

El payaso saludo inocentemente, a lo que la chica respondió con una mirada de profundo odio. Gogol ensanchó su sonrisa.— ¡Vaaaaaya~! ¿Qué buena vista, verdad? ¿No te gustaría conocer a mis amigos de allá bajo, señorita espía?—El retintín de su voz provocó cólera en la mujer, la cual no se iba a quedar callada.
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— Púdrete, maldita escoria. —Escupió venenosamente. Quizás otra persona hubiera reaccionado con pánico, terror, pero en este caso, la joven era una mezcla entre valiente e idiota. Aun así, Gogol no era del tipo que se molestaba por esa clase de insultos, es más, le hacían gracia.
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— ¡HAHAHAHAAAAA! ¡Pero qué boca tan sucia tienes para ser una "dama"! ¿Debería de córtate la lengua?—En el momento en que esas palabras fueron pronunciadas, la chica supo que no debía de tomarse al payaso frente a ella a la ligera, por muy contradictorio que pudiera sonar.

Era demasiado tarde para arrepentirse.

El filo de un cuchillo que salió de quién sabe dónde acariciaba la mejilla de la espía con parsimonia, no hubo cortes, eran simples roces, no obstante, el aura asesina que Gogol emanaba dejaba claro que si no le había rebanado la garganta, era por mero autocontrol.— ¡Bien, ahora una pregunta! ¿Acaso crees que te dejaré vivir aún si me dices lo que quiero?
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El ser humano era estúpido, y eso su querido Fyodor se lo había dicho varias veces, pero jamás creyó que esa mujer tuviera el coraje para pronunciar las siguientes palabras:

— Yo que tú tendría cuidado con tu lindo Fedya, seguro se ha acostado con todos sus subordinados. ¿Qué te hace creer que eres especial?
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La chica de nombre "Helen" era una espía dentro de la organización del ruso mencionado, por lo que era de esperarse que supiera acerca de la intima relación que mantenía con Gogol, y que soltara semejante barbaridad con el único propósito de sacar de sus casillas al payaso fue lo más estúpido que pudo haber hecho durante toda su vida. Pero si iba a morir ahí -algo que dio por hecho en el instante que fue atrapada- al menos quería deleitarse con el numerito que el rubio estaba por hacer.