Cuatro

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La cueva por dentro estaba completamente oscura de allí salía un olor pútrido mi única reacción fue tapar mi nariz intentando no vomitar por el hedor, mi curiosidad tuve un límite por lo que me regresé para el parque donde se encontraba Ian enojado porque lo deje solo sin decirle nada.

—¿Dónde estabas metido? Te busque por todas partes — se notaba furioso pero se calmó al instante cuando le toque su hombro.

—Oye podemos ir a explorar una cueva que ví, será divertido — enarco una ceja esperando la respuesta.

—Esta bien.

—Pero tendrás que conseguir un par de máscaras para no oler lo que hay allí adentro — sonriendo me da un pequeño golpe en la espalda.

Rumbo al supermercado me pongo a investigar todo lo que tengo a mi lado sin apartar la vista mis ojos buscaban algo extraño o sospechoso para saber más sobre los tipos de las túnicas, el supermercado estaba cerrado ha que lo habían robado en la noche lo único que se sabe del ladró es su identidad pero de su paradero no lo sabe nadie más, lo más extraño es que él sólo se llevó un amuleto viejo de una vitrina.

Una de mis dudas se aclararon ahora sabía porque tenía sus manos cubiertas de sangre y tal vez fue por tratar de sacar el amuleto que se cortó o se hizo daño, lo que no entendía era sobre el amuleto de dónde salió eso ni siquiera tenía un valor ese pequeño objeto. Cada vez me resultaban más preguntas una a una me iban carcomiendo la poca paz que solía tener, Ian abrió los ojos al ver una fotografía del amuleto sabía qué era y tenía mucho valor más del que se pudiera imaginar.

—Es un amuleto "Savesoul", éste era usado para atraer espíritus benignos a tu vida, según los antepasados esta pieza tiene un gran valor nadie podía imaginar lo que cuesta pero es el único amuleto creado no existen más, aproximadamente tiene más de dos siglos de existencia es algo que pocos lo saben — él con su emoción me tomo del cabello y lo halo duro.

Al menos sabía algo del amuleto necesitaba saber qué relación tenía con el grupo del bosque las pistas eran pocas  sólo nos faltaba ir a la cueva para ver qué encontramos allí tal vez todas mis preguntas tendrían sus propias respuestas. Me lleve a Ian para su casa a buscar las máscaras y una linterna, nos encaminamos a hacer nuestro trabajo tenía pavor por lo que fuera encontrar ahí en esa oscuridad.

Cuando tuvimos todo listo caminamos hasta la cueva para esperar que podríamos ver ahí dentro, frente a la oscuridad prendimos cada uno nuestras linternas y al observar por lo lejos notamos manchas de sangre por todas partes y con sigilo de no alarmar a lo que sea qué viviera en ese lugar.

Ian tenía ganas de vomitar inclusive con las máscaras se sentía el olor a podrido entrar por las fosas nasales en cada paso observamos un camino con mucho fluido rojo lo seguimos y con una sorpresa al final, era el cuerpo desmembrado del señor Cooper. Instintivamente se me salieron un par de lágrimas al recordar lo sucedido con el hombre donde se encontraba su cabeza había un pequeño altar y una túnica roja al ver esa cosa mi corazón da un vuelco y me llevo a Ian rumbo a la salida, justo antes de salir nos percatamos de que venían personas hacía el altar por lo tanto apagamos las linternas e intentamos buscar un lugar para escondernos gracias a el susto encontramos una grieta ambos sin pensarlo dos veces nos metimos tratando de respirar lo más lento posible.

Podía sentir el corazón de mi amigo como latía estábamos tan apretados que nos abrazamos acto realizado por el temor, los hombres iban en fila el primero sostenía una antorcha con la que iluminaba el camino, el segundo llevaba consigo una soga muy larga y gruesa, el último no tenía nada en sus manos estaban semidesnudos lo único que se tapaban era el rostro y sus miembros. Cada vez más entendía menos estos hombres; estuvimos en ese lugar por más de treinta minutos hasta que por fin se fueron con sus túnicas puestas yo fuí el primero en salir para observar alrededor tal vez vendrán más de ellos si no salimos de aquí rápido.

El aire fresco entra por mi nariz, exhaló con todas mis fuerzas para botar ese hedor de mis fosas nasales, Ian estaba vomitando de tras de un árbol no creía lo que había vivido ahí dentro ver la cabeza de un hombre sobre una especie de altar.

—¿Qué fue eso? — aún con los nervios de punta me sacude de un lado a otro.

—Vamos a casa allá te cuento — le brindo una pequeña sonrisa.

—Está bien.

Guardamos todo lo que trajimos en una maleta para que nadie descubra quienes estuvieron allí dentro éramos nosotros, Ian estaba completamente nervioso porque no entendía nada sólo quería estar en casa seguro sin que nada le pasase únicamente con mirar eso él no sabía lo que sucedía.

Y lo entiendo yo estoy en las mismas cada vez más me encuentro perdido no tengo respuesta tampoco hay preguntas a lo que he visto en los últimos días, simplemente todo es tan extraño y ahora Ian me dejara solo en esto espero que entienda lo del vídeo, entienda también mi posición. Por unos minutos quise llorar huir a un sitio lejos sin saber nada de lo ocurrido quise romperme, también desaparecer del planeta sé que en algún momento estás personas me encontrarán y harán lo mismo conmigo arrancarme la cabeza para ponerla en el altar.

Tenía miedo. Mucho miedo.

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