Cap 10:

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La campana que avisaba el cambio de hora había sonado hace unos minutos; la mayoría de alumnos se encontraba abandonando las aulas para dirigirse a su siguiente hora de tortura, pero el pequeño de grandes y lindas mejillas, sentado junto a la única ventana en la habitación, aún seguía aferrado a un libro que no había sido capaz de soltar en la última semana.

Lo único que perturbaba su lectura en ese momento era el sonido de las pisadas ruidosas de sus compañeros al cambiar de aula, a eso se le sumaban sus gritos y quejidos por todo el pasillo.

Poco a poco eso dejó de parecer una escuela, casi era un mercado.

El muchacho de pequeña estatura se removió incómodo en su asiento al leer una parte importante de la historia que no había sido de su agrado. Su entrecejo se frunció y no dejaba de divagar la mirada por el texto frente a él.

—¡Ah, que mierda! —En un ataque de rabia había cerrado el libro, perdiendo sin darse cuenta la página en la que se había quedado, y estampándolo contra su carpeta. Al parecer, el concentrarse tanto en el contenido del texto le había hecho perder la noción de en dónde se encontraba.

Alzó la mirada temeroso y se topó con muchos pares de ojos observándolo.

Genial, ahora tenía la atención de todos puesta en él.

—¡KIM MINSEOK!

Incluso la de su profesor.

El maestro de literatura, un viejo bajo y rechoncho, se había alzado en su escritorio solo para llamar la atención del pequeño escandaloso.

—¿Se puede saber por qué está haciendo tanto alboroto? Le recuerdo que el cambio de hora ya pasó hace diez minutos. ¡Esta ni siquiera es su clase!

Minseok parpadeó unos segundos antes de caer en cuenta de su situación. Miró a su alrededor y, efectivamente, esa no era su clase. Lo sabía porque el enano traidor que tenía como amigo no estaba sentado a su lado, como sería lo normal.

—Maldita sea —Murmuró bajito.

Podía oír las risas del resto de alumnos que tomaban con humor todo lo que estaba pasándole.

—¿Piensa quedarse ahí, maldiciendo todo el día?

Sus mejillas se tiñeron de rojo al darse cuenta de que había sido escuchado por su profesor.

Ni siquiera respondió, solo negó avergonzado y con la poca dignidad que le quedaba, tomó aquel libro que tenía como su actual posesión más valiosa y salió de ahí, cargando la mochila en sus hombros.

No se molestó en apurar el paso, de todas formas no pensaba ir hacia su aburrida clase de Historia Universal, que seguramente ya estaría más que adelantada, ya se encargaría él de pedirle los apuntes al pequeño ojón que lo había abandonado a merced de esos buitres disfrazados de estudiantes.

El bajito continuó su camino rumbo a la cafetería, refunfuñando sobre lo que había leído con anterioridad.

—Tal vez debería dejar este tonto libro.

Sentándose en una de las mesas más apartadas de la cafetería, tomó entre sus manos el pequeño libro y se dispuso a buscar la página en la que se había quedado.

—Lo tengo —Sus hermosos ojos con rasgos gatunos se posaron otra vez en el texto— Paso cinco: Envíale vídeos tocandote, eso los pone muy calientes —Leyó, demasiado alto para su gusto.

Min cubrió sus labios y volteó en todas direcciones para inspeccionar que nadie hubiera escuchado esa barbaridad. Afortunadamente, solo la cocinera estaba cerca, pero parecía no prestarle atención en absoluto.

Se sentía avergonzado por estar leyendo ese tipo de cosas tan ridículas y obscenas.

—No pienso hacer eso —Su voz salió algo temblorosa.

En estos momentos era cuando más se arrepentía de haber aceptado entrar en ese mundo tan extraño como lo era el Daddy kink.

Jamás creyó llegar a tomar si quiera en cuenta los consejos de Byun Baekhyun, pero su nivel de persuasión era muy alto y Kim Minseok no puedo negarse a tomar aquel libro con decorados rosa en su portada, porque "Hyung, si vas a hacer esto debes hacerlo bien. Este libro es perfecto para ti".

Y así estaba desde hace una semana, leyendo consejos tontos del gran libro titulado:


"Cómo complacer a tu Daddy y no ser castigado en el intento"


Si es que hasta el título le parecía ridículo, pero ahora no podía echarse atrás, ya había dado un gran paso dejando sus bochornos de lado para mandar más de una foto caliente. No podía tirar todo su avance a la basura.

Suspiró, cerrando el libro y guardándolo con cuidado en su mochila, sabía que si le hacía un solo rasguño Baekhyun aprovecharía para reñirlo por descuidado.

Estaba tan concentrado terminando de cerrar la mochila que no se percató de alguien parándose frente a él.

—Así que, ¿Kim Minseok?

Minseok tembló casi imperceptiblemente al escuchar aquella voz, la conocía perfectamente, aunque no hubiera tenido una conversación con el dueño nunca antes.

Tomó la mochila entre sus manos y alzó la mirada, decidido a enfrentarse cara a cara a la vergüenza.

Su mente ya había comenzado a maquinar la excusa perfecta para salir del apuro, pero al no lograr encontrar una que sonara lo más convincente posible, hizo lo que mejor se le daba.

Echar a correr.





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Wattpad me borró parte del capítulo un par de veces y con la depresión por lo de Min no pude escribir nada hasta ahora.

Perdón por los errores, hace más de un año que no intentaba escribir nada.

Espero que les haya gustado.

Bais~

Call me Daddy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora