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Gracias a Dios alguien la salvó.
Tenía esperanzas en sobrevivir y aquel muchacho las había cumplido.

¡Muchas gracias! En serio. Salvaste mi vida.- Mabel agradecía en todo momento mostrando que todo su ser estaba en gratitud. Te debo mi vida...- le sonrió.

Dicho y hecho. El chico de un momento a otro apretó su muñeca y comenzó a arrastrar el débil cuerpo de ella por un callejón bastante familiar.

La habían encontrado, así de fácil, así de rápido. Los esfuerzos de Dipper habían sido en vano.

Bueno. Entonces cobrare tú palabra.- le sonrió. Su voz estaba llena de malicia y sus ojos expresaban morbosidad.

Un escalofrío, un impulso de terror, cualquier sentimiento de miedo invadían su cuerpo. Ese chico tenía algo que erizaba la piel de cualquiera.

Una patada de parte de él y la puerta por donde ella había huido se abrió con gran estrépito. Cada una de las personas allí presentes se sobresaltó ante aquella acción. ¡Que hacen allí parados hijos de puta! .- entró gritando maldiciones. ¡Preparen la mesa de inmediato! .-

Ante aquellas palabras todo el mundo corría de un lado para otro, despejando una mesa al centro de la habitación.
Dipper hacia el trabajo mientras miraba a su hermana en brazos del hombre.

Él camino con Mabel en brazos hasta la mesa, la acostó en ella y amarró sus extremidades con unas gruesas cuerdas de cuero.

No mandes a hacer tu trabajo cuando puedes hacerlo tú mismo.- susurró mientras ataba la última extremidad de la chica. Iré directo al grano. Se me pagó por matarte de la forma que sea... lenta y dolorosa. Te haré sufrir de la forma que se me plazca.- Su voz era rápida y llena de maldad. Él sacó un pequeño cuchillo que guardaba en su bolsillo. - Niñas mimadas como tú merecen el peor de los castigos.- poco a poco comenzó a romper pequeñas zonas de su ropa y pasar la punta del cuchillo por su piel, haciendo que el frío metal le diera escalofríos. Es muy valiente que no grites. Hace que el poco respeto que te tengo quede intacto.-

Más bien Mabel no gritaba por valentía, si no porque su cuerpo no reaccionaba ante sus peticiones. Quería llorar, gritar patalear. Pero simplemente no lograba nada de esas cosas.
Volteó su cabeza para buscar con la mirada a su hermano y allí lo vio, su mirada era de eterna preocupación y su cuerpo se notaba tenso. Una chica a su lado lo mantenía al margen.

Maldita hija de puta...- le susurró al oído mientras ejercía más presión en el cuchillo. Ya verás lo que puedo hacer contigo.-

Y hundió el pequeño cuchillo en su muslo haciendo que la pequeña joven se retorciera del dolor en aquella mesa de madera. El chico sacó el cuchillo de la carne recién cortada y lo pasó por los labios de ella. ¿A que sabe la sangre caliente de una millonaria? .-

Mabel sentía bilis en su garganta, las ganas de vomitar invadían sus sentidos y el grito que había dado por aquella herida disminuyó su intensidad. La herida palpitaba y la sangre corría por la mesa de tortura.

Wendy, trae ese paño que está en la mesa de trabajo.- ordenó el chico mientras sonreía malicioso.

Si jefe .- respondió Wendy mientras le daba el paño grasiento a su superior.

Este colocó la prenda en la boca de Mabel para que no pudiera gritar más.
El sabor a grasa hizo que un mareo la invadiera y las ganas de vomitar aumentara.

Eres exagerada Mabel .- El sádico sujeto caminaba rodeando la mesa, de un lado al otro. Miraba su cuchillo lleno de sangre y jugaba con el pasándolo entre sus dedos, se veía más tranquilo. ¡Bu! .-

Ese grito estaba acompañado de otra puñalada, exactamente en el otro glúteo. El grito fue ahogado por la tela grasienta en su boca y mientras intentaba soltar sus manos de las cuerdas de cuero, sus muñecas eran lastimadas por el roce.

Bill, basta .- le ordenó Dipper en un intento de frenar al desquiciado jefe.

Él se detuvo para mirarlo y con grandes pasos se acercó al Chico. ¿Detenerme? Pero si recién comienza el juego.- El jefe mostró un puchero a Dipper yvolvió a la mesa, con otro rápido movimiento incrustó el cuchillo en el mismo muslo herido. ¡EL JUEGO COMIENZA PERRA!.-

Dos puñaladas más en el otro muslo sorprendieron a todos.

¡Bill detente! .- esta vez, Wendy habló y se acercó a él para quitarle el cuchillo, marchándose así con la sangre de Mabel. Si quieres que dure debes controlarte.-sugirió.

Bill la miró un rato, se encogió de hombros, colocó sus manos en los bolsillos, provocando que su ropa se manchara con la sangre fresca de la joven. Caminó hasta unas escaleras que se encontraban en la habitación. Lleven a la chica a enfermería. Si muere, los mato a todos.-y así subió las escaleras y se perdió en la oscuridad del lugar.

Una vez con Bill fuera de vista. Dipper corrió hasta su hermana rompiendo su polera para detener el flujo de sangre.

Te dije que escaparas .- Dipper sostenía a Mabel en sus brazos mientras Wendy y otra chica corrían tras él. Pero te encontró él... maldición. El jefe te encontró antes.-

Mabel lo miraba de entrecejo y poco a poco cerraba más sus ojos para quedar en absoluta oscuridad.
El dolor impedía que mantuviera los ojos abiertos o moviera su cuerpo. ¿Acaso ella merecía esto?

Estaba en el mismo infierno y la posibilidad de ver la luz de la esperanza se hacía cada vez más difícil.

Pecado [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora