16. Jaemin

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Pomme - Afieu mon homme

samojeno GRACIAS POR HACER ESTA PRECIOSIDAD DE FANART (es un gif pero no puedo ponerlo,así que lo coloqué como imagen) 💕

Se fue en la noche.

No dije nada, no le dije nada. Preferí cerrar la boca antes de soltar algo que nos condenase a ambos.

Me lo prometió.

Me esperaría...

De cierta forma era egoísta sentirme ansioso por esa promesa. Quería que me esperase el tiempo suficiente. Al mismo tiempo, creía que si rompía su palabra haría las cosas más fáciles, así podría tener una excusa para dejar de pensar en él.

No lo hice.

Pasé el resto del verano rompiendo mi propia mente, torturándome con las posibilidades. Era difícil para mí, una vez le confié todo, le dije que podía manejarme a su antojo, ahora me aterraba que lo hiciese.

Cuando se alejó, yo cerré mi corazón, preferí pensar en hacer las cosas de forma correcta... me dije a mi mismo que lo había superado, así que como un idiota sonreí y le besé, pero ahora me doy cuenta de que nunca pude soltarlo.

Me daba lastima, me avergonzaba de mí mismo.

Sabía que, si fuese alguien externo, pensaría ¨vaya par de idiotas enfermos¨. Pero dolía y dolería en el futuro, así que debía recomponerme y vivir un poco.

El primer mes pasó en un parpadeo, me enfrasqué en estudiar. De pijama por la casa, hice el desayuno, estudié, almorcé, estudié, me bañé, estudié, cené y dormí; esa era la rutina que seguí todos los días. No tuve tiempo de pensar en él.

El otoño fue un poco más complicado cuando llegó y me hizo dar cuenta de lo lindo que se veía el amor entre hojas crujientes y un mar naranja. Pasé los días fuera del departamento, fingiendo que ir de fiesta con amigos y sonreírles a chicos lindos sería una medicina efectiva. No lo fue. Lloré un día, estaba borracho en medio del baño de una gasolinera, con Hina dándome apoyo moral desde el lavabo.

Café... tomaba tanto que incluso llegué a temer que mi sangre fuera más cafeína que otra cosa.

El invierno llegó para enfirarme las extremidades.

Estuvo mejor que los meses anteriores.

Hasta que un día mi celular vibró.

"Te extraño"

Un corto mensaje que aceleró mi corazón, de igual forma en que me lo rompió.

"Yo también"

Contesté, porque no valía la pena mentirme, mucho menos mentirle a él.

El 22 de abril estaba en la azotea del edificio. Hyuck había traído cerveza y pizza para desviar mi atención.

Esperé... un minuto, dos, tres... medianoche. Entonces respondí.

"Feliz cumpleaños, Dotori".

Esa noche dejé caer mi cabeza sobre el escritorio y suspiré, notando el calor en mis mejillas, estiré la mano hasta dar con la lámpara y apagué la luz. No quise ver su respuesta.

Mayo llegó con prisa. Fue Hyuck quien un día me arrastró fuera del cuarto, dijo que dejara de ser un estúpido trapo de piso y le ayudase a ordenar el departamento. Lloré, por primera vez desde hacía meses volví a llorar. Esta vez no estaba borracho ni vomitando en algún baño apestoso. Esta vez estaba en mi cama, arropado hasta la coronilla. Lloré tanto que parecía un niño al que le acababan de robar algo preciado.

Red - NominDonde viven las historias. Descúbrelo ahora