Fuga.

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Yosafire atravesó el portal hasta llegar al mundo abrasador donde solo hay fuego que ilumina escasamente; regalando una vista apasionante para muchos y tenebrosas para víctimas como Froze. Yosafire tuvo que correr apenas llegó, algunos demonios llama la vieron y la demonio extranjero llegó hasta una esquina de las afueras del castillo; esperando que no la siguieran hasta allí.

Por otro lado, adentro del castillo sentado en el trono de su padre, notó la presencia de un intruso; incluso antes que Rieta lo notara. Saltó del alto asiento y caminó conforme más intensa era la presencia; su destreza lo llevó a un sitio muy sereno y oscuro; la presencia era muy débil para él, así que decidió no transformarse en adulto tan rápido. El pequeño se acercó sigilosamente hacia la ya vista demonio extranjero; quien se escondía de los demonios llama. Estando a su espaldas; tocó su hombro sutilmente.

— ¿Quién eres? — Antes de la demonio reaccionar el menor ya la había teletransportado a un lugar más solitario. La mayor gritó eufóricamente.

— ¡T-Tú! ¿Quién eres, niño? — Responde eufórica, mirando hacia los lados.

— Mi nombre es Licorice. — Responde sereno. — Me das curiosidad, ¿de dónde eres? — Yosafire no quiso responder porque se sentía cansada del grito que pegó. — ¿Por qué estas aquí? — Añade el pequeño, viendo que la mayor no era tan peligrosa como esperaba.

La mayor trata de calmarse, y contesta. — Vengo de otro mundo, y-y estoy buscando a una chica ángel que la secuestró un demonio feo y gay. — Dice frustrada. El demonio pequeño entendía la situación, ese bastardo siempre hablaba de alguien con pintas parecidas a la chica cada tres malditos días; y era fastidioso, en vez de hablar de mami Ivlis; hablaba de las estupideces que haría si tuviera la nena como novia.

Pensando el menor...sería una buena idea fastidiar los planes del chico maricón y ver qué es lo que hace con su hermana mayor; Poemi. Es más...era una buena idea.

— ¿Cuál es tu nombre? — Preguntó el menor.

— Yosafire... — Responde insegura de su decisión.

— Bien, Yosafire. Vamos a buscar a Emalf.

— Uhm... ¿Cómo me llevarás hasta él si tu eres....— Yosafire mira al menor; y éste dándose cuenta de que era muy pequeño y joven; se convirtió en su forma adulta, tomó de los brazos a la mayor; abrió sus alas de la capa.

Miró a la chica y dándole la seguridad de que iban a encontrar a Emalf añadió. — ¿Esta bien así? Busquemos a ese bastardo entonces.

La demonio no sabía cómo reaccionar, ¿quién en este maldito mundo en llamas sería tan amable que no sea ese bastardo de los lentes de sol? El chico era un gran desconocido, alto, guapo y que no sabes ni qué edad tiene realmente y la está llevando hasta la respuesta del secuestro de su futura esposa. Cuestionándose, preguntó al menor mientras volaba.

— ¿Por qué me apoyas?

— Estoy aburrido.

— ¿De verdad piensas que ese bastardo es marico y que debería buscarse un hombre que lo ame?

— Si deja de hablar de ti cada tres malnacidos días, está bien.

— ¿¡Qué?! ¡Qué horrible! — Exhaltó la mujer.

— ¡Lo sé! — Añadió con la misma actitud.

— Prefiero ser una homosexual fiel a su ángel que ser un fracasado cada tres días.

— Yo también. Pero en ésta ocasión no es de un ángel.

— ¿huh?

— Es de un diablo.

Fin De Año A Tu Lado - Yosafire x FrozeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora