Epílogo

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POV Alba

Inspiré profundamente embriagándome del aroma de la naturaleza. Estaba sentada en el banco de nuestro rinconcito del Retiro mientras miraba el Palacio de Cristal. Natalia estaría al caer pues habíamos quedado. 

Escuché unos pasos detrás mía y cuando me giré vi a Natalia que me sonreía ampliamente mientras sostenía dos cafés y una bolsa marrón de una cafetería. Caminó rodeando el banco y dejó varios picos en mis labios, acto seguido se sentó a mi lado, repartió entre las dos lo que había comprado y merendamos mientras charlábamos de nuestro día.

Hacía ya un año desde que habíamos tenido ese desafortunado encuentro con su padre y Nicolás. Esas horas que pasé en la blanca habitación fueron sin duda las horas más agobiantes de mi vida. No sabiendo donde estaba y no sabiendo donde estaba Natalia.

A Natalia la habían contratado como pianista para interpretar unas obras en el auditorio. Ahora daba clases de piano y canto en una escuela en el centro, seguía pintando cuadros y de vez en cuando conseguía venderlos en alguna subasta.

A mí me habían contratado en un museo de Madrid, me dejaban exponer allí mis cuadros y no me iba nada mal, a finales de mes siempre hacían una subasta de los cuadros más destacados  y se pujaban a un precio bastante alto. Natalia me insistió en que interpretara algunas canciones en bares por las noches y así sacar un poco más de dinero y porque realmente me gustaba subirme a un escenario.

-¿En qué piensas? -Me preguntó Natalia.-

-En todo lo que hemos vivido Nat... -La miré tiernamente y ella pasó uno de sus brazos por mis hombros arrimándome más a ella.-

-Me has cambiado la vida, ¿Lo sabes, no? -Me preguntó ella.-

-Ahora es mejor. -Le saqué la lengua bromeando.-

-No lo dudes... 

El padre de Natalia y Nicolás habían ingresado en cárceles diferentes, tenían una pena de cinco años por los crímenes cometidos. La empresa ahora la llevaba los hermanos mayores de Natalia y ella había conseguido parte de las acciones. Gracias a nuestro duro trabajo y el tener parte de las acciones hizo que pudiéramos tener un acogedor piso en Malasaña. 

Habíamos alquilado un ático en el barrio. El piso que tenía antes Natalia se lo alquilamos a María y Marta que buscaban independizarse ellas dos solas, al igual que Damion  y África que vivían juntos también. 

El ático constaba de cuatro habitaciones. Una de ellas nuestro dormitorio, con un gran ventanal ocupaba una de las paredes y el resto de la habitación seguía una decoración industrial. Otra de las habitaciones era un estudio con el piano de Natalia y demás instrumentos. La tercera habitación era un estudio dónde yo guardaba todas mis pinturas y lienzos, ahí era donde surgía la magia. Y por último una habitación de invitados dónde ya se habían alojado varias personas entre ellas hermanos de Nat o mi madre por ejemplo.

Natalia y yo éramos felices. Ahora de verdad. Eso no quitaba que a veces discutiéramos por cosas, como todas las parejas. 

Natalia había cambiado por completo mi vida, y lo había hecho para bien. Me había convertido en una Alba mejorada, libre, contenta. Miro atrás con nostalgia a la Alba que vino a Madrid cargada con las grandes maletas y los lienzos en blanco debajo del brazo. 

-Tengo un regalo para ti. -Me dijo.-

-Nat... -Rodé los ojos y me volví a sentar en el banco después de haber tirado los papeles en los cuales venía la comida.-

-Cierra los ojos. -Obedecí y escuché como Natalia se movía.-

-¿Ya?

-No seas impaciente por favor. -Se rió y yo también.-

-Vale, vale.

-Ya. -Anunció.-

Abrí los ojos y vi a una Natalia que me sonreía ampliamente mientras sostenía algo con extrema delicadeza entre sus manos. Al bajar la mirada me encontré con una cajita de terciopelo negro, la miré confundida.

-No quiero ser formal, porque yo no soy así, me conoces... -Me dije y no pude evitar reír.- 

-¿Te conozco? -Bromeé y ella rodó los ojos tras emitir una risa nasal.-

-Alba. -Dijo abriendo la caja.- Sabes lo mucho que te quiero, lo mucho que te amo. -Noté como mis lágrimas se acumulaban en mis ojos.- Por eso quiero prometerte algo. -Sacó un anillo de plata de la caja y agarró mi mano con delicadeza.- Prometo no dejarte nunca, prometo que nadie te va a volver a hacer daño, te prometo felicidad.

-Natalia. -Mi voz salió entrecortada y ella me miró limpiándose las lágrimas.- Te amo.

-Y yo Albi. -Besó mi mano antes de introducir el anillo en mi dedo, después de hacerlo volvió a besar mi mano.- Prometo que pase lo que pase, si nos peleamos o lo que sea, pase lo que pase voy a estar a tu lado para apoyarte.

Miré mi mano anonadada. EL anillo era fino, estaba decorada por pequeñas piedras que brillaban, no era algo ostentoso, no llama la atención pero para mí era lo más valioso del universo. 

-Es irónico. -Dije.-

-¿El qué? 

-Mira. 

Saqué una cajita de madera y la abrí un poco temblorosa. Saqué un anillo de plata también. El anillo que yo le había comprado era un anillo compuesto por hilos de plata que se entrelazaban dejando así la forma de una trenza. Natalia me sonrió y no pudo evitar reír, me tendió su mano e hice lo mismo que ella. La besé con las misma delicadeza y después introduje el anillo en el dedo correspondiente.

Nos miramos durante largos segundos antes de que Natalia pasara sus manos por mis mejillas para iniciar un beso entre nosotras. Nuestras lenguas se acariciaban con cariño fundiéndonos en un beso lento y profundo. Cuando nos separamos acaricié sus labios, ella sonrió y con su dedo índice contó los lunares visibles en mi cuello. 

-Te amo Natalia Lacunza. -Dije.-

-Te amo Alba Reche. 

Tras decir esto sellamos nuestros labios como si así selláramos las promesas que nos habíamos hecho. 

Madrid sin ti es Madrid sin la Luna que te cuida atenta de la oscuridad de la noche.

Madrid sin ti es Madrid totalmente monótono.

Porque no quiero un Madrid sin ti, sino un Madrid contigo.

Un Madrid contigo, Natalia Lacunza.

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Ahora sí que sí, FIN.

Muchísimas gracias de nuevo por el apoyo.

Mañana publicaré el primer capítulo del nuevo fic que estoy escribiendo. Estoy trabajando mucho para que todo el vocabulario médico sea el correcto y tengo a unas personitas especiales que me ayudan.

OS QUIERO. ❤️❤️❤️

albaricoquexx gracias ✨

Madrid sin ti // AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora