OCULI QUIA VIDENT

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Tersa vitela, anhelo de letras que ilustra las eras de un peregrino que en búsqueda altiva empeña su alma, recibe monedas. Cruel pergamino de un pérfido tiempo que reina en las sombras de un alma que exclama verdades y anuncia bellezas que el mundo de carne repudia y deniega, al cuerpo que ciega.

Las ropas del vulgo asumen lo visto, parciales visiones de espesa medida conjugan fronteras que agotan la ciencia, disuelven su astucia y así sin demanda lo externo sucede, lo externo detiene, lo externo denosta los altos deseos; estériles ropas, mezquina apariencia la magia consume y la vil consejera su alas despliega, la piel es frontera.

Linderos diluyen las almas que han muerto, linderos que aíslan al cuerpo pesado estériles obran, exánimes tratan. La piel introduce el sublime designio que las realidades convergen en forma, los ojos maduran y nuevos lenguajes a éstos presentan belleza absoluta de lo manifiesto, belleza sublime de lo despojado, contorno sagrado depósito cauto del diáfano oro que brilla a los ojos que han visto lo eterno; el brillo infinito proeza requiere de ojos que han muerto al cuerpo profano, de ojos que han visto el todo en sus manos, de ojos que exceden el límite humano, de ojos que extinguen el tiempo normado.

NIL SENSATADonde viven las historias. Descúbrelo ahora