Trece

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Despierto asustado bañado en sudor y con lágrimas en los ojos, en mi sueño la imagen de Max sin vida me da la impresión de la peor de las pesadillas que he tenido no soportaba estar aquí sin hacer nada mientras él se encontraba perdido o quién sabe dónde diablos estaría. Cada día que pasa no puedo estar sin él y ahora tengo miedo de perderlo es la única persona con la que he aprendido a estar no sé qué haría si lo pierdo no puedo superar esto.

Me levanto de la cama para tomar un vaso de agua y calmar mis nervios pero en el sofá veo a Chip viendo hacia la oscuridad sin darse cuenta de mi presencia, cuando intento ir donde él inmediatamente me para y regresa a la habitación. Después de la pesadilla logré conciliar el sueño y pude dormir un rato, en la mañana lo peor que hice fue preparar el desayuno para Chip e ir a buscar la madre de Max que se encontraba al borde de la locura total.

Llamé a Rox y a Henry para que ambos cuidarán de Chip mientras yo buscaba información sobre el paradero de mi amigo.

—Señora ¿Cómo estás?

—¡Lo veo! ¡Lo veo!

—¿A quién ve?

—A él... está aquí con nosotros

—Ve a su hijo Max

—¡No! A él no porque ya esta muerto.

Las lágrimas querían salir de mi rostro cuando escuche la última palabra, esa palabra me daba mucho miedo por lo que salí corriendo a casa del señor Benson para entrar a esa cueva pase lo que pase. En mi mente volvía a pasar la imagen de Max tendido en el suelo cubierto de mucha sangre, cada vez que esto pasaba mi corazón se ponía a mil y las lágrimas amenazaban con salir.

Estando en la casa del señor Benson le comento lo de la cueva, él decide acompañarme para asegurase de que todo fuera bien. El señor Benson tomo una mochila y ambos salimos hacia ese lugar de mala muerte, el camino me pareció corto tal vez fue por el afán de llegar o el miedo de saber que encontraremos ahí.

Fui el primero en adentrarme a ese lugar con la mirada fija en todas partes, mi corazón latía como nunca y mi cerebro se estremeció ante tanta adrenalina. Después de caminar un rato estuvimos en un lugar donde habían cadáveres ordenando las habitaciones, para ambos fue terrible tener que ver eso.

Unos minutos después llegamos a otra sala allí se encontraban personas en mal estado; unos estaban golpeados otros cortados incluso habían unos cuantos que les amputaron sus extremidades. Para mí fue escandaloso ver todo esto, en toda mi vida jamás llegue a presenciar acto tan atroz.

—Espera, debemos sacarlos de aquí

—Pero están a punto de morir

—No puedo hacer eso... sería muy horrible — el señor Benson se paro frente a una puerta y comenzó a golpearla con fuertes patadas.

No quise quedarme viendo mientras que él maltrataba sus piernas tratando de abrir la puerta, por eso decidí en ayudarlo y posiblemente encuentre a Max aquí. Luego de forcejear un tiempo con la puerta logramos derribarla, al entrar observo a todas las personas asustadas mirándonos.

El señor Benson se queda perplejo por un tiempo después corre hacia el cuerpo de un chica que se encontraba tirada casi sin vida, la toma en sus brazos y comienza a llorar.

—Micaela ¡Por fin te encontré! — él abrazo e cuerpo de la chica y seguía llorando —Hija, al fin... al fin te encuentro — la palabra hija entro por mis oídos y dio un pequeño choque con mi cerebro.

—¿Ella es tu hija mayor?

—Si desde el día que desapareció me estaba volviendo loco buscándola, cuando siempre ha estado aquí — ambos la tomamos y la cargamos hasta fuera de la cueva.

Aún seguía sorprendido por lo sucedido, fui en busca de Max y encontramos a Micaela la hija mayor del señor Benson. Para mí esto era inesperado pero al ver todos esos cuerpos allí me hace pensar que casi todas las personas desaparecidas en este lugar están metidas en ese infierno.

Finalmente decidimos llevarla a la casa para sanar sus heridas, su cabello negro estaba cubierto de tanta sangre que no se veía bien, su rostro estaba lleno de cortadas en todas partes y sus extremidades estaban hechas un desastre, aún no sabía como ha sobrevivido esta chica después de tantas heridas. Inmediatamente la curamos y la dejamos descansar mientras se reponía de lo ocurrido regresé a casa para saludar a Chip, a Rox y a Henry todos se encontraban bien estaban enseñándole al pobre chico un juego de mesa aunque se divertían necesitaba hablar con él para saber más de donde había salido.

—Chip quiero que me digas la verdad ¿De dónde venías la vez que te encontré? — carraspee.

—Yo escapé de un lugar el cuál no quisiera regresar allí.

—¿Una cueva? ¿Dónde?.

—Si, hay una cueva en el bosque y en ese lugar te hacen cosas horribles... cosas muy horribles, no quiero ir de nuevo a ese lugar pero ese chico me ha salvado la vida no quiero imaginar lo que le estarán haciendo —Chip se agarra su cuello y mira al suelo.

—¿Quién es el chico?.

—Se llama Max y es un pecador nuevo en ese sitio. Íbamos a escapar juntos pero decidió quedarse para hacer que yo pudiera huir — lágrimas bajaron por su rostro.

—¿¡Qué les hacen es ese lugar!?.

—Es lo peor, ellos te llevan ahí para que pagues por el pecado que haz cometido. Durante el tiempo que estuve en ese lugar me sentía solo y lloraba sin consuelo alguno no por el hecho de que me torturaban sino por lo que estaba pagando — abrace a Chip para evitar llorar con él.

Llamé a Henry para que me acompañará a la cueva y así poder sacar a Max lo antes posible. Sé que él no estará bien solo siendo torturado por algo que no habrá cometido.

—Amigo necesito de tu ayuda

—Dime ¿Qué necesitas?

—Quiero que me acompañes y me ayudes en algo — él me mira preocupado.

—Haré lo que pueda.

— Entonces vamos a sacar a mi mejor amigo de ese lugar.

Estaba tan enojado y preocupado que no me di cuenta de lo que iba a suceder después. En la entrada de la cueva observo manchas de sangre frescas, muy asustado corro hacia adentro hasta llegar al salón donde encontramos a la hija del Señor Benson.

A punto de perder el control por la ira busco en todas partes pero ya no estaban las personas en ningún lugar, lo único que podía hacer era buscar sin darme por vencido tenía la esperanza de encontrarlo con vida.

Cerca a una puerta escucho mucho ruido me arrimo a ésta y miro por un pequeño agujero, al ver muchos de los tipos con túnicas golpeando a algunos chicos y chicas que estaban tendidos en el suelo sin poder defenderse de elloa. Para mí esto era un atropello tan atroz que hizo arde mi sangre por completo, junto a Henry arme un plan para lograr encontrar a Max.

Espero que esto funcione o sino él morirá por mi culpa aunque no quiero eso... no lo permitiré nadie más morirá por culpa de esos macabros demonios, es lo menos que puedo pensar de ellos por hacer esto.

—¿Estás listo? — le sonrió a Henry.

—Creo que lo estoy.

—Que comience el juego.

Cierro los ojos e inhalo una bocanada de oxígeno para luego pararme firme y sostener mis puños ocultando mi ira. Esto apenas iba a comenzar por lo tanto ya todo acabará

Bendito & Maldito Donde viven las historias. Descúbrelo ahora