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Cualquiera ofrecería una cantidad de dinero despampanante si se tratara de Mabel Pines. Su carísima y ternura no pasa desapercibida a cualquiera, pero eso no pensaba su familia y lo único que ellos querían era deshacerse de ella.

Es fácil, simple y muy eficaz.- La cabeza de los Pines explicaba el asunto al chico frente a él. Debes matarla, nadie sabrá que fuiste tú.-

El muchacho estaba serio y aburrido, él hacia trabajos más interesantes que estar matando a niñas mimadas.

Se te pagará bien.-

Por eso hacia el trabajo, por el dinero y específicamente ese sujeto le ofrecía una cantidad descomunal por deshacerse de su única hija.

Debe mandarme la dirección de la librería a la que ella acude y allí estaré esperándola para llevarmela.- El chico se levantó del cómodo sillón y dio media vuelta para dirigirse a la salida.Espero el dinero en el lugar que acordamos y si me envía la dirección hoy mismo, le aseguro que su hija estará muerta mañana en la tarde.-

El hombre asintió y vio como Bill Cipher, el sicario mejor pagado de Boston, se marchaba de la mansión.

○•°

Grenda, mira este libro.-sonreía inocente una chica castaña de dieciocho años de edad. Se encontraba en su librería favorita junto a una de sus amigas. Es el nuevo libro de "Linda Susan". Una tragedia romántica en todo su esplendor.- sonreía embobada mirando la portada de aquel libro.

Definitivamente amo a esa autora.- comentó Grenda mientras ojeaba el libro en sus manos. Candy, ¿Qué piensas tú?.-

La chica nombrada era supervisora de la librería, mientras ojeaba otro libro de la sección de terror no prestó atencion a sus amigas.

A Candy no le interesa en lo más mínimo el romance.- reía Grenda al ser ignorada por su amiga.

Sí, prefiere las novelas de terror, masacres y esas cosas llenas de sustos, sangre y muerte.-Mabel nombraba una a una las características de los libros que a su amiga le encantaba leer.

Te faltó psicológico, tortura y misterio.- Ella reía de forma maligna.

Tanto Mabel como Grenda se miraron asustadas por los gustos tan extraños de su amiga, la piel se les erizó y ambas se abrazaron.

Nos das miedo...- susurraron entre dientes.

Sólo se más de la realidad que ustedes.- afirmó. No todo en la vida es amor a primera vista o romance a montones. En el mundo hay demasiada maldad para unos corazones tan puros como los de ustedes dos.-

Parecía que Candy las castigara por sus gustos, así que la pequeña Mabel y la imponente Grenda, se colocaron de rodillas para hacerle una reverencia a su terrorífica amiga.

Si, maestra Candy.-

Te ofreceremos sacrificios para que la vida sea color arcoíris.-

Las tres reían por las cosas infantiles que se le ocurrían a las chicas del romance.

Y tanto se divirtieron que la tarde paso rápidamente y poco a poco la gente se marchaba de la librería.

Debo cerrar el local.- Candy buscó las llaves en el mostrador y caminó a la salida. Nos vemos afuera chicas.-

La librería cerraba a las nueve de la noche en punto y como todos los días, el trío de chicas era el último grupo en salir del pequeño local.

Vamos, hoy no habrá luna.- Candy señaló el cielo para que sus amigas se dieran cuanta. Las estrellas están más brillantes. Aprovechen la vista.-

Y en total sincronización, el dúo romántico miró al cielo y sus ojos se iluminaron por pequeños puntos brillantes.

Son hermosas...-

Las chicas caminaron juntas hasta la gran avenida, que era el lugar en donde cada una se debía separar del grupo.

Nos vemos mañana chicas.- Se despidió Candy dirigiéndose hacia el norte de la ciudad.

¡Hasta mañana! .- gritó Grenda para continuar su camino por el oeste de la ciudad.

¡Las quiero chicas!.- Mabel movió su mano en despedida y se marchó por el sur.

Sí, la luna era el foco de luz natural más importante del planeta y justo aquella noche decidió desaparecer en una de sus fases lunares. Dejando a la ciudad en una leve oscuridad que desaparecía por la leve luz artificial.

Lastimosamente, el camino a casa para Mabel era algo dificultoso. Las luces desaparecían en un tramo del camino para luego dar paso al barrio de los ricos en donde la luz sobraba... odiaba ese barrio.

Siempre he creído que no pertenezco a este lugar...- susurró mientras observaba a lo lejos, las brillantes luces del barrio alto y antes, el oscuro tramo que separaba su hogar con la ruidosa ciudad.

La separación de sociedades.

Poco a poco la oscuridad invadió su tes blanca y sin una pizca de atención, cruzó aquel límite que dividía a la ciudad para poder llegar a su gran hogar.

No es difícil encontrar el paraíso en la oscuridad 🎶 .- Cantaba despacio mientras comenzaba a dar saltitos.

Y como estaba prometido, ya desde hace minutos aquel joven la seguía en su camino de vuelta a casa; buscando el momento adecuado para hacer cumplir su trabajo y ya ante sus ojos estaba la oportunidad.

Uno...-

Mabel llegó a su coro anhelado.

Te esperaré en el límite del bien Y del mal🎶.-

Dos ...-

La chica imitó un solo de guitarra eléctrica miestras continuaba su camino, acercándose a la ya iluminada ciudad de los ricos.

Tres...-

Y su sólo de guitarra quedó ahí, como un recuerdo en aquella frontera que separaba su aburrido hogar, con la ciudad de la esperanza.

Pecado [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora