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El jardinero dijo: "Junto a mi pecho yo te llevaba con torrida ilusión oh rosa ingrata, ves lo que me has hecho, me has herido de muerte el corazón...

Cuantas veces bajo el laurel quite tus petalos abrojos, yo que te di con mis besos la miel y tú que me espinaste los ojos.

Ve como mi pecho mal herido fluye ardiente sangre roja, hoy te echo al olvido, que otro desdichado te recoja..."

Y cuando el jardinero dijo sus quejas, era ya la hora del rocío, cerro el puño, fruncio el ceño y arrojo la rosa al rio.

La Rosa IngrataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora