CAPÍTULO 2

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Odiaba ese olor, ella olía a cigarro. Ella sabía que odiaba ese olor pero que le podía decir si ya estaba hecha da en mi cama y yo como siempre estaba enroscada en ella.

La amaba porque ella fue quien me amo cuando ni siquiera yo lo hice, y después de esos seis meses juntas me demostró que si quería las cosas enserio. Con el tiempo fue aprendiendo a quererla y como no hacerlo si todo lo que ella emanaba era perfecto: su voz, su mirada y su manera tan especial de ser conmigo era lo que me enamoraba cada día.
Ella era hermosa y resaltaba su belleza con su manera de vestir fuera de lo usual, cuando la conocí justo fue por su manera de vestir que pensé que era hombre.
Pero lo que me da celos es ver como otras se le quedan viendo, se supone que solo tiene ojos para mí pero el solo imaginar que podría querer a otra como me quiere a mi hace que pierda los estribos sé que está mal pero no lo puedo evitar.

Pero ahora que era de noche solo quería que ella me en volviera entre sus brazos justo como lo hacía ahora, me encantaba verla su cuerpo era perfecto para mí y aunque ella fuera mujer tenía músculos que me encantaba tocar y a ella parecía no molestarle.

―Eres muy intranquila con tus manos mocosa ― oí las palabras de Alex que estaba entre sueños.

―Lo sé, pero es tu culpa.― me queje como una niña pequeña.

―Sabes que si sigues así yo no me hago responsable de lo que pueda suceder. ― me advirtió Alex abriendo los ojos de par en par.

―No lo hagas so...

Antes que pudiera terminar en un abrir y cerrar, estaba debajo de Alex. Me la había jugado y había perdido.
Alex empezó a besarme y mientras lo hacía se deshizo de mi ropa de dormir y quedé en mi ropa interna.
Ella se apartó y reconocí esa mirada lasciva tan particular de ella.
Mi mirada se desvío a todo su cuerpo, hasta su ropa íntima me resultaba interesante; antes que pudiera decirle una palabra ella me beso y se encargó de deshacerse de la mía.
Me sentía observada con detenimiento no me molesta que lo hiciera porque yo lo hacía.
Al final quede sin ropa alguna al igual que ella. Entre besos sentí como sus dedos en mi imterior y sentí como mi cuerpo racionaba a su cercanía.
Así pasamos toda la noche juntas y sentí como el cuerpo de Alex tomaba el mío, el saber cómo nos pertenecíamos era lo que más me tranquilizaba.

Al despertar la vi y sentí como el corazón se me aceleró al recordar lo que había pasado la noche anterior, no había sido la primera vez pero siempre me resultaba placentero igual que la primera vez. Alex de alguna manera nunca estaba tranquilo en cuanto a ese tema se trataba.

Después de despertar e ir al baño, fui a la cocina a preparar el desayuno y prepare lo que le gustaba.

Mientras esperaba el café sentí su tacto e hizo que me volteara para después besarme, no sé qué momento pero me había vuelto adicta a sus besos.

― Tenemos suerte que no estén tus padres.

La sonrisa de Alex a mi parecer era perfecta.

― Te prepare el desayuno, espero que te guste.― dije orgullosa mientras ponía el desayuno en la mesa.

― Sabes que amo lo que cocinas, pero ya me tengo que ir porque mi padre me dijo que quería pasar mi cumpleaños conmigo.

― Esta bien pero al menos toma el café.

―Aunque me encantaría ya es tarde.

Pude ver como Alex miraba su reloj por última vez para después irse por la puerta principal.

― Ah por cierto esas bragas que utilizaste ayer me encantaron guapa .

La descarada de Alex me giño el ojo para después irse sin más

Ya arreglaría cuentas con ella más tarde o tal vez mañana cuando la viera en la universidad

Pasé unas horas sin hacer nada, mis padres habían viajado y no sabría cuando volverían. Todo el día consistió en estar tirada en mi cama viendo cosas triviales y sin darme cuenta llego la tarde faltando pocas horas para la noche, así que era momento para alistar mis cosas para poder ir mañana a la universidad.

― Donde ... diablos puse mi cuaderno de apuntes, porque señor cuaderno porque me dejo.

Me encantaba dramatizar las cosas pero el sonido del timbre interrumpió mi momento y cuando fui a ver era Alex. Después de asegurarme que Alex pasara, sabía que si estaba en mi caso con ese semblante le había ocurrido algo y solo pude abrasarla

― Lo volvieron hacer verdad.

― Sí y la verdad es que ya perdí la cuenta de cuantas veces lo hacen, pero que importa no los necesito la única persona que me importa esta entre mis brazos.― aunque Alex tratara de sonar calmada podía oír su voz ronca, de pesadez y con huellas que había llorado.

Ella nunca había llorado al frente mío solo en una ocasión y fue cuando me conto todos sus problemas, recuerdo que el día cuando la vi llorar lo único que pude decir era que contara conmigo, al día siguiente como si nada vi a la Alex fuerte como si nada hubiese pasado.

― Déjame decirle joven que aún podemos ir a celebrar tu cumpleaños.― trataba de subirle el ánimo y Alex no decía nada.

Antes de poder separarme del abrazo envolventes de Alex ella tomo mi rostro y me beso, fue un beso cálido y tierno.

― Gracias, pequeña mocosa.

― Bueno ya sabes lo que dicen por ahí no todos los días se cumplen 20.

― Eso fue justo a la vejez Mar.

― Es lo que gana por ser una depravada de le gustan menores e inocente como yo con mis 17 añitos.

Antes que pudiera ir por mi abrigo Alex me beso pero este era un beso, diferente era de esos que me dejaban como una novata y Alex se encargó de dejarme claro ya que me dejo una mordida.

Cuando llegamos a la pequeña cafetería nos pusimos hablar de temas sin sentidos y unos cuantos triviales. Siempre que estaba con Alex me la pasaba bien.

Alex era importante para mí y aunque ella tratara de hacerse la fuerte sabía que dentro de toda esa fachada necesitaba tranquilidad y yo ayudaría a que eso sucediera.

Todo parecía fluir con naturalidad en las conversaciones que teníamos y el lugar ayudaba muchísimo era un lugar íntimo y el ambiente era cálido y acogedor alejado de la crítica de los demás, aquí nos podíamos tomar de las manos y besarnos sin que las miradas indiscretas juzguen.

Los meseros eran muy atentos y amables, había varias parejas de todo tipo y todas con la tranquilidad que este lugar nos brindaba, lo que más atraía del lugar era que se caracterizaba por así decirlo por su mente abierta. Pero siempre no faltaba el que mirara raro ya que había una chica que llevaba un buen tiempo viendo las espaldas de Alex con el ceño fruncido.

Sin darme cuenta deje de prestar atención a Alex y el volteo en dirección donde había perdido la vista y cuando vio a la chica pude sentir como el cuerpo de Alex se tensaba pero fue más raro cuando Alex dejo de entrelazar nuestras manos.

La chica al darse cuenta de la mirada de Alex sobre ella sonrió, pero no era una sonrisa normal; era una sonrisa de soberbia y de altanería.











Siento que este capítulo no salió como debiese.

MR. DEMAT

TORTURA DE EVOCACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora