Madrid

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POV Alba.

Salí del taxi que me trajo desde la estación de trenes hasta el apartamento donde compartiría piso con dos chicas, María y África. 

Entré al edificio y esperé al ascensor, marqué el tercer piso y esperé a que llegara. Una vez se abrieron las puertas pasé dentro arrastrando las dos maletas enormes que cargaba con dificultad. Una vez llegué al apartamento llamé a la puerta, poco tiempo después una chica rubia abrió la puerta de par en par.

-¡Alba! -Dijo y me abrazó, después se separó un poco confundida.- ¿Eres Alba, verdad?

-Sí... -Contesté y no pude evitar sonreír.-

-Anda pasa por favor, es tu casa también... -Dijo bromeando y pasé.-

 Entré a la casa y la chica me ayudó con las maletas. Al entrar había un recibidor, después pasabas por un salón-comedor que tenía un balcón, al lado del salón-comedor estaba la cocina. La casa era bastante grande, estaba decorada siguiendo un estilo industrial que me gustaba mucho. Caminamos por el pasillo.

-Mira, aquí esta el baño de invitados... -Señaló a la izquierda.-

Asentí a sus explicaciones mientras miraba alrededor.

-Esta es mi habitación, y esta la de África. -Dijo señalando las puertas, después continuó hasta el fondo del pasillo.- Tu habitación. -Anunció y abrió la puerta.-

La habitación era bastante grande, tenía un ventanal precioso con cristales insonorizados para evitar el molesto sonido del tráfico de la capital. Las paredes estaban pintadas de blanco, excepto una que estaba pintada de un color gris claro. En la habitación no habían muebles, tan solo una cama.

-Como decía el contrato, la habitación no está amueblada, así que tendrás que ir comprándote los muebles... -Hizo una mueca.- Tu parte del alquiler son 550 euros. -Me recordó la rubia.- Bueno, no te agobio más, te dejo que te instales y después conocerás a áfrica, es un poco rara, pero no muerde... Bueno, no suele morder... -Bromeó la chica y salió de la habitación riéndose de su propio chiste.-

Abrí las puertas blancas del armario empotrado que había en la habitación. Durante las siguientes dos horas me dediqué a meter toda mi ropa en el armario, ordenándola correctamente, cuando acabé me tumbé rendida en la cama y cerré los ojos, no quería quedarme dormida, solo relajarme, pero entonces escuché un portazo y me sobresalté. Salí de mi habitación y recorrí el pasillo hasta el salón. En el salón se encontraba María y otras personas, pero no reconocí a ninguna.  

-¡Albaaa! -Dijo María.- Ven que te presento... -Caminó hacia donde estaba y me tomó de la mano, me llevó enfrente de donde estaban todos sentados.- Chicos, chicas, ella es Alba.

-Hola... -Sonreí amablemente y saludé con la mano.-

-Mira, te los presento... -Continuó María.- El es Famous, el es Dave, el Miki... -Se giró hacia otro lado y continuó.- Ella Sabela, Julia, Marilia, Marta y Natalia. 

Natalia... Madre mía Natalia, me quede embobada mirándola pero enseguida salí de la burbuja que me envolvía cuando escuché la puerta abrirse y cerrarse después.

-¡Hombre, África! -Dijo María.- Bueno, ella es África y los dos de atrás son Damion y Alfonso.

-Tú debes de ser Alba, ¿no? -Dijo la chica acercándose a darme dos besos.- Bienvenida.

Tomé asiento con el grupo, pasamos la tarde hablando de varias cosas, la verdad es que todos me habían caído bastante bien. María pidió unas pizzas para cenar y se quedaron todos.

-¿De dónde eres? -Me preguntó Natalia, la cual tenía sentada al lado mía.-

-De Elche, Alicante... -Sonreí de lado.- Pero estaba estudiando en Valencia hasta que conseguí una beca para estudiar aquí.

-¿Qué estudias? -Preguntó con curiosidad.-

-Bellas artes.

-¡No puede ser! Seremos compañeras seguro. -Anunció emocionada.-

-¿Estudias bellas artes también? Que guay. -Contesté igual d emocionada, no te sabría decir que estaba emocionada porque estaría con Natalia en clase, o porque ya conocía a alguien dentro de la universidad.-

La cena se me pasó rapidísimo, pues pasé gran parte de esta hablando con Natalia. La chica era de Pamplona, no mencionó mucho sobre sus padres, así que intuí que no se llevarían bien, no quise preguntar igualmente. Nos reímos de los sueños locos de Marta y los chistes de Dave. 

Cuando se fueron quedamos las tres solas, nos dimos las buenas noches y cada una se fue a su respectiva habitación. Mi habitación tenía baño propio, así que me cepillé los dientes con calma. Termine de sacar algunas cosas de la maleta. Mañana iría en busca de trabajo, a comprar algunas cosas y un par de lienzos y pinturas para complementar con lo que ya tenía, por suerte África tenía un caballete que me había dejado en la habitación, era de su tía pero como ya no lo usaba se lo dio a ella y estaba e el trastero guardado pero al enterarse de que necesitaba comprarme un caballete decidió ir a por el. Insistí en pagárselo pero dijo que era un regalo de bienvenida.

María había prometido dejarme su coche mañana para que pudiera cargar con todo, se lo agradecí. Ya eran las doce pasadas así que me acosté en la cama y encendí mi móvil para ver que notificaciones tenía. Mi madre me había dejado unos mensajes, los cuales respondí enseguida. Entré a Instagram y vi las solicitudes que tenía, eran los chicos de hoy, las acepté todas. Vi la solicitud de Natalia, y en cuanto la acepté le di a devolver solicitud, enseguida me aceptó.

Seamos sinceros, me pasé por su perfil, viendo todas las fotos que había publicado. Era realmente preciosa, también tocaba el piano por lo que pude ver en su historia. Iba a apagar el móvil cuando me llega una notificación @/eilanbay te ha enviado un mensaje. Abrí el chat y leí lo que ponía.

"Hey Rubia, soy Natalia. Que te parece si me das tu número de teléfono así cualquier cosa me tienes agendada."

"Claro que sí Nat" -No se porqué escribí "Nat", pero ya le había dado el botón de enviar.-

Le pasé mi contacto y me llegó un mensaje suyo en WhatsApp, enseguida la agregué como "🌈EilanBay🖤" 

Nos dimos las buenas noches y me fui a dormir, mañana me esperaba un día largo. 

Madrid sin ti // AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora