Apenas tenía diez años cuando su madre desapareció repentinamente, su padre el Rey de Ashen o más conocido por sus habitantes como Endevador, le había dicho que su madre había muerto por circunstancias misteriosas. La muerte de su querida madre lo había dejado con el corazón roto, no pudo ni siquiera despedirse de ella. La reina era la única luz que lo protegía de sus pesadillas o mejor dicho de su padre, ya que desde que nació su destino fue ser uno de los reyes más poderosos y fuerte de la tierra, para lograr esa meta fue sometido a entrenamientos y ejercicios tan brutales que ni siquiera eran aptos para un niño como Todoroki Shoto, su padre fue el encargado de entrenarlo durante esos años, sin embargo su madre, la reina, se interpuso exigiéndole a su esposo que no siguiera con esa idea, pero no casi funcionaba para el rey. Haciendo oídos sordos siempre terminaba golpeado a su reina tan fuerte en frente del pequeño, Todoroki sólo podía observar como ese hombre golpeaba una y otra vez a la mujer que era la luz de su eterna oscuridad.
Nunca lo llevaron al entierro de su madre. Según le contó su hermana mayor, la Princesa Fuyumi, el entierro fue en privado para así evitar los rumores de la muerte de la reina. Todoroki no era un niño tonto conocía muy bien a su hermana para saber que le estaba mintiendo, pero al ver esos ojos hinchados, la tristeza representada en su rostro le impidieron seguir preguntando sobre el tema.
Esa noche en su habitación se sintió tan solo que su única compañía era las estrellas que adornaban el cielo nocturno.
-Desearía que aún estuvieras a mi lado- murmuró hacia la nada, sus pequeñas lágrimas caían sobre sus mejillas y sin más lloro nuevamente sobre su almohada. Pero ese momento solo le duro unos minutos ya que se escuchó un fuerte golpe en el vidrio de la ventana, eso asustó al pequeño bicolor que con cuidado bajo de su cama y posicionándose a la defensiva su acercó a la ventana. Al abrir está, se acercó a la orilla pero no había ninguna persona cerca, suspirando levemente volvió a cerrar la ventana para nuevamente subirse a su cama.-Quizá fue el viento- se dijo -No creo que el viento pueda golpear esa ventana- una vocesita se escuchó. Todoroki alzó la vista rápidamente pero no había nadie alrededor -Aquí abajo pequeño- al bajar la vista hacia el colchón de su cama encontró a una pequeña persona que media 15 centímetros; su cabello corto que era de un color verde brillante como las hojas, un vestido que era de un color verde oscuro que hacía resaltar su piel tan blanca como la leche, pero lo que más llamaba la atención era ese rostro con dos hermosas esmeraldas adornadas con esas largas pestañas.
Todoroki se había quedado en un estado de shock no podía creer que era lo que estaba viendo, sin embargo la pequeña persona de pie en su cama se sentía incómoda así que para romper el silencio decidió hablar -uhm...H-Hola soy Midoriya Izuku... y pues soy tu a-amiga hada ¡q-quiero decir amiga madrina!¡NO!, no, ¡soy tu HADA MADRINA!- la peli-verde no podía estar más sonrojada, ya que Todoroki la observaba de pies a cabeza con esos ojos heterocromáticos, acercándose poco a poco hasta tocar el pequeño cuerpo de la fémina -Eres muy hermosa- murmuró a lo bajo causando que el hada se sonrojara aún más pareciendo un tomate ya listo para vender en el mercado -¡N-No hagas e-eso!- apartandolo de su espacio con sus diminutas manos le hablo nerviosa -Soy un hada madrina vine por que pediste un deseo pequeño Todoroki- dijo determinada y con una sonrisa.
-No entiendo, se supone que esas cosas les pasas a las princesas de los cuentos- le respondió desviando su mirada hacia otro lado, Izuku soltó una pequeña risa que no paso desapercibida para el pequeño Shoto haciéndole sonrojarse -¿Por qué te ríes? Si sabes que soy un niño,¿no?- le dijo con un poco de molestia pensando que era una broma de mal gusto que creyera que era una princesa como en los cuentos, pero no, a Izuku sólo le divertía la inocencia del pequeño enfrente suyo, así que con un movimiento de su mano comenzó a esparcerse encima un poco de polvo color amarillo haciéndola flotar de la cama y como un resorte salto hacia enfrente aumentando su tamaño a una persona normal -Lo sé, pero los príncipes también necesitan de un hada ¿no crees Todoroki?- el niño no paraba con su sorpresa, ¿cuándo creció?, ¿cómo sabía su apellido?, ¿por qué estaba allí?.
-Tal vez tengas muchas preguntas Todoroki, pero debes creerme ahora, soy tu hada madrina y vine para que ya no te sientas solo- le dijo Izuku acercándose y apoyando una mano en su hombro dedicándole la más hermosas de sus sonrisas -Haré de tu felicidad realidad...sólo tengo unas reglas que deberás seguir ¿si?- Todoroki sólo asistió con su cabeza -¡Bien! Regla número uno puedes desear cualquier cosa excepto traer de regreso a la vida a las personas- Todoroki lo pensó detenidamente creía poder tener la oportunidad de tener a su madre de vuelta, eso lo deprimió pero luego pensó en que podía hacer que su padre se arrepintiera de todo el daño que le causó a él y a su madre -Regla número dos, no puedes desear la muerte de alguien- parecía que Izuku leyera sus pensamientos, ¡eso no era justo! Entonces para que quiere a un hada si no cumplirá con sus deseos -Y regla número tres, te concederé tus deseos si lo pides con el corazón- eso no lo había entendido a ¿qué se refería con el corazón? Tal vez por la edad de Todoroki que aún no conocía lo que más quiere, ¡apenas era un niño! No saben lo que en verdad quiere.
-¿Aceptas las condiciones que te dije Todoroki?- Izuku extendió su mano para que el pequeño la estrechára y así cerrar el trato. Todoroki lo pensó varias veces tal vez no podría tener a su madre de vuelta, pero se aseguraría de hacerle la vida imposible a su maldito padre -¡Acepto!- y con esa determinación cerró el trato con su ya oficial hada madrina.
¿Quién diría que ese día comenzaría una relación de amistad que con el pasar de los años se convertiría en algo más?
¿Que sucedió en verdad con la Reina de Ashen?
¿Que pedirías tú,si tienes la oportunidad de pedir lo que tu corazón desee?
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Mi Hermosa Hada Madrina
FanfictionApenas tenía diez años cuando su madre desapareció repentinamente, su padre el Rey de Ashen le había dicho que su madre había muerto por circunstancias misteriosas. Aquella noticia lo había dejado con el corazón roto, sin embargo una noche el ruido...