Una pequeña niña de nombre Azul Borges de apenas siete años de
edad esperaba fuera de su escuela, esperando a que al menos uno de
sus padres llegara, ella sabía que no iba pasar ya que ninguno de los
dos se preocupaban por ella, pero aun así tenía la esperanza de que
fueran a recogerla así pasaba todos los días y como siempre nunca iban
por ella.
Se tendría que ir caminando otra vez a su casa que quedaba varias
cuadras de la escuela pero cuando apenas cruzó una cuadra un grupo
de niños la pararon.
-Miren quién está aquí...- dijo uno de los niños acercándose a Azul –Es
la rarita que nunca habla...-
-Tal vez está loca...o simplemente está fingiendo por atención- agrego
otro de los niños que estaban ahí.
-Mentirosa-
Esta vez todos los niños se acercaron a ella y la golpearon hasta dejarle
múltiples moretones, su labio roto, sus cosas tiradas en el suelo y
basura en el pelo.
Azul no lloro y ni siquiera mostró una expresión de dolor.
Cuando los chicos se fueron Azul apenas podía moverse para recoger
sus cosas hasta que escucho que alguien la llamaba.
-¡Oye! ¿Estás bien niña?- un chico de aproximadamente unos 15 años
se acercó a ella a ayudarla y empezó a ver si estaba bien pero Azul no
contestaba de la impresión que tenía, por fin alguien se preocupaba por
ella?
Azul no sabía qué hacer o que decir ya que tenía miedo de que aquel
chico también la lastimara.
-Soy Matthew Johnson... ¿Tu eres?- le pregunto aquel chico después de
recoger todas las cosas de Azul del suelo y quitarle la basura que tenía
en la cabeza.
-Azul... Azul Borges-
-Lindo nombre, me gusta...-
-Gracias...-
-Oye ¿vives aquí cerca? Puedo acompañarte es muy peligroso andar
por aquí sola- le dijo mientras la ayudaba a levantarse.
-A mis padres no les importa ir por mí o no... siempre me vengo sola...
ni siquiera les importa si me secuestran o pegan... ellos me pegarían
igual-
-Eso no está bien... Azul prometo que cuando sea grande te voy a
cuidar y no dejaré que estés sola- dijo Matthew muy seguro de sí
mismo.
-Gracias Matthew...- por primera vez desde hace mucho tiempo Azul
sonrío y esa sonrisa iba a ser inolvidable para Matthew.
Cuando los padres de Azul se enteraron que Matthew la ayudaba y
que ella llegaba de buen humor a la casa gracias a él la empezaron a
regañar cada vez más seguido y sin piedad alguna.
Uno de esos días donde su madre no estaba y Azul llego muy feliz a su
casa después de haber estado con Matthew después de sus clases su
padre, como siempre, estaba borracho y la regaño pero ese regaño llego
muy lejos. Su padre trató de abusar de ella pero Azul le pego
defendiéndose tal y como Matthew le había enseñado. El padre furioso
fue a empacar sus cosas y justo cuando se iba a ir llego la madre la cual
estaba muy confundida de lo que había pasado.
Discusiones, gritos y llantos provenían de aquella casa. Al finalizar la
discusión el padre se fue de la casa y la madre no dejo salir a Azul ya
que ya no iría a la escuela solo se encargaría de limpiar la casa.
La madre de Azul cada vez la regañaba más, un día la madre empacó
las cosas de Azul y simplemente la dejo con su hermanastro para
nunca volver.
Su hermanastro era igual que su padre, un alcohólico además de que
nunca llegaba a casa hasta la madrugaba y le exigía que cuando el
llegara a la casa ya esté lista una cena preparada además de que
cuando se vaya ya tenga un lonche para su trabajo.
Azul volvió a tener una vida horrible y ya nunca volvió a ver a
Matthew, eso la ponía aún más triste.
ESTÁS LEYENDO
Una Promesa
RomanceUna chica un tanto diferente a otras según lo marcado por el estereotipo de la sociedad. El nombre de esta chica es Azul Borges que desde los siete años ya tenía una vida dura, un padre alcohólico y una madre que nunca estaba en casa. En la escuela...