Roseanne y Jean

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Nota:
Perdón por cualquier problema que haya de mala escritura o mala ortografía, reviso muchas veces antes de subir, pero siempre se me pasa algo🥺

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Jessica y Roseanne habían llegado a casa de Bitzeel hace poco más de media hora, la menor aún se encontraba sorprendida por estar metida en Aberdeen way, un lugar del que siempre quiso mantenerse alejada por todos los conflictos policiales que se hallaban en la zona y la pobreza del lugar. No dejaba de mirar con disgusto las condiciones en las que vivía aquella chica que hoy cumplía sus 19 años y que sin embargo parecía tener más experiencia que nadie, una casa de no más de 2 habitaciones con apenas un baño compartido, con la pintura desgastada y tejado de lata, con veredas de cemento roto y una parrilla a carbón que a lo menos debía tener 10 años. En casa aún se encontraban ellas 3 a solas, el resto de los amigos aún no llegaban al lugar pero lo que extrañaba más aún a Roseanne era que dentro de casa no habían familiares.

—¿Que trae a un White a casa?— pregunto Bitzeel con dos cervezas en mano mientras cedía una a Roseanne.

—ella no toma— Jessica cogió la cerveza— me acompaña a mi.

—¡ow! así que ya cambiaste a "M". Espera...¿te has metido con la amiga de tu ex? eso si es trágico— Roseanne miro a Jessica sorprendida y la mayor no sabía como arreglar aquello.

—no, no. Ellas nada que ver— Jessica le dio una mirada a Bitzeel, no tardo más de un segundo en darse cuenta de que había metido la pata.

—oh, cierto, me confundí, su amiga se parecía mucho a ti— Roseanne acepto esa corrección, sin embargo, ella sabía que algo más estaba sucedió.

—¿y tus padres, por que estas sola en tu cumpleaños?— Jessica se dio un golpe en la frente y fue incapaz de levantar la vista en los siguientes segundos.

—mamá esta muerta y papá esta preso— Roseanne se incomodo, quiso pedir disculpas pero sabía que no era algo que debieran perdonar, por suerte se escucharon gritos desde afuera, aparentemente de sus amigos pues se encontraban gritando el nombre de Bitzeel.

Las 3 chicas caminaron hasta la puerta, vieron a todo el resto del grupo con varias botellas de alcohol, bebidas y regalos. Dejar las cosas en el piso por un momento y abrazaron todos juntos a su amiga, estuvieron así un par de minutos, Roseanne mantenía su vista en ellos, en su manera de vestir,  en su apariencia que les daba más edad de la se se suponía que tenían y entre ellos una pequeña de unos 7 años, a la cual Bitzeel abrazo luego,unitariamente.

—Sophia, ¿como estas?

—bien, pero el tonto de mi hermano no me dejo quedarme en casa jugando videojuegos.

—Sofi, hemos hablado de esto, no puedo dejarte sola en casa es peligroso. y Además, Urriaga esta encima todo el tiempo.

—te pasa por pincharle las ruedas del auto, Marcus—intervino Jessica.

—fue hace 2 años. ¡Hey, tú eres la chica de la escuela!, ¿no?

—si, soy Roseanne.

—yo soy marcus, ella es mi hermanita Sophia.

—yo soy renata, nos vimos hace unos días.

cada uno de los chicos se presento, finalmente comenzaron a vivir la fiesta. Todos sentados alrededor de la parrilla con cerveza o bebida en mano, bromeando, riendo, recordando cosas y hablando de sus vida. Compartiendo sus vidas ante Roseanne, haciéndola sentir que la conocieran de toda la vida, la castaña había olvidado todos sus prejuicios ante ellos, le habían parecido tan simpáticos y graciosos que no podía pensar nada malo sobre ellos, a medida que transcurría el tiempo las conversaciones eran más seria, Roseanne no podía creer como personas tan jóvenes pudieran estar pasando por tanto problemas, sufriendo tanto y tener que luchar tanto para obtener cosas tan básica, pero lo que sin duda termino por hacer caer algunas lágrimas fue que Marcus posiblemente podría perder a su hermana pequeña, la mayoría de ellos, de los que tenían hermanos habían pasado por algo parecido, sabían que era complicado pero también que era posible salir bien y le sorprendía totalmente las lágrimas de Roseanne. Es que aquello estaba lejos de lo que era su vida, jamás tuvo que oír como alguien que amaba tanto a su hermana podría correr riesgo de que se la llevasen solo porque nació en el lugar equivocado.

Mi vida, mis decisiones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora