Symphony. [Bill Denbrough/YAOI]

STREET BIN.

Dylan se preocupa por el medio ambiente, siempre que puede se pone a limpiar las calles de Derry y a pesar de que Bowers y su panda tiren cosas aposta, no persiste hasta intentar salvar el planeta.

Aún recuerdo el día que nos conocimos...

[Estoy dando un paseo con mi grupo: "los perdedores", cuando mi refresco se acaba ellos van a sentarse a un banco; mientras que yo busco una papelera.

Visualizó los basureros y voy a tirarla en cualquiera, eso intento hasta que alguien me detiene.

Dylan: Disculpa.

Esa voz es tranquila y dulce, me doy la vuelta y era el actual chico nuevo, en clase no había podido apreciarle con mayor detalle; pero ahora que le miro de cerca admito que me parece precioso.

Yo: ¿S-sí?

Dylan: Las latas van al contenedor de envase.

Sonríe y me señala la papelera correcta, su sonrisa hace que me paralice mientras enarca una ceja.

Dylan: Hola.

Pasa su mano de arriba abajo frente a mis ojos y reacciono por fin, maldiciendo internamente.

Yo: Ah, s-sí, sí.

Tiro el recipiente al contenedor que me ha dicho.

Dylan: ¿Te encuentras bien?

Yo: Sí cla-claro.

Dios mío, he quedado como un idiota.

Dylan: Tú eres William Denbrough ¿verdad?

Yo: Sí, pe-pero llámame Bi-Bi-Bill.

Aparto la vista avergonzado por mi tartamudeo.

Dylan: Vale Bill, yo soy Dylan Mason.

Dice con entusiasmo, eso me hace sentir un poquito más cómodo.

Yo: Te he vi-visto de reojo por el insti en mu-muchas ocasiones, pe-pero no sabía tu no-nom...

Me trabo sin poder completar la frase.

Dylan: ¿Mi nombre? Bueno suele pasar.

Hago una media sonrisa, normalmente la gente me dice que les pongo irritados por tartamudear; pero con él parece diferente la cosa.

Richie: ¡Ey Bill! ¡Te estamos esperando!

Llama mi inoportuno amigo desde el banco en el que están.

Dylan: Bueno, supongo que el deber te llama.

Suelta otra sonrisa, más bonita que la anterior.

Yo: Pu-puedes venir si qui-quieres.

Inconscientemente le invito, me da curiosidad y desearía poder hablar más con él.

Dylan: Gracias, pero tengo que seguir con lo mío, otra vez será.

Se despide con la mano y vuelve a sus asuntos ecológicos.]

Desde ese día Dylan me llama la atención y atrae mucho; aunque claro está lo guardo en secreto, ya me acosan diariamente y si se confirma que en verdad soy homosexual, podría acabar peor que ese chico llamado Adrian Mellon...