Tin Can

Nunca me dejes

Anduve bien aplicada esta semana.

Salgo corriendo, espero el ascensor que me parece que tarda un siglo en llegar, agarro las escaleras estoy en el piso 12.

Cuando salgo por la puerta y estoy en la calle miro para todos lados, el pánico me recorre todo el cuerpo

Eres un idiota Ai Tin!!!, cuando aprenderás?!!!

Por favor Can... donde estas?...

Veo un auto conocido detenerse frente a mí

-Hola hermanito!- Tul sale del auto y me mira sonriendo altivamente.

-Tul!!, Maldito!!!- Aprieto los puños y lo miro con todo el odio que me generó el daño que me hizo y me sigue haciendo.

-Asique tu palomita se fue volando, solo por verte follar con otra persona-

-El nunca me dejaría, no importa lo que tu le digas, el siempre confiará en mí ante todo- rogué dentro de mí que todo lo que estoy diciendo fuera verdad pero tengo que devolver la confianza que Can tiene en mi.

Con una ceja levantada Tul me dice: -¿Y entonces tendré que usar otro método para alejarlo de ti?-

-No te atrevas a tocar ni un solo cabello de su cabeza, nunca quise enfrentarte, pero por él lo haría en un segundo-

-Sabes que con unas palabras puedo destruir su vida y la de su familia-

-No te atrevas!!!-

-Asique mi hermanito adicto tiene garras?, ¿Significa tanto para ti este chico corriente, que te hace capaz de enfrentarme?-

-Can, es todo para mí- y en ese momento me di cuenta, que perdí completamente contra Can, me di cuenta que él es todo para mi, más que el oxígeno.

Por un momento vi una tristeza tan profunda dentro de los ojos de mi hermano que podría ahogarme en ella, pero solo fueron dos segundos y su mirada se volvió cruel nuevamente.

-Veremos, quien gana en esto, el niño prodigio de la familia Mesanat o el niño problemático a quien nadie ama-.

En ese momento sus palabras fueron como una bofetada, aun sus palabras pueden lastimarme. Me quede mirándolo hasta que, como un demonio de Tasmania, llega Can.

-Ya es hora de arreglar esto- dice Can, dándole un puñetazo en la mandíbula a Tul tomándolo por sorpresa. Tul lo queda mirando y sonríe.

-Mira la pequeña bestia también con garras! – dijo Tul, escupiendo sangre al piso

Agarro de la cintura a Can y lo sostengo contra mi pecho

-Ya es suficiente bastardo!, Deja en paz a Tin!, ¿Cómo puedes ser tan hijo de puta?!-

-Él es tu hermano! Los hermanos deben cuidarse mutuamente, no hacerse daño!, Son familia!-

-Tan ingenuo!- Dijo Tul, metiéndose en su automóvil

Nos quedamos viendo como el auto desaparecía a lo lejos, Can descansó su cuerpo en mí, pero en un momento se puso rígido, aun lo abrazaba por la cintura con mi barbilla descansando en su cabeza, inhale su olor.

-Ya puedes soltarme- dijo Can entre dientes

-Pero me gusta sostenerte-

-Aun estas en problemas...-

-Si lo sé- suspire y lo di vuelta, le sostengo sobre el rostro entre las manos y beso sus mejillas

-Tin..!- Dice Can mirando para todos lados