III

320 29 30
                                    

Sentada frente a la camilla, Yongsun se encontraba acariciando la mano de su novia. Como todos los días que iba de visita el llanto se encontraba atravezado por su garganta; y ese día después de su reencuentro con Kang, era todavía peor.

—Seulgi... No sé qué es lo que quiere de mi, de nosotras, que tiene que acercarse a mi Yerim después de todo lo que hizo... Lo que nos hizo —hizo énfasis en ese “nos” y un sollozo se escapó de su garganta, por lo que procedió a morderse los labios para tratar de conternerlo— no sé que hacer para evitar que Yerim quiera conocerla, Seulgi ya se mostró de una forma distinta hacia ella y no entiende por qué quiero que se aleje. Ya conoces a mi hermana, una vez que se le mete algo en la cabeza no para hasta conseguirlo. ¿Realmente debería dejar que ella lo descubra por su propia cuenta? ¿O prohibirle salir de casa para asegurarme de que no la vea nunca más? No soy ese tipo de persona, odio serlo, pero Kang Seulgi... Siento que oculta algo. Dios Moonbyul, realmente no tienes idea de cuanto te necesito en estos momentos...

Se levantó de su asiento y con cuidado besó la frente de Moonbyul que, como era obvio, no emitió ningún tipo de gesto ni movimiento en toda la hora anterior en la que Yongsun había estado en aquel cuarto de hospital.

—No sé si me estás escuchando, o siquiera si podés escucharme; pero quiero que sepas que sigo amándote como el primer día y que por más difícil que sea prometo no perder la esperanza de que en cualquier momento logres despertar y podamos abrazarnos otra vez.

Volvió a besar su frente y se dispuso a irse de la habitación, tenía que ir al trabajo pues ya estaba llegando tarde. Pero como casi todas las mañanas en estos últimos dos años no podía ir allí sin antes haber saludado a su novia. Antes de salir del hospital no pudo evitar cruzarse con el médico de Moonbyul, sin pensárselo dos veces lo interceptó de la forma más respetuosa posible.

—Hey, buenos días doctor... Espero de encuentre bien. Quería preguntarle si notó algún avance en el estado de mi novia —le dijo sin dar rodeos y poniéndose firme, el doctor no solía hablar mucho con ella, solo lo hacía con la madre de Moonbyul y muchas veces Yongsun no era consciente de las mínimas novedades que no dejaban de ser importantes para el progreso de su estado— ¿Ha mejorado un poco? ¿O ha dado indicios de que despertará pronto?

—Lo lamento mucho, pero no puedo hablar ahora.

Rápido y conciso, el doctor simplemente se abrió paso y dejó a una boquiabierta mujer que no podía creer lo que acababa de escuchar. ¿Ese hombre era quién estaba a cargo de su novia? Era indignante que ni siquiera le haya respondido a alguna de sus dudas. Es más, pareció querer evitarlas a toda costa y hacerse rápidamente a un lado de aquella situación.

¿Eso significaba que no iba a despertar? ¿O acaso había algo más?

~•~

Eran las cinco de la tarde y Yeri se estaba preguntado por qué había escuchado al diablillo de su hombro izquierdo y no al angelito de su hombro derecho. Debería haberle hecho caso su hermana y romper aquella maldita nota que Seulgi dejó en su bolsillo, en vez de su promesa. Pero, ¿Para qué negarlo? Con la sola idea de volver a ver a la castaña su corazón estaba dando brincos de alegría. Además de que quería saber la verdad de lo que había pasado entre su hermana y la chica que actualmente parecía estar volviéndola loca. Después de todo era Kim Yerim y jamás bajaba los brazos cuando quería lograr algo.
Dió un gran suspiro y después de titubear un poco decidió por fin entrar al bar, Seulgi le había dicho que ya estaba adentro del mismo así que solo la comenzó a buscar con la mirada, dando con ella rápidamente ya que se encontraba muy cerca de la entrada. Como si por cualquier motivo debería salir corriendo o algo por el estilo.

「 Asta D'Amore. ፧ YermSeul 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora