ALIADOS (Mega Crossover - GAY)

Prólogo

Aquí están 4 de mis parejas favoritas juntas 😍 No están todas ya que sería demasiada gente. Tengo muchas ganas a esta historia 😉👌Hace tiempo que siento que Malec se me queda pequeño, es decir, quiero escribir acerca de más parejas, pero no podía simplemente dejar de escribir sobre Malec 😜

Espero que os guste, que voten y dejen muchos comentarios. Los Amo ^^ *3*

MANICOMIO MOUNT MASSIVE. AÑO 2014.

Waylon Park de 25 años de edad y ex funcionario de la Corporación Murkoff y actual "novia" de Eddie Gluskin se entalló los ojos, intentando en vano alejar el sueño de su cansado cuerpo. Podía oír en la lejanía la voz de Eddie, aquel variante con el que había experimentado de formas horribles y que intento matarlo una vez, aquel hombre que había sido destruido completamente por su padre y su tío cuando solo era un niño, aquel hombre que pareció volver en sí cuando Waylon más lo necesitó.

Eddie tenía una voz agradable, algo dulce y un poco ronca debido a que había llorado y gritado por piedad más de lo que nadie debería.

Sintió las callosas manos, del que fue en su día, el interno más peligroso de todo el manicomio acariciar su pelo para intentar despertarlo.

Eddie Gluskin de 46 años de edad, ex asesino en serie y ex interno del manicomio Mount Massive, sonrió al ver como su querido Waylon fruncía los labios, cerraba los ojos y se removía tapándose de nuevo con la sabana. Ese muchacho rubio había salvado su vida, tal y como Gluskin sabía que ocurriría.

Cuando era abusado por su tío y padre, se consolaba pensando en la hermosa chica que algún día compartiría su vida con él. Los años pasaban y él continuaba esperando con ansias a la mujer perfecta, se separo de su tío y su padre, viajo a otra ciudad y abrió un negocio de vestidos de novia que él mismo confeccionaba. Conoció a tantas mujeres allí, tantas zorras malvadas que solamente querían casarse por dinero, ¡¿Cómo se atrevían?! Él se alegraba por las parejas que se amaban y se casaban, pero aquellas malditas zorras, mancillaban lo más sagrado para él.

Las asesinó, las hizo sufrir, y las convirtió en las mujeres que deberían ser. Lo atraparon tiempo después, le examinaron y sacaron a la luz su oscuro pasado, determinando que era psicológicamente inestable y que no podía ser ejecutado, así que eligieron para él un destino peor que la muerte. Lo vendieron a Murkoff, una compañía que se dedicaba a obras de caridad pero que en secreto experimentaba con seres humanos, en busca de crear a lo que ellos llamaban WALRIDER. Eligieron a Eddie por su extraordinaria inteligencia y por su fuerte físico. Tres años de insufribles torturas, tres años en los que su cordura fue destruida como de niño la habían intentado destruir.

Un día se despertó, herido, desnudo y con todos muertos a su alrededor. Sonreía y lloraba, totalmente ido, se observo a sí mismo en ese momento, herido, lleno de pústulas y con la piel levantada. No comprendía que había pasado, lo único que quería era encontrar de una vez a la mujer que lo amaría sin importar qué.

Y la encontró.

Su amado Waylon, intentó huir, le golpeó, batalló. No quería convertirse en su mujer, y Eddie era incapaz de entender por qué no. ¡Ya lo tenía todo listo! Se había hecho su traje de novio, le había confeccionado un hermoso vestido de novia a Waylon. ¡Había preparado el altar para su maldita boda y esa furcia solo huía de él!

Ya no la amaba, ahora quería matarla. Como mato a todas aquellas putas en su día. Pero entonces pasó. Vio a otro variante, a otro interno del manicomio con el que habían experimentado como con él. Lo conocía, el cocinero caníbal; Frank Manera. Ese era su nombre. Y cuando lo vio a punto de matar a Waylon, todo desapareció dentro de su mente. Todo se recompuso y volvió a su lugar. Se dio cuenta que Waylon era un hombre, que él había mutilado y matado a varios hombres dentro del manicomio en busca de crear a su esposa como si fuera posible, se dio cuenta que estaba en el mismísimo infierno, se dio cuenta que era un monstruo y que Waylon merecía salir de allí. Lucho contra Manera y le venció. Waylon estaba sentado en el suelo, llorando y moqueando, con la respiración acelerada, lleno de sangre ajena y propia, con los pies descalzos y heridos.