Ya no me quedan máscaras

La carta

De pequeño era un niño muy travieso, y siempre estaba husmeando por ahí. Tomaba cosas que no eran mías y me ponía a jugar. Un día normal, entré al cuarto de mi padre, todo estaba muy desordenado pero había algo que me llamaba la atención. En ese entonces tenía unos 13 años y los colores me encantaban. En el medio de la habitación de mi papá, había una caja de color rosa muy llamativa tirada en el suelo, como vi que estaba a mi alcance la agarré. Mi padre nunca fue de esconderme sus cosas, así que me quedé con la caja y la escondí debajo de mi cama, con otras cosas mías. Al día siguiente cuando mi papá se fue a trabajar y yo me quedé solo, aproveché para sacar la caja y ver lo que había dentro. Me llamó la atención mucho el hecho de que haya una foto de mis padres con otra niña. Mi papá me dijo que mi madre antes de morir, había sido maestra jardinera por mucho tiempo. Tal vez esa niña era una de sus alumnas. Además de la foto había una carta y una figura de origami. La figura no decía mucho así que tomé la carta y me senté en mi cama a leerla.

"lo siento mucho Callie. No fue mi intención lastimarte. Mis deseos se volvieron realidad pero te juro que nunca hubiera querido hacer algo así. Aun te extraño mucho, y cada vez que veo a Jade te me vienes tú a la mente. Qué bonito hubiera sido tenerte aquí conmigo y que nuestra familia no se hubiera separado. Pero además, que bonito hubiera sido para ti que yo no hubiera hecho semejante crueldad hacia tu cuerpo. Todo el tiempo me arrepiento de lo que hice, y ya no puedo ocultar la verdad. Te prometo que todo saldrá a la luz y de que todos se enteraran del monstruo que soy y con el que conviviste 5 años de tu vida. Te extraño, Callie. PD: tu padre."

 La verdad es que estaba confundido ¿entonces Callie era mi hermana? ¿Por qué nunca me lo dijeron? La carta, la foto, la figura, todo tenía algo que ver. Pero solo no podría averiguarlo, en estos momentos, un poco de ayuda no vendría tan mal.